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REPERTORIO AMERICANO 21 Los niños del del mundo (De Argentina Libre. Bs. Aires, 17 40. Un testimonio de la barbarie italo nazi (Niño herido en los últimos bombardeos de Barcelona. Cuenta da tradición que a Santos Pérez, autor material del hecho de Barranco Yaco en el cual no se perdonó la vida ni al pequeño hijo del postillón, lo persiguió por toda su vida el gemir del niño moribundo. En nuestras enconadas contiendas civiles en muy pocas ocasiches el niño es la víctima pura del odio de los mayores. El niño ha sido siempre sagrado para la espada del soldado o el puñal del sicario. Nunca fué, de igual modo, rehén de guerra. Por eso el hecho abominable que motiva el origen del heroísmo de Guzmán el Bueno ha quedado grabado para siempre en la sensibilidad humana como una lección de moral que los guerreros no deben olvidar: excluyamos a los niños de los riesgos de las contiendas. Si la acción de Santos Pérez al hacer degollar al hijo del postillón es considerada como una mancha de repulsiva cobardía en el cuadro de nuestras guerras, a qué monstruosidad es comparable a la de los jefes de los regimenes de fuerza que hacen torpedear los bancos con niños fugitivos y bombardear los barrios escolares elegidos de antemano para sus vuelos de picada?
El hecho puede promover profundas reflexiones después de haber infundido la desolación más tremenda en el espíritu humano. Pero ¿basta con ello. Será posible que a través de la historia puedan repetirse en el futuro horrores como éste. Esto constituye un simple entrenamiento para nosotros, decía, alegremente, el piloto italiano de un hidroavión que durante la guerra española lamémosla así bombardeaba cotidianamente la carretera de Tarragona a Valencia. en ese entrenamiento de horrores que fuer la guerra de España contra las fudrzas italonazis fueron los niños de la zona republicana las víctimas propiciatorias de la guerra nelámpago, los blancos de ensayo para el poder destruotivo de las bombas con la cruz quebrada.
Recordaré toda mi vida aquella alba del de julio en Valencia, hace cuatro años. Al llegar al motel de Munich ironía de nombre para un hotel de Valencia la encargada respondió a una pregunta mía, refiriéndose a los aviones. Esta iglesia que tú ves al frente fué destrozada anoche; pueda ser que no vengan hoy.
Esta era la esperanza. El que te toque una bomba es como una lotería. Has sacado tú alguna vez la lotería. me preguntaba el escritor Imaz, el secretario de la revista Cruz y Raya. ante mi negativa, añadió: Bueno, es lo mismo; no tienes por qué tener una suerte mejor.
Este era el espíritu de la gente de cualquier categoría mental de que se tratara. Se estaba preparando la acción de Brunete y quería conversar con algunos de los que marcharían al frente de inmediato. Me eché a andar por la calle de La Paz otra ironía de nombre y llegué hasta Trinquete de los Caballeros número 9, en donde Gustavo Durán esbozaba un espectáculo de la futura guerra europea con una clarividencia que algún día comentaré largameinte. Así pasó la noche, hasta que al punto de amanecer me quedé momentáneamente sólo.
Me iba quedando dormido cuando, de pronto, las sirenas tocaron su alarma, cryéndose de inmediato el estampido lejano de la primera bomiba que cayera en el hospital de Valencia. Qué hay que hacer? pregunto yo, novato en estos trances, como era, al músico chileno Kario Kotopos, responsable de la casa de la Cultura. Ponte junto al portal, que es el sitio más seguro respondió el gran ironista, por decirme algo.
Pero yo le hice caso, a lo mejor hablaba en serio. Como el refugio que había en ese sitio era insuficiente, muchas mujeres con sus niños, imitándome, vinieron a situarse junto a mí en el portal, y así me vi yo de pronto rodeado de niños con el corazón apresurado en esa alba trágica de julio en Valencia. Uno de los pequeños, de tres años, me tendió los brazos para que lo alzana. yo obedeci sus gestos. La mañana había llegado ya; miré aquellos ojos lenos de inocencia y temor y besé aquella frente clara. Dios no puede estar con ellos observó la madre, que estaba junto a mí.
Ni Dios ni nadie le respondí.
No era la guerra; era la destrucción sistema tica, la lucha contra los niños, contra las mujeres, contra la población civil. La tomba que calylera en esa iglesia de la calle de La Paz, en Valencia, era gemela de la que cayera en la catedral de San Pablo, en Londres. Es la catástrofe con el único objetivo de experimentar la abominable alegría de ver que el explosivo ha producido su efecto destructor. Cómo es posible que alguien esté con ellos, con los que están contra los niños, contra el porvenir del mundo. He aquí a lo que lleva la mística de la guerra, la consagración de la bayoncta, el fuego y la sangre como mé:odo de redención exaltado por una política monstruosa, sin ley y sin sensibilidad. Por todos los niños del mundo yo besé a laquel niño de Valencia. Se iniciaba allí la destrucción italonazi de alas desplegadas con intento más tarde del extenderse sobre todo el cielo de Europa. Pero el mar y el cielo marino no les son propicios. aunque tratan de sembrar el terror y la destrucción comienzan a sentir en su propia casa los males que ellos mismos han provocado. Pero para ellos y para estar de acuerdo con el filósofo creador de la doctrina que ellos han munido de acuerdo con sus antojos el matar niños está más allá del bien y del mal.
No se trata ya de banderías, ni de creencias, ni de ideas políticas, sino de tener sensibilidad frente a los hechos catastróficos y abominar de los sistemas de destrucción inventados por quienes gustan, para mayor comodidad, combatir desde la estratosfera. Por todos los niños del mundo, inocentes víctimas de la ferocidad al terror, por esa flor de infancia tronchada por la guerra, es que en un alba de Va lencia, escritores de distintas creencias y de diversas naciones, juramos un día defender la democracia, cuyo objetivo es el bienestar del hombre y no la destruoción del mundo.
PABLO ROJAS PAZ El heroísmo británico (De El Tiempo, Bogotá, 24 1X 40. Dr. GARCIA CARRILLO Médico Cirujano El último número de Life venido por avión, y publicado ayer en Nueva York, trae una cruel información gráfica sobre el bombardeo de Londres. Hitlor quiere destruir a Londres. dice Life. En efecto, los alemanes abandonaron los objetivos militares y se dedicaron a bombardear a la City, que se halla eh ruinas. El censor inglés, prosigue Life, horrorizado, dejaba pasar los nombres de edificios históricos tocados por las bombas. Westminster Abbey, el Parlamento, la National Gallery, Buckingham Palace, la Catedral de San Pablo, Victoria Station, Downing Street, en donde reside el primer ministro, Bond y Regent Street, Picaddilly Sommesert House, y otros centenares de calles y de edificios, familiares al mundo entero, han sido destruidos o averiados. Los nazis se han encarnizado sobre el centro de Londres, cuyo eje es la plaza de Trafalgar. No es posible alegar equivocación, porque si hay algún punto de la gran ciudad fácilmente reconocible, aun a grande altura, es Trafalgar Square. Qué objeto persigue Hitler con esta destrucción bárbara? Quebrar la moral inglesa; pero una vez más les ha faltado psicología a los alemanes. Life publica multitud de fotograELECTROCARDIOGRAMAS METABOLISMO BASAL Corazón. Aparato Circulatorio Consultorio: 100 varas al Oeste de la Botica Francesa TELEFONOS: 4328 3754