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98 REPERTORIO AMERICANO Pasionaria (En el Rep. Amer. José Portogalo Pasionaria. Esa luz de tu frente, pura sobre las rosas; esa luz de tu pecho, fuerte sobre el martirio: erigida entre espuma de lágrimas sin forma; construida sobre las columnas de la muerte, sobre las torres de la sombra.
está luchando en los sepulcros fríos donde duermen, sin sueño, los jóvenes clarines de la sangre que odia. se conmueven surcos. se construyen llamas. se despiertan gritos sobre los encendidos cálices de la aurora.
cial de su tiempo, el taoísmo se expresaba en un nihilismo anárquico y rebelde, en lucha y oposición contra el conformismo de Confucio.
Mientras esta religión se nutría de afirmaciones y aspiraba a construir un orden estable y estriotamente jerarquizado en la sociedad, los seguidores del Gran Camino negaban toda autoridad todo orden artificialmente elaborado por el hombre. La doctrina de LaoTsé coincide en muchos aspectos con el anarquismo filosófico occidental de los rusos y franceses del pasado siglo.
La supersticion, posteriormente, se aferró a la doctrina y la fué devorando como un cáncer. La búsqueda de la inmortalidad a traves del Gran Camino, degeneró en búsqueda de elixires de larga vida, exorcismos y encantamientos. La magia se tragó a la filosofía de Lao Tsé, del mismo modo que devoró a la ciencia de los alquimistas de la Edad Media Europea, a la Medicina de Paracelso o a la lerudición de Raimundo Lulio y Arnaldo de Vi.
llanova.
Venido al mundo, según reza el mito, en el año 604 con figura de viejo, blanco el cabello y arrugado el rostro. Lao lemprendió un día el Camino. al traspasar una frontera entre dos Estados, puso en las manos de un guardia su mensaje: su doctrina, la Biblia taoísta. Nunca se volvió a saber de él.
Se perdió la huella del nonagenario que emprendía una jornada que luego muchos imitarían. Pues taoísmo es una invitación al viaje. y la aventura es la glorificación de la vida rural en las montañas, en oposición al ideal confucionista de la vida ciudadana.
En pos de él, la herencia no se había de conservar mucho tiempo pura y ortodoxa: vendrían los médicos y charlatanes a enturbiar sus aguas; llegarían después los atletas y boxeadores, los herbolarios con sus afrodisíacos, los astrólogos con sus talismanes y los adivinos con sus presagios. Vendrían también legiones míticas a sumarse a sus filas: las hadas de los antiguos bárbaros de Shangtung, los horribles fantasmas de la mística Dinastía Tang, los pálidos e invisibles entes de la demonología Chin.
Pero Tao marcó hondamente su huella en el alma china. Fecundó su literatura con el ideal rural que alienta en su poesía, y con el viaje, la aventura y la deificación del héroe rebelde que caracterizan toda su novela. Marcó un rumbo perenne también en la pintura, que hasta hoy no se aparta del paisaje campestre, con la estrofa que traduce el estado del alma ante ese paisaje. Fué aún más allá: a un pueblo azotado sin cesar por el dolor, la miseria, las enfermedades y la muerte multitudinaria, Lao Tsé vino a ofrecerle la filosofía del renunciamiento y la certeza de que nada es estable, valedero y deseable. Fué el madero arrojado al náufrago, con una afirmación hecha de negaciones, como un perenne refugio ante la incesante avalancha de calami.
dades. Con razón afirma Lin Yutang que, el Naturalismo taoísta, es el bálsamo que cura las heridas del alma china. Millones de hombres sin saberlo acaso siguen hoy, como siguieron ayer y como habrán de seguir manana, con su escepticismo y su postura antiromántica e individualista tan característica de China, la huella imborrable del Sabio, a lo largo del Gran Camino. Si así fuera, la Vida seguramente les resultaría imposible. Tao. más que brújula astral para el Más Allá de la vida, viene a ser báculo precioso para adelantar por los caminos de la tierra.
JUAN MARÍN el canto que conduces sobre arterias de llamas, sobre desgarraduras de puñales y corrientes de antorchas, hasta vencer los troncos ensangrentados de la noche; hasta vencer el sueño endurecido de las raíces sordas.
subirá con sus nardos sobre las llagas duras de la tierra, sepultadas, entonces, por un nuevo orgullo de corolas.
Sepultadas. Vencidas. con sus filos romperá las nubes del espanto y aplastará las bocas insaciables y torvas, Campanas de la sangre! Arboles de la muerte. Madres, madres del mundo: si viérais, si escuchárais ahora esa luz y ese canto que se levantan sobre el dolor del mundo, esa luz y ese canto surgidos de las entrañas de vosotros. Es vuesta luz que rompe la obscuridad profunda de la tierra y entre lámparas frías se abre en alas maravillosas; es vuestro canto que va por las praderas de las lágrimas resucitando espigas en cunas de primaveras rojas, despertando la risa de los niños heridos, de los hombres hambrientos que muerden el fruto de la sombra.
Pasionaria. Es tu luz y es tu canto entre aureolas de sangre y venas de amapolas; es tu pecho que se levanta como un mástl de llamas en caminos de estruendos y entre furias de pólvora.
La veis, hombres tristes del mundo. La veis, madres tristes del mundo.
Cual un inmenso músculo de claridad su pecho se desborda, y es torrente de fuego en las siembras del crimen; luz y canto de todas las madres oprimidas que lloran; resonat de alegría en las vastas tinieblas del mundo.
Alegría del hombre, ya en marcha hacia la estrella redentora.
MANUEL NAVARRO LUNA Manzanillo, Oriente, Cuba. Dicbre. 1940.
Los mil y un cuentos Fidelidad (Dchuang Dsi y su mujer. Sacado de Cuentos populares de China. Revista de Occidente. Madrid. 1925. Una vez era un gran sabio que se llamaba Dchuang Dsi. Era discípulo de Laotsé. En una ocasión se quedó dormido durante el día y soñó que era una mariposa que volaba gozosamente por los árboles y las flores del jardín. Le contó este sueño a Laotsé. Este le dijo: Al principio, en el origen del mundo, tu eras una mariposa blanca. Descubriste el sentido y tie tornaste espíritu. Pero libaste las flores del melocotón, en el estanque de las nefritas, y en castigo de ello el pavo real verde que anida debajo del Trono de la reina madre, te mató a picotazos. Luego has vuelto al mundo en forma de hombre. Oyendo Dchuang Dsi estas palabras, se acordó vagamente de su vida anterior y formó el propósito de arreglar su conducta. Laotsé notó lo inteligente que era y lo inició en los secretos del libro del sentido y de la vida. Desde este momento, Dchuang Dsi aprendió a desdoblarse, a hacerse invisible, a adoptar cualquier figura. Se retiró del mundo, yéndose al pais florido del sur.
Un día que andaba en las montañas, vió a una mujer joven, vestida de luto, sentada ante una sepultura reciente. Tenía en la mano un abanico de seda y abanicaba sin cesar la sepultura. Dchuang Dsi le preguntó asombrado lo que hacía. El tonto de mi marido respondió la mujer se ha muerto desastrosamente. En vida siempre fué bueno conmigo. Al morir, me mandó que antes de casarme con otro, esperase a que se secara la tierra de su sepultura. Yo he pensado que la tierra fresca amontonada no puede secar así de pronto y por eso abanico la sepultura. De manera que usted desea dijo riendo Dchuang Dsi que seque pronto la nueva sepultura? Nada más fácil. Me permite ayudarle un poco? Cogió el abanico, dijo un conjuro, abanico un par de veces la sepultura, y la tierra se secó. La mujer se