Fifth ColumnLiberalism

236 REPERTORIO AMERICANO su mas de todo el país, todos redactados con las mismas palabras) presentó un proyecto de ley para la implantación de la instrucción religiosa en las escuelas públicas, y la colocación de un sacerdote al lado de cada director.
El Vicepresidente Sergio Osineña, que al mismo tiempo era Secretario de Instrucción Pública, y él mismo católico devoto, se opuso a ese proyecto de ley, aunque el obispo de distrito le envió un ielegrama diciendo que su prestigio personal se do e en peligro por su conducta ayudando a los enemigos mascnes y protestantes que se oponen al proyecto de lcy.
FI Presidente Quczón vetó la ley, declarando. No debería ser necesario recordar a ias autoridades eclesiásticas en las Filipinas que la separación de la Iglesia y el Estado en este país es una realidad y no una simple teoría, y que en lo que a nuestro pueblo respecta es una cuestión resuelta para siempre que esta separación será mantenida como uno de los principios cardinales de nuestro gobier. co.
Recientemente, la jerarquía, dirigida por los jesuítas, ha iniciado una campaña, a través de la llamada Asociación Educacional Católiica, tendiente a destruir el sistema de escucia pública por otros medios. Lita demandando permiso del gobierno que supervisa y regula toda la educación pública y privada, para reducir el término de cuatro años de segunda enseñanza el término de cuatro años de la enseñanza superior a tres años cada uno. Esta de manda vino después de aprerurada pron:ugación de una ley, el año pasado, reduciendo ei período de enseanza elemental de siete a seis años. Consiguiendo así in reducción del nive!
educacional los que manejar la Asociación Educacional Católica esperan restar alumnos a las escuelas privadas no sectarias o forzarlos a un sirlar rebajamiento de nivel. Desde luego, no admiten esto, y aun expresan ason.
bro respecto de que nadie pueda pensa. Declaran que quieren en realidad elevar el ni.
vel educacional eliminando o aplazando la innecesaria super posición de cursos, principalmente los cursos de ciencia e historia. Emplean argumentos elevados como el siguiente: que el sisterra por el que ellos abogan alivia.
rá la carga educacional que pesa sobre el gobierno y sobre los padres; que los filipinos ro necesitan in. itar profusamente a los Estados Unidos. que el sistema ha sido practicado en Europa durante cuatrocientos años y fué seguido aquí en tiempos de España, produciendo personalidades tan notables como Quezón y Osmeña y refuerzan el argumento declarando que todo filipino que no crea que la inteligencia filipina es capaz de hacer en seis, tres y tres años (doce en total) lo que a los americanos les lleva hacer en oho, cuatro y cuatro años (diez y seis en total) sufre de un deplorable complejo de inferioridad.
Un extraño plan de cursos semi seminaristicos ha sido trazado para la segunda enseñanza la superior por hombres como el padre Edward Haggerty, y el padre Vicente de Paul Obierne, demandando muchas horas de instrucción religiosa todos los años (sin importarles aquí la superposición. y otros cursos compuestos principalmente de idiomas, retórica y filosofía escolástica. Los voceros de la Asociación dicen que la ormación. más bien que la información es el fin y que los cursos predominantemente lingüísticos en contenido promueren el desarrollo de la sabiduría y la elocuencia en el alumro La clerecía intenta analar el sistema de es cuela pública en las Filipinas y reimplantar el sistema de clases europeo de educación que tiende a mantener a las masas mudas y a las clases superiores embotadas. Lo que estos curas proponen demuestra a las claras que 10 tienen el menor interés en la educación, y si sólo en ei adoctrinamiento reaccionario. NO les importa nada la cultura; sólo les importa el culto. Esperan reconquistar su instrumento de estrangulación sobre la mente del pueblo y reimplantar los días del oscurantismo y lo que un intelectual filipino ha llamado el igncrantismo.
El temple de los clérico fascistas de las Filipinas está bien ilustrado por un reciente in cidente. La Silliman University, una institución americana de muy alta reputación en el país, celebró su cuadragésimo aniversario y el Alto Comisario de los Estados Unidos, Francis Sayre, hizo una breve declaración de felici.
tación en esa ocasión, diciendo que esta escue la es representativa de lo mejor en la cultura que los Estados Unidos trajeron a las Filipinas. Esta simple declaración de un hecho mortificó excesivamente al editorialista del Commonweal que hemos citado aquí varias veces.
Con las siguientes palabras se permitió llamar a cuentas al Alto Comisario. No fue fácil la tarea que el Alto Comisario Sayre eligió la semana pasada al emitir palabras de elogio para una institución que, no importa hasta que punto haya corregido desde entonces su actitud, hay que identificar todavía con la introducción en Filipinas de una práctica que no les va bien a los americanos.
Me refiero a la generosa, pero mal fundada creencia del Comisario de que la institución que felicitaba se había portado como representante de la mejor cultura y modo de vida americanos. Indudablemente, mucho de lo que dijo era cierto, pero como creyente en la necesidad de decir la verdad, por amarga que sea, debo corregir la impresión así creada. El proselitismo, o en las palabras, de un exministro no católico, la intromisión en el cercado ajeno. no es cualidad americana; y aún cuando algunos americanos practiquen esta forma de robo, no puede ser considerado por mucho que se estire la liberalidad, como parte de las mejores tradiciones americanas.
Continuó haciendo la acusación de que las instituciones extremadamente sectarias y faná.
ticas que siguieron aquí a la bandera usaban sus conversos como reservas y unidades activas en una quintacclumra anticatólica. y citaba a observadores americanos que habían dicho que en los países catóricos al sur de Río Grande, las actividades de los activistas religiosos americanos están creando un sentimiento antiamericano entre los nativos. Terminaba con una recomendación, que poniar también en boca de otra persona, de que fuera parada la corriente de tanto celo.
Las Filipinas son, pues, un cercado que ninguna agencia de ilustración debe pasar sin ser culpable de intromisión en una zona que la jerarquia quiere se considere como su feildo particular de sacerdotal (y también en no pequeña escala capitalista) explotación. Aquí vemos también una indicación de la ligazón de ia mentalidad sacerdotal entre las Filipinas y Suramérica, y otra amenaza apenas disimulada para el gobierno americano.
Los sacerdotes extranjeros están llegando a las Filipinas en cantidades cada vez mayores, a tal extremo que se dice que se está efectuando una desfilipinización del clero en algunas partes del país. Aproximadamente la mitad de los alemanes que hay en las Filipinas son sacerdotes y monjas. La mayoría de los curas extranjeros son todavía españoles Pero el sector más antidemocrático del clero se compone principalmente de iesuítas americanos o americano irlandeses. Durante los últimos once años, grandes sumas de dinero han sido gastadas por la clerecía, no para construir nuevas iglesias, sino nuevos conventos para los activistas religiosos y nuevas escuelas y colegios, o que pasan por tales. Estos últimos enseñan principalmente a los hilos e hijas de los influyentes y adinerados. Los grandes edificios modernos de concreto atestiguan el esfuerzo de la Iglesia por reconquistar su doninio sobre el pueblo, que se le ha ido escapando de las manos bajo la política americana de liberalismo e ilustración.
La riqueza de la Iglesia Católica en las Filipinas es todavía enorme en tierra y en edificios, grandes haciendas e inversiones en minas, bancos, compañias de seguros, casas de préstamos y otras empresas, incluyen lo algunos centrales azucareros importantes. Recientemente se ha sabido que una empresa de corretaje no católica de Manila tiene una gran cantidad de fondos jesuítas dispuestos para inversión con buena garantía al ocho por ciento. través de sus inversiones así como a través de sus armas de propaganda, la Iglesia puede ejercer mucha presión sobre el gobierno y sobre la prensa.
Hay en las Filipinas mucha oposición a las actividades antidemocráticas de la Iglesia. aun entre los más devotos católicos, pero esta oposición permanece muda en su mayor parte. Como en los Estados Unidos, la prensa es obligada a guardar silenc Han de ser respaldadas la ideologia clé.
rico fascista y los prograras y métodos de Franco, Salazar Petain por nues. rcs ciudadanos católicos, en vez de pies ar su adhesión al espíritu y modo de vida americano?
Esto apenas puede imaginarse, pero si los catolicos americanos decidieran seguir la dirección política del fascsimo, entonces presenciariamos una insurrección dirigida por el más vieio y niejor organizado enemigo de la libertad humana de toda la historia.
Es, después de todo; una buena cosa el que el clero en las Filipinas, el clero dirigido por los jesuítas, esté revelando sus métodos y fines tan abiertamente. HARTENDORP ANTONIO URBANO EL GREMIO TELEFONO 2157 APARTADO 480 Almacén de Abarrotes al por Mayor SAN JOSE, COSTA RICA Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica