40 REPERTORIO AMERICANO Tendencias en la nueva novelística cubana Por José NAVARRO MONTES DE OCA (En el Rep. Amer. MAX Se pregunta uno qué cosa habrá peor que escribir un libro; y lo peor es, casi siempre, escribir sobre un libro; hacer crítica, formular un juicio.
Digo esto porque si se escribe y se hace crítica, crítica que propenda a un avaloramiento artistico se corre generalmente el riesgo de ganarse una malquerencia o un aborrecimiento. esto resulta por lo menos algo desagradable. Porque la mayoría de las veces se entiende o se piensa iesto es lo absurdo que el juicio sobre una obra para que no sea motivo de renor, debe ser ante todo laudatorio.
Pobre concepto es este.
Por lo demás, bien triste suerte le cabe a toda obra o toda reputación que no resiste la crítica o no la tolera. Llegado este extremo no hay que pensar en obra de arte; puesto que si algo ha de provocar la crítica y animar la polémica es, sin duda, toda manifestación de arte, por lo mismo que el arte no es otra cosa que creación e interpretación. ello esta razón básica trae en torno suyo el chaque de las ideas y los criterios. Al menos, tal lo que yo me figuro.
Por eso dejo dicho que no hay nada peor que escribir sobre un libro. Sin embargo hay que escribir, mucho más cuando como en el caso de Anteo, novela de Labrador Ruiz, es una necesidad, puesto que de por sí, por su propio valor, la obra reclama el juicio. tanto lo reclama cuanto que lo desafía.
Hace algunas semanas esta novela anda haciendo su destino y yo supongo que debe ser conocida, ya, del inteligente lector; aunque és tos estén fuera de Cuba, o mejor, a causa de ello.
Terminaré, pues, esta parte de mi artículo afirmando que Anteo es una obra que resiste la crítica. Cómo no. si la crítica es higiénica y saludable. La mediocridad claro que no la tolera. Por eso es quizás que no tenemos crítica.
Cuando se dice por adelantado que una obra resiste el juicio crítico se establece ya una consideración previa, favorable. Esto sin embargo 10 resulta un juicio acabado y completo. Es simplemente una impresión de conjunto; no un análisis que es cosa que requiere mayor amplitud. De todas maneras, cuando se habla asi de una obra es que ésta ha sido realizada con talento.
Arbitrariedad y patologia son determinantes de la condición de carácter y la conciencia intelectual. Es también problema de vísceras y glándulas.
Para abreviar (la patología influye hasta nuestra novela melodramática, donde el conflicto sexual es una cuestión patológica más que un estado pasional psíquico) diré que lo patológico es en Anteo una cuestión de imaginación.
Una adherencia de imaginación. Una rezumación intelectual; más bien un propósito que Lilla condición mórbida característica. De todos modos Anteo es un libro de deformaciones; un libro de crítica que hace sangrar la estulticia.
Pudiera sin embargo haber sido un libro de naturaleza franciscana a menos de no haberlo escrito Labrador Ruiz.
Por esta circunstancia puede decirse que Anteo no es un libro de reflexiones; un libro donde el sentido reflexivo de la conciencia intelectual normal y lógicamente se condensan, sino que es un libro de reacciones, que resultan por ordenamiento natural el producto de la vehemencia. La conciencia reflexiva está, pues, en Labrador Ruiz, sojuzgada, dominada por la pasión. Esto pudiera probar que en temperamentos de tal ccdición la conciencia reflexiva no es una conciencia filosófica, sino una naturaleza emocionada, embargada por la vehemencia.
La diferencia está en que la reflexividad pres.
ta al hombre una idea filosófica de las cosas, y, en cambio, la vehemencia lo hace revertirse anulando su capacidad de sufrimiento. En consecuencia, cuando un temperamento así es he.
rido de sufrimiento, reacciona siempre contra el dolor; y su sentido reflexivo no puede ser otro que un sentido profundamente emocionado, vehemente.
Por otra parte, Anteo puede definirse como un libro escrito para exponer una consideración de sucesos. No para agradar, ni para distraer: porque es una novela para ridiculizar, para establecer una consideración de lo ridículo. Todo está supeditado en este libro a ese propósito: el estilo, la forma, el contenido interno, su cla.
ve secreta. Por esta misma razón quizás Labrador Ruiz no es un escritor realista. La realidad no le interesa como realidad por sí misma; es decir, por su valor humano o su naturaleza cósmica, sino por lo que esa realidad puede ser substancia o materia apta para ser deformada Enrique Labrador Ruiz (Madera de Max Jiménez. dad radical, su desacuerdo con la gregaria naturaleza de las cosas. Este disconformismo, digo, lleva a Labrador Ruiz a la arbitrariedad y pronto ello se echa de ver en cuanto se advierte su proclive actitud a la deformación de hechos y cosas con el propósito de hacer de ellos materia imperfecta, o substancia mal acondicionada.
En todo caso, Labrador Ruiz llega a este extremo al tomar temas y tipos para su novela y crea una nueva tendencia dentro de la novelis.
tica cubana; corriente extraña y metódica. En Anteo esta técnica literaria se descubre sobremanera cargada de morbosidad. Los personajes que viven en la obra, aunque de por sí parecen imbéciles patológicos, son intencionadamente deformados hasta la crueldad. Esto cae dentro de la clínica del psico análisis. Pero no me propongo aquí hacer un estudio sobre la característica patológica de esta novela. Trato solamente este aspecto de la cuestión de un modo circunstancial, exclusivamente para referirme de paso a cierta naturaleza de nuestra novela, donde la adherencia patológica es evidente. Digo adherencia, no condición natural.
De todos modos quede señalado este vértice especulativo para el futuro.
Crisis de espiritu Vehemencias y reacciones En Labrador Ruiz la razca de esta circunstancia no hay que buscarla en nuestro ambiente y nuestro medio, factores que en todo casoAnteo novela gaseiforme, según la llama Labrador Ruiz es de estas obras. Está escrita con talento y más aún, con vigoroso talento.
Su estilo, en consecuencia, resulta personal y no porque se trate precisamente de un estilo conspicuo, sino porque en él se pone personalidad; personalidad excesiva y arbitraria si se quiere. Pongue si para juzgar literariamente a Labrador Ruiz a través de su obra, singularmente a través de esta última, se quisiera definirlo con una sola palabra, habría que decir de él que es un temperamento excesivo y arbitrario. Por lo tanto, un temperamento egoísta.
Anteo es una prueba de ello. Esta arbitrariedad nace de un complejo de superioridad o del concepto que Labrador Ruiz se forma de su propio sér en relación con las cosas del mundo exterior suyo. Nace de su propia personalidad intelectual y es, como dejo afirmado, una expresión de egoísmo, porque toda arbitrariedad es egoísta. Lo arbitrario en Labrador Ruiz tiene, sin embargo, una razón: su inconformiSeguros de esta razón uno trata de ver a ravés de esa prosa profusa y barroca que es toda la prosa de Labrador Ruiz; a través de esa floresta de palabras que hacen su estilo, cuál es la razón de ser de este libro. Porque un libro, cualquiera que ésta sea, tanto más un libro como Anteo, tiene siempre uno se figura ra que ha de tenerla una razón de ser. 80bre todo, cuál es su contenido de bondad humana.
Yo pienso que esta razón de ser la encuentra Labrador Ruiz en nuestra crisis de espíritu y nuestra crisis de valores que dan al hombre una conciencia racional matafísica. La civilización del mundo continúa acelerada su obra superadora; pero hace al mismo tiempo muchos cretinos. tal vez sea éste el motivo en que se apoya esta novela. De todos modos, cuando ya le creíamos muerto hace miles de años, resulta que Labrador Ruiz descubre a Anteo andando por las calles de La Habana; y en circunstanSuscríbase a este semanario por medio de LIBROS PUBLISHING CO. INC.
171 MADISON AVENUE New York, Pasa a la página 46.