Democracy

244 REPERTORIO AMERICANO Sangama ¡Brann. Cayó del techo, a mis pies, una No tardará en quedarse muerta. Esta es serpiente que, rápida, se irguió en actitud ame la cosa más rara e inexplicable que puede aconnazadora. Vi sus chispeantes ojillos malignos tecer en la selva. Sin duda, se trata de una y su nerviosa fina lengua moverse hurgando víbora enloquecida. No; debe ser viejísima y en todas direcciones. Estaría, quién sabe, ca ciega por la edad. Confundir los pantalones zando ratones en el techo de la casita abando de un hombre con un tronco hueco. inexnada, en cuyo emponado (1) hallábame tendi plicable. Inexplicable! Un momento más y do negligentemente, procurando dar descanso quedará Ud. libre. Todavía le palpita la cola.
a mis miembros doloridos y ponerme a cubier De repente dió un fuerte tirón. La vibora, to de los quemantes rayos solares.
sacada de golpe, fué a revolcarse a cierta disUn escalofrío de terror recorrió mi cuerpo tancia, con la boca blanquecina mordiendo en y me consideré perdido. Esperaba de un mo el vacío.
mento a otro la mortal picadura si la maldita ¡Ya era tiempo! Cuando me levanté, empaserpiente notaba el más leve movimiento de pado en sudor frío, la cabeza me dolía terrimi parte. El instinto me hizo quedar absoluta blemente todos los objetos, que bailaban fremente quieto. Esa cabecita en forma de dia néticos ante mi, tenían un pronunciado matiz mante, levantada con insolente fiereza, fijó sus rojizo. Ahí estaba la víbora revolviéndose en ojos, con carcada desconfianza; pero al cabo el emponado. el hombre, provisto de un palo de un momento que me pareció interminable, la remató de certero golpe en la cabeza, miense posó en el suelo, quedando, al parecer tran tras decía lamentándose: quila. Sentí gran alivio, pues pensé que se Hubiera sido más fácil vencerla con la alejaría; mas mi angustia es moral cuando música, pues no hay cosa que guste más a percibí su contacto frío en uno de los tobillos. estos bichos. Nada habría sido más sencillo Lo peor fué que confundiendo la abertura in que sacarla llamándola con las notas de una ferior de mi pantalón por un hueco en que quena.
pudiera guarecerse, principió a deslizarse rep. Ha llegado Ud. a tienipo para salvarme la tando por mi pierna. Pronto me llegó al muslo. vida le dije agradecido y siguió avanzando. forzó paso hasta mi La vibora tiene el color rojizo de la vejez cintura y, luego, incomodada por la presión y hasta podría asegurar que era miope conde la tela, retrocedió hasta el lugar que en tinuó calmadamente, como si no hubiera escucontró conveniente, donde se revolvía, ora con chado mis palabras. Milagrosamente ha vivido suavidad, ora frenética, tratando de hacerse al hasta ahora sin ser cazada por un gavilán! Es espacio.
Posiblemente, muy pocas veces un hombre un jergon! Verdaderamente ha vuelto Ud. a nacer. Me llamo Barcas. Abel Barcas volvi a interrumpirle. Quisiera saber el nombre de mi salvador. Oh! No se preocupe, joven. Pero si quiere saberlo. Las gentes de por acá me llaman Sangama. Pero, y esto téngalo muy presente, en la selva nada vale el nombre; a las personas se les considera por los hechos.
La aparición de este hombre y su eficaz in.
tervención para librarme del peligro en que me hallaba, se habían producido, súbitas y oportunas, cuando la más cruel angustia esta ba próxima a producir en mí fatal desenlace.
Por eso, apenas mis nervios destemplados por el pavor, y mis sentidos, desequilibrados por la tortura, consiguieron serenarse lo bastante para que yo pudiera establecer juicio sobre las cosas que me rodeaban, quise precisar las características del aparecido.
Era alto, muscoloso, revelaba virilidad hercúlea y parecía esculpido en bronce elástico y terso. El semblante aguileño, de dura expresión y rasgos fuertes, tenía, sin embargo, recóndita bondad que nacía del fondo profundo de grandes pupilas obscuras. La palabra, lacónica, severa y sentenciosa, sonaba convincente y profética, como la de los iluminados. Estaba, indiscutiblemente, dotado de excepcionales poderes y virtudes.
ARTURO HERNANDEZ Lima, Perú, 1942.
se ha visto en trance tan desesperado. Ese día, La nueva educación y la defensa de la democracia de seguro, envejecí envejeci 10 años. No sé cuanto tiempo duró tan terrible angustia, que crecía por momentos ante la certidumbre de que nada ni nadie podría auxiliarme.
