Working Class

366 REPERTORIO AMERICANO Vicuña Mackena, de un Baldomero Lillo, de no puede ser el que pedía don Diego Portales un Rodríguez Mendoza, de un Latorre, se cuen hace cien años. Nuevas necesidades, más amta esta aventura de la multitud chilena para sa plios reclamos sociales se incorporan por la racarle riqueza al desierto, desbrozar la selva zón y hasta por la fuerza (como dice el esaraucana, abrirse el camino de aquellos golfos cudo chileno) en los estatutos de las naciones.
y aquellos estrechos magallánicos alborotados Pero lo importante es conservar esa cohesión, de viento, de frío y de mar gruesa.
ese razonado equilibrio, con que Chile pasó en Pueblo virilmente tranquilo, pueblo que sabe medio de la creciente, encauzándola. Por eso escuchar y no se niega a las voces del tiempo, ha encendido su sosegada luz constante, su seChile ha ido incorporando a su vida civil las guro progreso y su voluntad de justicia en el reformas la creciente aspiración de Justicia derrotero de América. En el estilo jurídico que por la que ahora clama la Historia. Ha logra. le ofrecieron sus hombres de Estado, en el que do reformarse y renovarse sin caer en la ciega escribiera Bello sus Códigos, se siguen vertienviolencia. Allí prevalece su severa ponderación, do, plasmando y organizando, las nuevas nesu natural instinto de orden. El orden de hoy cesidades humanas.
MARIANO PICON SALAS.
te y la paz necesaria para ofrecerle al país recién nacido la claridad de sus códigos, la lec ción humanizadora y universalista de su derecho de gentes.
Recibiendo hombres de toda America, siendo asilo contra la opresion. Chi le inscribía desde su nacimiento como estado libre un destino de generosa americanidad.
Con la lengua y la acción de Bello, de Manuel Montt, de sus historiadores y juristas se apresta a fortificar su estado unitario, su oiden civil que perdura mientras otros pueblos americanos se sumían en la mentonera anárquica. como llamando a las multitudes nacientes, cuando ya el proletariado industrial y las masas campesinas claman por ampliar el marco de las leyes, otro honbre de Estado, pálido y sensi ble, la antitesis de Montt porque los tiempos eran también distintos, el gran José Manuel Balmaceda, sella con un pistoletazo en las sienes la nueva y apremiante consigna de justicia social que empezaban a corear las multitudes.
Como César no sólo en la última escena del foro romano sino también en el estupendo patetismo del drama de Shakespeare, Balmaceda entregaba al pueblo su cadáver y su testamento de redención; las palabras augurales de una nueva historia.
Ultimo corredor de un continente que al llegar a Chile lo aisla con su desierto norteño, con el murallón de los Andes y la columna de sus volcanes humeantes y con el mar que de Puerto Montt al sur es un tumultuoso mar bravo, desgarra las masas continentales, va a encontrar al otro Océano en las frías soledades del extremo austral, Chile no podía contar como los países imprevisores con el fácil oro de sus minas y con lo que le trajeran los barcos de Europa. Se sentía como una última Thulé, como aquella Ciudad de los Césares perdida en la lontanan za, cada vez más al Sur donde se concluyen ya las tierras y se tocan los mares solos que ha evocado en admirable mito uno de los más finos espíritus de las letras chilenas: el poeta Pedro Prado. Así Chile tuvo que hacerse, coordinar energías, fortalecer su tenacidad, desde aquellos puertos de su región norte levantados sobre los taludes montañosos, en tierra brava que pide sudor de hombres machos siguiendo por su valle central que el esfuerzo chileno pobló de canales de riego, de olorosas frutas, de un buen perfume de campo cultivado en que juntan su polifragancia el hispido espino, el arrayán, los duraznales y pomaredas de las dulces y soleadas tierras de Elqui o Aconcagua Aquí pueden cantar las guitarras y se aderezan para las topeaduras y los rodeo: los estupendos caballos de los huasos.
El vino fresco del año, las vendimias de abril, marcan la alegría de una civilización pacífica que ya supo organizar la vida. De Concepción al sur ya encontrados los grandes trigales y los aserraderos junto al bosque. De ese Sur donde llueve llegan a la poesía chilena unos poetas cuyo húmedo lamento se parece al de la trutruca araucana perdida en la boscosa lejanía. Pablo Neruda, poeta de la humedad de la soledad, na cantado con los elementos de aquel paisaje su tristeza de Adán indio.
Mientras que en los versos de Gabriela está el sol del Norte, el desierto y los oasis, la greda roja y negra en que los atacameños y diaguitas modelaban sus indígenas del mundo, en los versos de Pablo se precipitan las tormentas y las obstinadas lluvias del Sur. Estas dos voces la solar y la húmeda expresan en variedad de tonos, la polifonía del espíritu chileno. Pero por lo mismo que luchaba con el desierto del Norte y con el viento del Sur, Chile, tierra de mineros y de marinos. de rotos sufridos, de vigoroso aguante. tuvo que exaltar los valores humanos y combativos de su civilización. en las páginas de un Pérez Rosales, de un Noticia de libros (Indice y registro de los que nos envían los Autores, Centros de Cultura y Casas Editoras. Demos cuenta de las obras últimamente edi Son 10 ensayos. En el libro, esta nota del tadas por la Cía. General Editora, autor que no suele verse en otros: Quien Apartado 682, México Mé desee aclarar, ampliar o rectificar el contenido xico. del presente libro y de cualquier otro del autor, Guadalupe Anda: Los Bragados. Novela.
diríjase a su domicilio en Buenos Aires, Argentina: Montes de Oca 259.
Prólogo de José Carner. En la colección Mitasol.
Benedicto Chuaqui: Dos razas a través de sus refranes Guadalupe Anda: Los Cristeros. La GueEstudio comparado de paremiologia áraberra Santa en los Altos. Prólogo de Octavio Barreda. En la Colección Mirasol.
española Santiago, Chile. 1942.
Con el autor: Aptdo. de Correos 3446. Abreu Gómez: Héroes Mayas Zamná, Santiago de Chile, Cocom, Canek. Advertencias de José Attolini y Andrés Henestrosa. En la colección MiLuis Alberto Sánchez: Una mujer sola tasol.
contra el mundo. Club del Libro Es una novela con el autor: Aptdo. de Lic. Rafael Rojina Villegas: Derechos rea Correos 2787. Santiago de Chile.
les y personales Waldo Urzúa Alvarez: Un hombre y un Joaquín Xirau: Lo fugaz y lo eterno. En la Colección de Monografías Filosóficas.
río. Santiago de Chile.
Es novela recomendada en el primer lugar, Antonio Caso: Positivismo, Neopositivis en el Concurso Literario realizado en celemo y Fenomenologia. Prólogo por Eduardo bración del IV Centenario de la fundación García Maynez. En la Colección de Mono de Santiago.
grafías Filosóficas.
Con el autor: Clasificador 287 Santiago de Chile.
Rudolf Stammler: Doctrinas modernas so bre el Derecho y el Estado.
Dr Juan David García: Tres poemas primitivos de la filosofía griega. Traducción y Noajiro Sugiyama, Gutteridge, y notas. Quito. Ecuador, 1942. Imprenta de la otros autores: Concep! o y métodos del DereUniversidad.
cho Comparado.
Este cuaderno sólo trae el Poema de ParDr. Augusto Pi Suñer: La sensibilidad tró ménides.
fica. En las Monografías Médicas Balmes.
Miguel Luis Rocuant: En la Barca de UliFrederick Lord, Elliot Robinson y ses Impresiones de Giecia. Cuarta edición.
Roderick Heffron: Quimioterapia de la neuEditorial Nascimento. Santiago de Chile.
monia. Traducción del Dr. César Pi Suñer 1942.
Bayo.
Con el autor: Santa Lucía 382. Santiago En las Monografías Médicas Balmes.
de Chile, Dr. Francisco León y Blanco: El mal del Obras del Dr. Salvador Mendieta: fundador pinto, pinta o carate.
del Partido Unionista Centroamericano: En las Monografías Médicas Balmes.
La enfermedad de Centro América, en to Como envío de la Editorial AMERICALEE (Una organización al servicio del lector. Bs. Descripción del sujeto y síntomas de la Aires: enfermedad.
El pueblo en la Revolución Americana, por II. Mundialidad del problema.
el laborioso, el inquieto Luis Alberto SánIII. Terapéutica.
chez, Bs. Aires. 1942.
Alrededor del Problema Unionista Cenito.
La ciudad de hierro verde, por Ramón americano. En dos tomos: Prieto Es una novela. Bs. Aires. 1942. El unionismo en la política transaccionista de Nicaragua.
Atención de los autores: II. Diagnóstico y orígenes de la dolencia.
José Gabriel: Entrada en la modernidad. Con el autor: En Managua, Nicaragua, Bs. Aires, 1942. 0mos: Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica