Kidnapping

REPERTORIO AMERICANO 157 medio infalible el único al cual teme el general Martínez de hacer circular en hojas impresas al mimiógrafo estos escritos, y entonces si atendió al llamado.
Fue así como en octubre del año pasado, fue puesto a bordo de un avión y trasladado a Nicaragua, de donde hubo de escapar a la vigilancia de la Guardia Nacional por la frontera con Costa Rica.
Lo cuenta una maestra México, de abril de 1940.
se habló de la reelección del Dr. don Alfonso Quiñonez Molina. Fui testigo entonces de grandes y espontáneas manifestaciones populares para el mandatario Dr. Quiñonez, quien había tenido la gentileza de invitarme a sus jiras departamentales. pesar de esa gentileza, mi conciencia de ciudadano me obligó a trabajar en contra. Se me comisionó cortesmente para ir a hacer estudios militares en el Ejército francés. Encontrándome allá fui postergado en mi ascenso a Coronel en 1928. por último, en 1938, se volvió a tratar de la reelección.
También en esta ocasión demostré mi inconformidad, y no pudiendo continuar en esas condiciones, hice dimisión del cargo de Subsecretario de Guerra, Marina y Aviación que desempeñaba, concebida más o menos en los siguientes términos: Señor Presidente: Por no estar de acuerdo con los trabajos de reelección que actualmente se llevan a cabo por todas partes en el país, por medio de radio difusoras, autoridades públicas y aún por La República. suplemento del Diario Oficial, con la tolerancia de las autoridades supremas, y estando lo anterior en flagrante oposición con el juramento que de conformidad con nuestra Constitución Política presté al hacerme cargo de las funciones de Subsecretario de Estado en las Carteras de Guerra, Marina y Aviación, ante usted, de la manera más atenta y respetuosa, interpongo, con el carácter de irrevocable, mi renuncia del referido cargo. No omito expresar al señor Presidente mi más profundo agradecimiento por la confianza en mi depositada durante más de seis años, confianza a la cual. por otra parte traté siempre de corresponder patrióticamente en la medida de mis modestas aptitudes. Dios, Unión y Libertad.
Menéndez. La anterior renuncia fue presentada el 16 de agosto del año próximo pasado, y desde ese día fuí objeto de la más fastidiosa vigilancia. Vendí mi casa de habitación para trasladarme a vivir al campo, en mi propiedad El Faro. sita en los Planes de Renderos, queriendo demostrar a todas luces mi intención de retirarme a la vida privada, lejos de toda intriga. No se me dejó en paz y, por el contrario, se hostilizó hasta a mis empleados. el secuestro de que os he hablado al principio fue la culminación de este estado de cograve del caso es lo siguiente: en estos días, las autoridades encargadas de administrar justicia, a fin de justificar el referido informe la arbitraria prisión en que me encuentro, están en el proceso militar cambiando fechas, agregando autos ficticios y tomando declaraciones a testigos falsos. como lo anterior coastituye un grave delito castigado por nuestras leyes, y siendo Ud. Sr. Presidente, el Primer Magistrado de la Nación, lo pongo en su conocimiento para lo que estime conveniente resolver. Afin de ilustrar con más amplitud esta denuncia, me permito adjuntarle una copia de la que dirigí al máximo Tribunal de la República con fecha 15 de septiembre corriente.
Otro hecho que corre parejas en perfidia con el anterior, es el que se relaciona con mi salud y probablemente con mi propia existencia.
Es del caso recordar que durante más de un cuarto de siglo nunca me declaré enfermo. Es.
ta circunstancia es bien sabida por Ud. y todas las personas que me conocen. Pero desde hace algún tiempo he venido recibiendo avisos de que se atenta contra mi vida; y en efecto, a partir del segundo mes de encontrarme preso, he experimentado y estoy experimentando en los momentos que me dirijo a Ud. tales trastornos en mi organismo, que por lo insólitos, no pueden ser más que los efectos naturales de un lento envenenamiesto a que se me ha estado sometiendo. fin de proceder con serenidad y justicia tanto en el primer caso como en el segundo si Ud. me lo permite, propengo a su elevado criterio la siguiente solución: que Ud. nombre dos abogados y dos médicos de su parte, y yo el mismo número de abogados y de médicos de la mia. Esto, con el objeto de verificar la verdad de los hechos que le denuncio. Con ello Ud, descarga su conciencia de una grave responsabilidad, y yo tendré la ocasión de defender mi libertad ilegalmente restringida y mi vida en grave peligro en estos momentos. La idea de dirigirme a Ud. en los términos que lo hago, me la sugirió su elocuente discurso pronunciado por radio el día 15 del corriente, el cual abunda en palabras llenas de la más profunda y generosa filosofía sobre la Justicia y el Derecho. Después de haberlo escuchado, lleno de optimismo me dije: No es posible que un espíritu semejante pueda ordenar cosas tan ruines.
Si por razones que yo no puedo penetrar Ud.
resolviera no atender mi solicitud, le ruego al menos ordenar se me permita hacer mi testamento y legalizarlo en debida forma.
Dios, Unión y Libertad. Menéndez. Coronel Ni los escritos anteriormente citados.
ni la carta que enviamos completa, fue.
ron atendidos. Entonces se procedió al Sería cosa de nunca acabar, el querer relatar a Ud, la tremenda aventura de mi viaje ile.
gal desde la tierruca hasta Honduras, o mejor dicho hasta su capital. Bástele saber que fueron cuatro días de travesía mortal por entre montañas altísimas y desfiladeros; a través de llanos desolados, bajo un sol ardiente; con temor de ser alcanzada por la policía antes de cruzar la frontera, con temor de ser asaltados mi gente y yo por los salteadores que pueblan las serranias hondureñas. Con el himno de El Salvador y la Marsellesa en los labios en las mañanas, con un gesto de cansancio y de agotamiento por las tardes. Fue algo arriesgado y terrible, que por más que lo imaginé antes, sobrepasó a la realidad dura, que me hacia verme en las coches desvelada, sentada en suelos húmedos, mal comida y sin saber a dónde llegar. En El Salvador pasé escondida diez días en casa de y un mes y días en la de Las dos familias que me alojaron fueron finísimas y el último me dejó hasta que decidi la fuga.
ayudándome con dinero y con su guardia en la madrugada de mi salida. Es un buen camarada este X, también se movió mucho y movilizó la opinión de la high life, como se dice allá, en mi favor. Gastó sus dineros en atender a diplomáticos de. y. etc. tratando de que yo obtuviera un amparo diplomático, pero sólo fueron promesas y el tiempo pasaba. Así, pues, decidi jugarme el pellejo y escaparme. me fue a dejar hasta Santa Rosa de Lima en carro y de allí me fui con una mujer del pueblo a quien se le dijo que yo me fugaba de casa de mis padres en busca de mi marido que estaba en la costa norte de Honduras y que si me llevaba. Pagué, además, un guía por mi cuenta. La señora iba con un hermano y un hijo. Los cinco romeros conocimos el cansancio, la fiebre y el hambre. Ellos me consideraban mucho, pues decían. Pobrecita, se ve que no está acostumbrada. En Tegucigalpa pasé escondida veinte días.
Al fin supe por. de. que estaba en esa ciudad amiga a quien conocí en San Salvador. Me puse en comunicación con ella y de repente, como por encanto, a cambio de la fria recepción de un tío. me fue a buscar para que me hospedara en su casa y me convirtió de Cenicienta en Princesa. Paseamos juntas. Su marido, un abogado conservador, pero de lo más honrado que tiene Honduras en materia de Abogados, se porto conmigo como un gran amigo, por el solo hecho de que yo era conocida de su mujer. Me llevaron y trajeron en fiestas y me ofrecieron asilo permanente en su casa. El ofrecimiento era ventajoso, pero yo quería llegar acá. Dos meses de estancia en Tegucigalpa, voy después a con. ella està mal con el gobierno, veo que teme mi estancia allí, no me abandona, viene a y con ayuda de un salvadoreño me arreglan pasaperte en 24 horas; luego me ponen a bordo de un avión con rumbo a Puerto Barrios el 10 de enero. Hasta allí lo más importante de mi aventura, pues ya entro en Guatemala con pasaporte en regla.
sas.
Caballeros: sus vestidos de casimir El escrito del cual tomamos estos parrafos fue presentado a la Corte por la hermana del reo, Eloísa Ascensio Menéndez, el de julio de 1939, y era con el objeto de pedir la exhibición personal de!
reo. El escrito no fue atendido. Con fecha 22 de septiembre del mismo año fue presentado otro escrito que tampoco fue atendido. con fecha 28 de septiembre, sintiéndose el reo con síntomas de envenenamiento, dirigó al Presidente Martinez la siguiente carta: San Salvador, 28 de septiembre de 1939.
Sr. Presidente: Sólo por tratarse de hechos sin precedentes en los anales de mi patria, me atrevo a distraer por un momento su elevada atención.
Voy a cumplir nueve meses de permanecer guardando prisión ilegal en la Policía de Investigaciones Especiales, y hace más de dos que elevé por tal motivo, a la Corte Suprema de Justicia, una solicitud de Amparo Constitucional, no habiéndoseme notificado hasta la fecha ninguna resolución, no obstante haberse entreVistado el Sr. Juez Ejecutor nombrado, Dr. José Santos Morales, el día de agosto próximo anterior. El Dr. Morales devolvió a la honorable Corte las diligencias con el informe correspondiente el día del mismo mes de agosto, es decir, hace cincuenta días, lo cual constituye según la ley retardo de justicia. Lo más Señoras y Señoritas: sus abrigos a la medida o sus vestidos de estilo sastre, sólo la SASTRERIA LA COLOMBIANA de FRANCISCO GOMEZ e HIJO podrá complacerlos; úrica especializada en esta clase de trabajos, HAGA UNA VISITA SERA BIEN ATENDIDO Av. Central. Frente a las Cías. Eléctricas TELEFONO 3283 Solicitamos agentes, servicio remunerado