De rato en rato, oía distante ruido de remos que pasaban por el río; pero. quién habría de detenerse a visitar esa choza abandonada. esa víbora que se había metido entre mis pantalones, confundiéndolos con un madero hueco, no tenía cuádo aquietarse! Al menor movimiento que yo hiciera, me clavaba los agudos colmillos inyectándome todo su veneno. Su inquietud me decía muy a las claras que la incomodidad iba irritándola cada vez más. Todo mi cuerpo temblaba interiormente a impulsos del vibrátil estremecimiento del reptil. Joven, su canoa, mal amarrada, estuvo bajándose con la corriente!
Aquél, que por extraño designio del Destino, venía en mi ayuda con tanta oportunidad, hablaba desde la orilla del río. Como no le contestara, se aproximó levantando la voz. iJoven. Se ha quedado dormido?
Oi el ruido de sus pasos que penetraban a la casucha, y apareció ante mí un hombre que se detuvo a mirarme asombrado. Mis ojos debieron impresionarlo por la indescriptible expresión de terror y esperanza que reflejaban.
Afortunadamente, el movimiento de mis pantalones le reveló la tragedia. Estese quieto! me dijo con acento imperioso.
Seguidamente prendió un enorme cigarro y comenzó a envolverme en densas bocanadas de humo. La vibora se tranquilizó y, poco a poco, fué extendiéndose hata quedar casi exánime. continuó la fumigación con más fuerza, hablando durante los intervalos en que la boca le quedaba desocupada del humo que expelía.
En la actual hecatombe que conmueve al ranía popular, y de la esencia de nuestra perMundo enfilándolo desde el punto de vista sonalidad política y jurídica de nación surgida ideológico en dos frentes definidos: el tota a la vida independiente bajo los moldes de la litarismo, como sistema político y compren revolución francesa, y con todas sus institusión de vida social, y la democracia, como es ciones hechas en el gobierno del pueblo, por tado mental de los individuos y de los pueblos, el pueblo y para el pueblo. que impulsen en y como un régimen político y filosófico de forma absoluta, la movilización de las fuerzas convivencia, nos corresponde como a país livitales nacionales que propugnamos para la gado por los pactos internacionales de Lima, defensa de la democracia. 24 de noviembre de 1938) y de Rio de Las prácticas de nuestra azarosa vida políJaneiro (Enero de 1942. cumplir sin reser tica durante más de 100 años de republicanisvas y con la urgencia reclamada por la hora mo para hacer efectiva la democracia, pese a dramática de la humanidad, con la moviliza. las imperfecciones consiguientes, formaron esa ción de todas nuestras energías materiales y sutil sensibilidad de nuestro pueblo, prestánespirituales para la defensa de los postulados dolo para la defensa de los ideales de libertad y democráticos.
de justicia, cada vez que presiente el despunPero, hay que entender y proclamar bien tar de algún rasgo tiránico en los gobernantes, claro que no es una adhesión tibia, pudorosa, y convirtiéndolo en el celoso y apasionado determinada por el formalismo, o de la ple guardián de dichos ideales. Esta herencia ragación más o menos hipócrita indicada por el cial, esta figura moral del Perú, es una detercálculo a los conveniencias utilitarias, la que minante de que nunca podría ser tolerada cualdebe mover nuestra patria hacia el bando de quiera otra forma de régimen extraño a este las democracias. Roosevelt ha dicho: El due patriotismo nuestro.
lo es hoy entre la barbarie y la Civilización; En estos momentos álgidos de amenaza a entre la Conquista y la Libertad. Por ello, la civilización y a la vida libre de todos los tiene que ser el grito sincero, arrancado de pueblos débiles o pequeños del orbe, ha sonado las entrañas mismas de nuestra raza criolla, de la hora de la movilización general de las fuernuestra tradición republicana, de nuestra his zas defensivas. No solamente de nuestros retoria de pueblo libre, de nuestra cultura nutri oursos materiales, de nuestras materias primas, da con las fuentes de la libertad y de la sobe de nuestra riqueza de los tres reinos, sino de la totalidad de nuestras energías espirituales, representadas en la nación por sus hombres, y en especial, por sus juventudes.
TEVES Mas, no se crea que cuando se habla de una movilización de hombres. se tiene la idea NOTARIO simplista de mandarlos a los campos de bataOficina: Negreiros 544 lla o a los frentes de lucha. Ni se piense tampoco, en que ésta es para lograr la victoria en TELÉFONO 31370 la guerra, dentro de un plazo más o menos breve, o más o menos próximo.
Lima Perú Es preciso definir bien dos posiciones fundamentales: 10 Que esta movilización de nuesJULIO. Plataforma construida con tallos de la palmera Ilamada pona. Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica