EDITOR: García MONGE.
CORREOS: LETRA TELEFONO 3754 Repertorio Americano EXTERIOR: UN TOMO: 00 DOS TOMOS: 00 oro am.
En Costa Rica: Suscrición mensual 00 SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA El suelo nativo es la única propiedad plena del hombre, tesoro común que a todos iguala y enriquece, por lo que para dicha de la persona y calma pública, no se ha de ceder ni fiar a otro, ni hipotecar jamás. José Martí.
Giro bancario sobre Nueva York Una mujer (En el Rep. Amer) (Madera de Laporte)
que permite ver algo en su interior.
Me gustan las casas a oscuras y así me sucede con la gente. Mientras menos luz dejemos escapar, más posibildades tendremos de vivir dentro de nosotros mismos, en la noche de todos. El día de la boda, mientras el sacerdote pronunciaba latines, yo llegué a la conclusión de que no debía poseer a esa mujer jamás. Yo debía desearla eternamente. Por eso es que sali huyendo de la iglesia.
La mayoría de los establocimien bado, el metal privó de su protectos, así como las casas de las gen ción epitelial y puso al descubierto tes acomodadas, estaban frente a la la plasticidad concéntrica de su cicarretera que, pasando por el cen lindro. La gubia trazó surcos catro del pueblo, comunicaba con lu prichosos hasta obtener la repregares lejanos. Hacía mucho tiempo sentación llena de poros de una fique los veraneantes que habían ve gura humana. Luego, corteza y nido de las ciudades comerciales de epidermis primitivas fueron sustila planicie, acompañados por las tuidas por capas de yeso y pintura.
guitarras de las gentes del lugar, Unas personas se arrodillaron habían cantado, paseándose por el ante los troncos.
camino en las noches de luna lle Otras se dedicaron a observar.
na, cuando no era necesaria la luz Vieron los raros dibujos siempre de los faroles para ver a distancia. complementarios de los mosaicos; Casi siempre habían llegado los la distribución de las imágenes; las paseantes hasta la colina cercana, columnas; las encendidas velas de donde estaba la enorme casa, ce cebo.
rrada desde mucho tiempo atrás. La luz exterior los invitó a conLa dueña, Alicia, huérfana des templar la perspectiva ojival de una de niña, había sido enviada a la existencia lejana de nubes. tracapital a vivir con sus tíos.
vés de esas nubes pasó, perdiendo su regreso, sus costumbres de algunas radiaciones, la luz del sol, habitante de gran ciudad chocaron iluminando luego a las personas desde el primer momento con la que apresuradamente se dirigían ese pacífica hipocresía del campo. día a la iglesia, temiendo llegar tarYa a los pocos meses de su vi de a la boda.
da en el pueblo, las gentes comen. La había amado Jorge dezaron a murmurar. No iba mucho cían las gentes desde el regreso a la iglesia; en su casa se bailaba de ella al pueblo.
en ocasiones hasta muy tarde; tenía Cuando las murmuraciones cremuchas amistades desconocidas para cieron, la amistad creció y un tiemlas gentes de la localidad.
po después el matrimonio fué anunElla se enteró. Por mucho tiem ciado.
po trato de hacer que las personas Recuerdo bien que en esos días se dieran cuenta de que no era ma llegaba yo a veranear en el lugar.
la; de que su educación la había No fuí a la ceremonia porque no hecho pensar en otra forma; de conocía a nadie, pero más tarde que sus amigos eran nada más que supe que, en el momento en que el amigos. Mucho tiempo estuvo en sacerdote iba a bendecir la unión, esfuerzos para ser comprendida. el joven se había marchado.
Pero en vano.
Los pocos que antes la saluda Por las tardes, cuando los rayos ban, se hacían los desentendidos y del sol perdían algo de su fuerza, cada vez se hacía más incómoda su yo salía al jardín y me pasaba las situación.
horas sentado, leyendo y contemPor fin se cansó. No era posi plando las flores.
ble convencer a nadie. ya que de Jorge pasaba a menudo. Saludaella se hablaría constantemente, con ba siempre y poco a poco nos fuío sin razón, lo mejor era gozar del mos haciendo amigos.
pecado.
Una vez me contó la aventura. Yo me dijo deseaba a la Desde otro planeta, la iglesia pa muchacha y la deseo aún. La llerecería una enorme célula que, me gué a desear más cuando la gente diante (tropismos positivos, atrae dijo que era mala. Con toda inteligrandes cantidades de celulitas agru gencia trate de lograr mi objeto, pepadas. Algo así como una enorme ro no fué posible. Yo creo que era amiba a la cual llegan elementos buena monocelulares y por su oscura boca Pero mi deseo no era satisfecho.
Se introducen en la interrogación Al fin decidi pedirle que se casara del protoplasma, para ser vomita conmigo. Ella accedió.
dos al cabo de un rato.
Desde que tuve la seguridad de De cerca, al entrar en la iglesia, poscerla, me sentí triste. Muchas vemuchas personas no dejaron de im ces me desperté en la noche y ya presionarse por el ambiente, que no pronunciaban mis labios calentrae casi siempre a la memoria al turientos el nombre de ella. Prongún grabado medieval en un libro to habría de ser mía.
de texto del colegio. menudo, cuando salgo a paTal vez alguno trató de pensar sear tarde en la noche, me pongo en el árbol que un día fue derriba a ver las casas; algunas están a osdo en el bosque. ese árbol derri curas, otras dejan escapar una luz exista la posibilidad de alcanzarlos o de perderlos.
Ellos han estado de acuerdo conmigo.
Solamente mi primo, de siete años, no opina como los demás.
Me ha dicho que nunca he salido de mi casa en la capital.
Posiblemente está loco. En la familia se han presentado varios casos. Opina de acuerdo con mi manera de pensar, pues se lo he dicho, el joven que todas las tardes anuda a mis espaldas las mangas de una camisa rusa nuy larga, que me regalo mi gran amigo el médico director del manicomio.
ROBERTO FERNÁNDEZ DURÁN Costa Rica, mayo del 42.
Yo he referido a mis parientes la historia de mi amigo y les he hablado del pueblo. Les he dicho que a mí me parecía lógica su actitud. Que los ideales deben estar siempre muy lejanos para que no Era verdad, porque. Viene de la pág. 174)
Cuando lo llevaron no era loco: era sencillamente un despojado que se hacía personalmente justicia, porque no había quién lo defendiera de las garras del ladrón.
Deme permiso de explicar: si don Benito deja que fuera a la cárcel Toribio, salva al reo el Jurado, porque el Jurado habría sentido la misma indignación contra el Usurero, muy conocido en toda la ciudad y sus contornos. Sabía esto muy bien don Benito y encontró fácil condenar sin escándalo, para toda la vida, a su agresor.
De la cárcel hubiera salido; nunca saldrá del manicomio.
OEn la muy católica ciudad de Santa Tecla sigue viviendo y rezando don Benito, y comulgando los domingos, y yendo a procesión bajo el palio sagrado. El negocio marcha. Los tugurios le dan a él dinero; al hospital tuberculosos. Las hipotecas no rinden menos, y no faltan Aurelias que le dejen por cien pesos los solares de seiscientos. no hay quien le dé otro leñazo al usurero, porque ya se sabe: a la cárcel no: al manicomio va, aunque goce de perfecta salud mental.
FRANCISCO LUARCA.
San José, Costa Rica, 10 de mayo de 1939. Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica