DemocracyHitlerNazism

71 REPERTORIO AMERICANO Dr. García Carrillo Electrocardiogramas Metabolismo Basal Corazón. Aparato Circulatorio CONSULTORIO: 100 vs. al Oeste de la Botica Francesa Teléfonos: 4328 y 3754 cracia colombiana su obvia adhesión al rabioso mensaje del señor Giménez Caballero. El dilema que su enérgico sabor totalitario plantea a quienes han tratado de envolver en manosos circunloquios la amenaza de la ideología hispanista con la democracia o contra ella 10 podia surgir en momento más oportuno. Porque ahora sabrá el país si persisten en su desatentada aventura, o si debe iniciar una lucha contra otros enemigos de sus tradiciones y su organización de pueblo libre demócrata, enemigos tanto más peligrosos cuanto que trabajan al amparo de nuestras libertades republicanas y aún más, en su nombre.
estar listo para recoger su hálito vivificante en el minuto que sople.
Sonetos 0(En el Rep. Amer. Hispanidad. Erase la mañana de la Libertad. Pero esta Libertad; esta cosa de sentido nuevo; esta revelación que aparecía por el cuadrante de los derechos del hombre con el encanto virginal de las cosas nuevas, debía ser en adelante para el mundo, no sólo la mañana de una vida, sino también su mediodía esplendoroso, y la vida entera. Para la vida de la Libertad, sólo no debía haber jamás, tarde ni noche.
Hispanidad? El alma de América no está cerrada para nadie. Tampoco está abierta para uno solo. Antena levantada en los espacios libres, recoge de todos los rumbos de la rosa náutica el Alma Universal.
VICTOR LOR.
1941.
SONETO PARA HELENA Cuando te halles de vuelta del destino y en medio del crepúsculo que ahuyentas, sepultes el orgullo que hoy fomentas, para no confesar tu desatino; cuando haya desplegado mi camino y de mis inquietudes, tan violentas, sólo queden tus palabras, ya tan lenlas como éstas en que ahora te defino; entonces tu lamento será en vano, amargo tu dolor y honda tu herida, porque vivir dos vidas no es humano. yo estaré contento de no verte, pues tendrás que morir más de una vida por tratar de vivir más de una muerte.
Hispanidad desnudo (El Tiempo, Bogotá, XI 41)
bastante, porque ninguna otra nación moderna hizo cosa igual, ni parecida. Sacó un mundo de la nada. Fue madre de naciones. Les dió su alma y las lanzó por las anchas y luminosas vías de la historia y de la vida. En otros términos: recibió del destino un mundo sin hacer y entregó a la posteridad un mundo hecho. Porque, si América se buscó a si misma dentro de sí misma, es que estaba capacitada para hacerlo. Esta es la mejor gloria de España, gloria que no puede reivindicar ni la propia Inglaterra. La gloria del artista está en crear, y no en conservar. Artistas de naciones, sólo conozco dos en la historia: Grecia y España. su destino glorioso y paralelo es, que después de haber sido creadores, han carecido de aptitud para la función conservadora. También sería mucho pedirle a la Naturaleza la totalidad de los dones excelsos. los mismos dioses que crearon a Europa, les es imposible conservarla, desde que a Europa se la está llevando el diablo.
Pero, si en son de imperio, España no puede volver a América, tampoco puede volver en son de hispanidad. Es decir, con ruido de rosarios o de ideas, cruzado de la cultura. En el presente eclipse casi total de las grandes categorías del pensamiento y de las luces de la conciencia en España, ésta nada tiene que enseñar ni a América, ni quizás al Africa. Creo que en Africa valen más. La España de Franco, o de Hitler, sólo puede enseñar al mundo los signos inequívocos de una inferioridad total Al contrapoder hispanidad a imperio, ya doy a entender que las dos palabras no son sinonimas. Hay entre ellas, la relación de calidad a cantidad, de alma a cuerpo. Según esto, hispanidad sería el alma del imperio español.
Cuando los falangistas hablan de hispanidad, no hay duda de que apuntan a imperio. La esencia sería lo de menos. Qué problema iba a resolver la magra Alemania con una sutil esencia española. Pero los falangistas tienen que ocultar el juego. De lo contrario, los gansos del capitolio alborotarían el cotarro, y, Brenus, el conquistador, que se oculta tras la columna de humo, quedaría al descubierto, y estaría perdido. mí no me extraña que, en la España nazi, donde no hay libertad para nada, la haya, no obstante, para hablar descaradamente de imperio. Lo que no alcanzo a comprender es, que América se preste a ser un ateneo en que se ventile alegremente el problema sudete de España. Esto es un abuso de la hospitalidad que debía ser resuelto por la policía con un plazo de veinticuatro horas. Ni imperio ni hispanidad. Hoy, menos que nunca, cuando Hispania hárbara ha hecho del asesinato un deporte, de la libertad un ludibrio, y de una nación llena de promesas, un planeta muerto. cuando por todo esto, se ha divorciado espiritualmente del Nuevo Mundo. Hispanidad? Cuando las naciones americanas se lanzaron a buscar propio destino, no le preguntaron a España el camino a seguir, ni menos dejaron sus anclas amarradas en la nación creadora. Con su destino cargado a su espalda, cada una cogió su camino, sia volver la vista atrás. Para navegar libremente por el mar de su destino, rompieron todas las amarras y para recoger todos los vientos soltaron todas las velas. Ningún viento, soplara de donde soplara, de las estepas rusas o de las urbes industrializadoras, debía serles indiferente a sus pilotos. No hay viento que no pueda hacer avanzar en una dirección determinada. Por qué fijar de antemano en el cuaderno de bitácora, los rumbos definitivos a la nave aventurera. Preferible estar al pairo. El espíritu sopla donde y cuando quiere. hay que sus SONETO DEL REGRESO Si busco en el recuerdo del recuerdo, donde crece la angustia desmedida, descubro, flor de ausencia repetida, que te gano a medida que te pierdo. sin querer deshago el desacuerdo que sostuve por siempre con tu vida, pues sólo con dejarte desasida te puedo limitar en un acuerdo.
Ya no te acosará la dura ausencia, ni la noche de angustia que no nombras por temor del olvido que te trunca; te devuelvo de nuevo mi presencia porque yo me libere de mis sombras y tú quedes cautiva de tu nunca. todas las denuncias que la prensa genuinamente democrática de la América Latina ha formulado contra el serio peligro que representa la obstinada propaganda sistemática al movimiento imperialista que se ha dado en llamar la hispanidad, han respondido afiliados y agentes con la truculenta excusa de que sólo se trata de restablecer las fenecidas relaciones espirituales entre la metrópoli española y sus antiguas colonias. Pero lo cierto es que el movimiento se orienta cada día con mayor precisión a reflejar y a extender a nuestro mundo americano la posición de oneroso vasallaje a las potencias totalitarias de Europa en que se halla España como consecuencia del apoyo que aquéllas prestaron a un grupo de insurgentes para derrocar al régimen republicano y democrático.
Tenemos delante el mensaje hispanista recientemente dirigido a los países americanos desde las columnas de Arriba, por el señor Ernesto Giménez Caballero, a raíz de una coniferencia totalitaria celebrada del 23 al 26 del último octubre en la ciudad alemana de Weimar, y fechado picarescamente en Berlín. ese mensaje pertenece el siguiente exaltado párrafo: vosotros, pueblos hispánicos de América; a vosotros, los hombres de espiritu nuevo y revolucionario de América, envío este mensaje español y totalitario, desde el corazón de la nueva Europa victoriosa de Hitler. vosotros invito a propagar por el mundo ancho de América nuestro signo de la mano abierta, nuestras ideas y combates; os invito a participar espiritualmente en la nueva lucha que hoy triunfa en el mundo.
Nos parece que va a resultar un poco difícil a los hispanistas criollos, acogidos paternalmente al amparo del partido conservador, o más precisamente de su más autorizado nocero periodístico, justificar ante la demosu SONETO PARA EL TIEMPO No puedo segregar un solo instante de la sombra eficaz que me destruye, porque el tiempo, que todo destituye, me mata y me rescata de constante. por vencer al tiempo petulante, yo he de sangrar mis venas, donde uye, y he de gravar mis nervios, que rehuye, hasta volver cercano lo distante.
No moriré conmigo cuando muera mi cuerpo y se detenga el firme curso del sol en el cenit de mi mesura; he de vivir de nuevo con la espera, que al depurar el tiempo mi discurso resultará muy dulce esta amargura.
JOSÉ ATTOLINI México, 1941.
En la ciudad de Nueva York consigue usted este semanario con STECHERT Co.
3133 East 10 Street. Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica