72 REPERTORIO AMERICANO El decadentismo en Córdoba (De Rubén Darío: Escritos inéditos, recogidos de periódicos de Buenos Aires y anotados por Mapes. Instituto de las Españas en los Estados Unidos. Nueva York, 1938. Fray Mamerto Esquiú ¡Oh luminosas pascuas. Oh santa Epifanía!
Salvete flores martyrum! canta el clarin del con voz de bronce y de cristal: dia Sr. doctor Cornelio Moyano Gacitúa, presidente del Ateneo. Estimado amigo mío: Adiós, adiós, adiós.
Esta epistola tiene por objeto presentarle a usted mi renuncia indeclinable de miembro del Ateneo.
Ya no puedo continuar ayudándole a usted con mi modesta colaboración.
Antes de que me pregunte usted la razón de esta resolución mía, voy a dársela.
Yo no sé quién ni cómo ha resuelto esa velada literaria que se dio anoche en el Club Social a nombre del Ateneo, en honor del señor Rubén Darío; pero sé que ese hecho, y antes que el hecho la sanción, ha rebajado el nivel moral del Ateneo: ha destruido su autoridad en cuestiones literarias, y ha probado que prima alli un criterio irreflexivo; y si eso ha probado en cuanto a la literatura, ha ensayado, en cuanto a la universalidad de ramos científicos que forman las distintas secciones del Ateneo, un desastroso sistema que tiende a impedir los estímulos fundados en la verdad de los méritos que se deben premiar. Necesita esto una prueba? La tiene usted amplia y categorica: Hace un año próximamente me opuse tenazmente a que se nombrase miembros del Ateneo, en Buenos Aires, a tres jóvenes, que aunque tenían méritos para ello, no podían tenerlos para que se hiciese con ellos y sobre tablas una excepción, dejando a un lado, como se dejaba, verdaderas notabilidades científicas y literarias de aquella capital.
No es otra cosa, es la misma tendencia lo que ahora se ha resuelto en una sesión que dicen que hubo, en la única noche lluviosa de este año, sesión en la que yo no estuve presente ni usted tampoco.
Hay personas que pretenden que el Ateneo ha de discernir honores a sus amigos, aunque sean interecidos y una sociedad en que priman esos caprichos no tiene la principal base para su existencia, que es un criterio recto y honrado. La prueba? Sí, señor, a prueba y estése: Mitre, uno de los primeros escritores sudamericanos, el historiador más honrado de estas regiones, escritor verdadero. eh. estuvo en esta ciudad el año pasado y no le honró el Ateneo.
Güemes, el primer médico sudamericano, con fama europea, ha pasado por aquí temporadas largas, y no le honró el Ateneo.
Pizarro, el labrador de Providencia, vive entre nosotros, y si no es el primer orador parlamentario actual de la República, es uno de los primeros y no le honró el Ateneo.
Puede compararse el honrado de anoche con ninguno de los que he nombrado? Pues aún hay otros que no quiero nombrar. Quiere usted ahora que estudie aisladamente al señor Rubén Darío como literato? Pero. para qué. Qué culpa tiene el de que se den veladas en su honor? En todo caso, lo que habría que estudiar es el entendimiento de los que han tomado la desastrosa resolución que yo combato. Quiere usted conocerlo? Lea los versos en que elogia al señor obispo de Esquiú, publicados en Los Principios de hoy, en los que principia llamando blanco al horror. Por qué no le comuniqué a usted ésta mi resolución. Por qué no le envie esta renuncia antes de publicarla? Porque usted me hubiera hecho retirarla.
Yo quiero salir del manicomio donde se llama blanco al horror, donde, según Quevedo, se llama al arrope, crepúsculo de dulce; donde, según Stéphane Mallarmé, es lo mismo rosa y aurora, que mujer, es decir, que se puede decir hoy abrió una mujer en mi rosal; donde, por último, cada letra tiene un color, según René Ghil.
Ellos dirán que yo soy un loco, bueno: pues yo no quiero estar entre cuerdos como ellos.
Adiós, mi amigo; adiós a todos, siento mucho retirarme de ese centro donde tengo amigos verdaderos; pero ha llegado el momento de sálvese el que pueda y yo quiero salvarme, no quiero ser responsable del engaño, de la mistificación de que se ha hecho víctima a esta sociedad, llevándole a aplaudir a los pupilos del Asilo de las Mercedes.
Su amigo. Rodríguez del Busto.
SI. Viernes 16 de octubre de 1896.
Sobre la tierra grata brota el agua divina; la rosa de la gracia su púrpura culmina sobre el cayado pastoral.
Crisóstomo le anima, Gerónimo le doma; su espritu eta un águila con ojos de paloma; su verbo es una flor. aquel maravillos poeta, San Francisco, las voces enseñóle con que encantó a su aprisco en las praderas del Señor.
Tal cual la Biblia dice, con cimbalo sonoro a Dios daba sus loas. Formó su santo coro de Fe, Esperanza y Caridad; trompetas argentinas dicen sus ideales, y su órgano vibrante tenía dos pedales, y eran e! Bien y la Verdad.
Trompetas argentinas claman su triunfo ahora; trompetas argentinas de heraldos de la auroru que anuncia el dia del altar; cuando la hostia, esa virgen, y ese mártir, el (cirio, ante su imagen digan el místico martirio en que el Cordero ha de balar.
He aquí los versos que han originado lo anterior: Llegaron a su mente hierosolimitana la criselefantina Divinidad humana, las dulces musas de Helicón; EN SLOGIO DEL ILUSTRISIMO SENOR OBISPO DE CORDOBA FRAY MAMERTO ESQUIU, y él se ajustó a los números severos y apostólicos y en su sermón se escuchan los sones melancóde los salterios de Sión. licos Yo, que la verleniana zampona toco a veces, bajo los verdes mirtos o bajo los cipreses, canto hoy tan sacra luz; Un báculo que era como un tallo de lirios, una vida de cilicios de adorables martirios, un blanco horror de Belzebú, un salterio celeste, de vírgenes y santos, un cáliz de virtudes y una copa de cantos: Tal era fray Mamerto Esquiú!
Con su mano sagrada fué a recoger estrellas.
Antes cansó su planta, dejando augustas huellas, feliz Pastor de su país; ahora corta del Padre las sacras azucenas; sobre esta tierra amarga cogia a manos llenas las florecillas del de Asís.
en el marmoreo plinto cincelo mi epigrama, y bajo el ala inmensa de la divina Fama igrabo una rosa y una cruz!
RUBÉN DARÍO (El Tiempo, Buenos Aires, 19 de octubre de 1896.