12 REPERTORIO AMERICANO Raafel Moscote, Columbia University. Prof. de Civilización y de Historia en la Universidad Nacional de Panamá: Aspectos de la Civilización Occidental (1ra. parte. Panamá. 1940. Envío de Berta Quesada de Moscote. Señas: Escuela Normal Santiago.
Rep. de Panamá. Lázaro Liacho: Pan de Buenos Aires. Poemas. Librería Anaconda. Buenos Aires.
Con el autor: Rivadavia 578. Buenos Aires, República Argentina.
Arturo Agüero: Romancero Tico. San José de Costa Rica. 1940.
Memorias del Gran Mariscal Don Luis José de Orbegoso. 2da. edición. Lima.
1939.
Envío del nieto, Luis José de Orbegoso. Negociación Agrícola Chiquitoy.
Trujillo. Perú.
Mercedes Maiti de Luarca: Teatro Infantil. San Salvador, septiembre de 1940.
Luis Prieto Apuntes de Psicologia para la enseñanza Secundaria y Normal. Ediciones Morelos. México, 1940.
Con el autor: Librería del Magisterio. Cruz Verde a Zamuro letra Caracas, Venezuela.
Andrés Sabella: La sangre y sus estatuas. Poemas 1935 1939. Santiago de Chile. 1940.
Con el autor: Correo 21. Santiago.
Chile.
Silverio Boj: Ubicación de Don Segundo Sombra y otros ensayos. Tucumán. 1940.
Con el autor: Monteagudo 160. Tucumán. Rep. Argentina.
nos impulsa. Será una obra realizada por el esfuerzo exclusivo de los argentinos; esfuerzo que se aplicará también a impedir que toda nuestra economía esté en manos de los extranjeros.
La Junta de Recuperación de las Malvi.
nas, en el 107 aniversario de la toma del archipiélago por una nación poderosa, hace un llamado a la juventud, cuya cualidad específica es la de anteponer los valores del espíritu a los intereses materiales, para que se incorpore a la cruzada que emprendemos.
Ella, en primer término, debe protestar contra el abuso de la fuerza de que fuimos víctimas, lo que lleva implícita la protesta contra toda violación de soberanía de los pueblos débiles por naciones prepotentes, ávidas de expansión y de dominio.
Estamos asistiendo a un proceso de desintegración moral que relaja los caracteres y prepara a los hombres para la servidumbre.
Parece haberse levantado en el mundo un nuevo altar al miedo. Está en peligro el porvenir del hombre, que corre el riesgo de ser avasallado y convertido en ciego instrumento de fuerzas materiales. debemos evitar que ese proceso tenga repercusión entre nosotros, para que no se produzca la destrucción de los valores morales.
Defendiendo nuestros derechos contra el fuerte, sin apartarnos de nuestra línea recta de idealismo que nos ha dado jerarquía espiritual en el mundo, estamos contra todas las empresas liberticidas, en las cuales carece de valor la palabra empeñada con el débil, siendo, por lo tanto, ilusorio todo pacto o compromiso.
La Junta de Recuperación de las Malvinas espera confiada en la justicia, y afirma sus derechos argentinos, en esta hora incierta en que en el otro continente se escarnece y se suprime el derecho, para reemplazarlo por el poderío y la avidez.
Edgar Ubaldo Genta: La Epopeya de América, poema dramático continental, en un Prólogo lírico, tres Epocas heroicas y un Himno triunfal. Nueva edición. Montevideo. 1940. Con el autor: Quili 1414. Montevideo. Uruguay. El ler. tomo de la edición oficial de las Obras Completas del poeta Pedro Palacios (Almafuerte) nos llega de manos del gran amigo, español ejemplar y librero, Martin García: Poesias de Almafuerte. La Plata. 1930.
Solicitarla a Martín García e hijo. Av. núm. 1119. La Plata. Rep. Argentina.
Manifiesto de la Junta de Recuperación de las Malvinas (Envio de la Junta)
serena El de enero de 1833 ban transcurrido ciento siete años Gran Bretaña, sin títulos de soberanía, se apoderó de nuestras Malvinas por un abuso de la fuerza.
El 28 de diciembre de 1831, el comandante de la corbeta de guerra norteamericana Lexington, a raíz de actos legales realizados por el Gobernador Vernet, saqueo.
por orden de su gobierno, la Colonia de Puerto Soledad, apresó a seis ciudadanos de la República, destruyó el fruto de un honesto trabajo de muchos años declaró las islas argentinas libres de todo gobiera no la complacencia del gobierno de Washington (lo ha afirmado el publicista estadounidense Julio Goebel, profesor de la Universidad de Yale) el de Londres se hubiera abstenido de invadir el Archipiélago.
Los argentinos mantenemos, con firmeza, la esperanza de recuperar las islas, a su tiempo, y por los medios jurídicos que corresponden a la política internacional, sostenida invariablemente por nuestros gobiernos. Mientras tanto, para impedir la prescripción de sus títulos de soberanía, la Argentina renueva periódicamente su demanda ante Gran Bretaña, considerando, a la vez, al Archipiélago, como jurisdicción nacional, y como argentinos, a los hombres que en él nacen.
Hemos procedido siempre con un espíritu de justicia, que es paradigma en la historia, y por eso tenemos fe en el derecho, que arraiga en lo más hondo de nuestra nacionalidad. La fuerza sin razón no ha conseguido nunca seducir ni atemorizar a nuestro pueblo.
Con estas ideas se ha constituido la Junta de Recuperación de las Malvinas, formada por argentinos de todas las tendencias, que se vinculan merced a un anhelo común de justicia.
Aspiramos a forjar la conciencia colectiva del país respecto de nuestra soberanía sobre la tierra usurpada, sin perturbar en lo más mínimo la acción patriótica del gobierno argentino, ni herir los sentimientos del extranjero, Sin desplante, sin estridencia, serenamente, procederemos con la cautela y reflexión que exige tarea tan delicada y responsable.
La recuperación de las Malvinas se producirá en virtud de los títulos que posee nuestro país y de la fe en el derecho que Presidente: senador nacional Dr. Alfredo Palacios; Vicepresidentes: Dr. Gómez Langenheim y Ford de Halle; secretario general: Sr. Juan Carlos Moreno; secretarios: señores Juan Magaldi y Raúl Bassani; vocales: Ing. José Cilley Vernet, Dr. Santo Faré, Gral. Juan Ithurbide, Dr. Laurentino Olascoaga, Dr. Carlos Obligado, Dr. Ramón Doll, Sr. Rafael Jijena Sánchez, Dr. Arturo Palenque Carreras, Sr. Alberto Ezcurra Me.
drano, Sr. Carlos Duchini, Sr. Rodolfo Irazusta, Ing. José Manuel Moneta, Sr. Guillermo Perkins Hidalgo, Sr. Alberto Bernaudo, St. Alfredo Uriburu, Sr.
Eduardo Castilla, St. Alberto Alvarez Hidalgo, diputado nacional Sr. Manuel Castro Frediani, Dr. Juan Beltrán, Sr. Ernesto Navarro Sarmiento, Sr. Jorge Strauss Rolón y Sr. Carlos Castañe Torres.
La actitud inconcebible de Estados Unidos facilitó la invasión británica, que se produjo poco tiempo después.
En efecto: en plena paz continental, el de enero de 1833, llegó la corbeta inglesa Clio a Puerto Soledad, donde se encontraba nuestra goleta Sarandi, al mando del capitán don José María Pinedo. El comandante del barco británico expresó al argentino que en plazo de veinticuatro horas debía arriar su bandera y abandonar la isla. Pinedo no quiso abatir el pabellón sagrado de la patria y protestó altivamente contra la violación de los derechos de la República. Pero la fuerza sin derecho se impuso, y desde entonces flamea en las Malvinas una bandera extraña.
Buenos Aires se conmovió hasta lo más hondo. El gobierno argentino informó del atentado a las repúblicas hermanas del Continente, y dió instrucciones para la defensa de nuestros derechos a don Manuel Moreno, plenipotenciario en Londres.
En Washington no pudo sorprender el atropello cometido contra la soberanía de un pueblo americano, en plena paz, por una nación europea, lo que era explicable, pues Buenos Aires, enero de 1940.
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