300 REPERTORIO AMERICANO Regreso ROMANCE DEL VERSO QUE QUISIERA HACER (En e! Rep. Amer. tribuna cultural de Indoamérica. dice la autora. Vengo de regreso de la Primavera.
me clava en los ojos el fulgor extático Hurgando la planta de mis pies cansados, de un sueño que cuna su estrella en el mar.
mueven los caminos triscar de hojas secas y, la luz medrosa se duerme en mis manos. Hace mucho tiempo que la princesita doña Primavera, de las trenzas rubias Fui loca insaciable de abriles y mayos, y los glaucos ojos, no trae a mi orilla bajo los rosales del cielo profundo palmares con playas y escamas de lunas, vi estrellas lunas como lotos blancos flotando en las aguas de un lago nocturno. Vive la princesa lejos de mis brazos, rara y displicente llevóse con ella, Vislumbro a lo lejos la puerta de Otoño trocados en breves piedras de alabastro, y al pasado vuelvo la ansiosa pupila mis ennegrecidos collares de pena.
para ver que el viento borró del sendero las huellas ingrávidas de mi andar de niña. Mi espí escarba la seca hojarasca picando sus granos de luz en las eras Bajo el claro cielo de la primavera que se hacen caminos y, arriban la alta dejé por la tierra mis sueños dispersos, cima que hoy contempla en paz las veredas y aún llevo en el alma retazos de estrella y en el pecho aroma de lotos inmensos. por donde regreso de la primavera.
Escucho a distancias pertunos ladridos Pegada a los chorros novados que exprimen que punzan el aire con negra soberbia las ubres del monte, en pueril retozo, y caen, como hicientes puñales vencidos.
tomaba en el hueco de mis manos vírgenes, frescor de agua hundida en soleado alborozo. Soberbios los ríos brincan a mi espalda y al mar van con impetus de chivo travieso.
Vengo de regreso de la cimavera yo, con mi antorcha gloriosa en el alma, que reina en los mansos bosques del pretérito; pintaré de oro las nieves de invierno.
cuando yo cruzaba sus largas veredas, iqué sol tan ardiente florecia en mi pecho! Tocada de soles la honda pupila, calzando sandalias de rosas bermejas, Vengo de regreso del jardín pomposo y la experta mano grávida de orquídeas, donde hay rosales que ocultan espinas, vengo de regreso de la primavera.
y entre cuyas zarzas, en dulce atolondro quedóse en girones el alma prendida.
Estoy en la cumbre serena del sueño, hundida en un cáliz de mística esencia; Hoy luce mi barro tatuajes de trópico, rezando en voz baja las notas de un credo y en ansia, velada de serenidad, llegué, regresando de la feimavera. Del libro en preparación: Arca purpúrea. Costa Rica. AMELJA CEIDE Yo quiero escribir el verso que tengo vivo en mi sueño, tiene la voz de campana y es alado como el viento.
Verso que amasa mi sangre, verso azul de terciopelo, eres humilde, sencillo y grandioso como el vuelo.
Yo te siento sobre el alma como un mensaje agorero, yo presiento tus palabras, oigo tu canto en mi pecho, es el canto de la estrella, del río andariego y suelto, de la alondra, de la flor y de las nubes en vuelo.
Eres un gozo amargado sobre mi pecho pequeño, una tristeza gozosa que me gusta y me da miedo.
Verso que amasa mi sangre, verso azul de terciopelo algún día he de cantarte con voz cálida de fuego.
Junio 19 de 1942.
DANZA DEL DOLOR Danza el dolor en el suelo con paso rojo y fecundo, danza el dolor sobre el mundo y es su danza como el vuelo.
Danza lóbrega y profunda, eres un grito del cielo, un grito rojo de anhelo sobre la tierra fecunda.
Con paso firme y letal, trazas circulos de fuego y eres danza, como un ruego que se eleva en espiral.
Danza roja de dolor.
clama el mundo tu presencia, eres la mágica esencia de la herida y de la flor, Danza lóbrega y profunda, eres un grito del cielo, un grito rojo de anhelo sobre la tierra fecunda.
QUIERE ESCUCHAR MI OIDO.
Poesías (En el Rep Amer. YO SIENTO EN ESTA NOCHE.
Yo siento en esta noche un aliento profundo, un celeste mensaje de las playas del mundo, es surtidor de canto que florece en mi huerto y pájaro encendido sobre mi pecho abierto.
Por él veo más clara la noche constelada, comprendo que las cosas son de esencia sagrada, siento el dolor inmenso del mundo en agonía y oigo el canto del viento en las tejas del dia.
Aliento del alma, mi profundo aliento, celeste mensaje que me trajo el viento, surtidor y pájaro en mi pecho abierto, por ti la poesía florece en mi huerto.
QUIERO CANTARTE TI.
Quiero cantarte a ti, luminoso silencio, sagrado confidente de pensamientos hondos, red mágica de asombros en la noche dorada y barquita de luz que navega en el alma.
Quiero cantarte a ti, esta noche de invierno, quo con tu voz de sombra consuelas mi tristeza.
Por ti conoce el alma el misterio del verso. palpita en el hombre la palabra de Dios.
Silencio mi silencio, único y universal, sagrado confidente de pensamientos hondos, quiero cantarte a ti, esta noche de invierno la canción más hermosa que florezca en mi huerto.
Quiere escuchar mi oido la palabra secreta, que se agita en el mundo misteriosa y latente hace años me persigue, mi corazón presiente, su tenue resplandor de lámpara discreta.
Hay días que percibo su voz estremecida, como el leve rumor de un ala que se agita, ya creo adivinar su música infinita, cuando otra vez el viento la aleja de mi vida.
Vuelve otro vez a mí, cerca de mi palpita oh celeste palabra de voz estremecida, que no te aleje más el viento de mi vida, quiere escuchar mi oído tu música infinita, CLARIBEL ALEGRIA.
Santa Ana, El Salvador.
Junio 17 de 1942. Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica