HitlerIndividualism

REPERTORIO AMERICANO 245 te con alegría. Al fin de todo aquello, los claros címbalos festejan después de la penumbra de la flauta y el lamento de los violines la conquista de la Libertad incoercible. Es como cuando el aviador, sorteando la tormenta, con los poderosos motores trepidantes llegó hasta el aplacado y firme azul de los cinco mil metros. Todo el combate de los hombres de la Historia, enseñaba la música de Beethoven, como los poemas de su contemporáneo Schiller, es la búsqueda de esta lejana libertad; flor alpestre que vive en las peligrosas alturas, eterna insatisfacción y entrañable reclamo del individuo histórico. Con su batuta, verdadero tirso de hechicero, aquella noche de mayo, Arturo Toscanini conjuraba a buscarla a los homóres dispersos que van sufriendo por ella; a los sabios, los artistas y los escritores que aventó la presente barbarie.
Pensábamos que merced a la radio estas notas de Toscanini podrían llegar a una lejaca aldea en guerra, al campo de concentración donde entre las grietas de la soledad y de la noche los esclavos esperan que despunte el dia.
Editorial SENECA Varsovia 35 México, México Obras en venta: El problema social de la lepra, por el Dr. Julio Bejarano: 50 La mujer, el amor y la vida, por el Dr. Torre Blanco 50 Valores psicologógicos de la personalidad, por el Dr.
Antonio Abaunza 50 Enfermedades venéreas, por el Dr. Julio Bejarano 50 Primeros conocimientos de Aritmética, por el Profesor Santaló, encuadernado en cartoné 50 Primeros conocimientos de Física, por el Profesor Modesto Bargalló; encuadernado en cartoné 3:50 filósofos, estaba también sucumbiendo. entre la niebla presagiosa de aquella madrugada, sentíamos avanzar la tormenta. Sentíamos contra los valores que formaron nuestra conciencia estética y moral, la presencia de lo imprevisible y de lo monstruoso. Recordé algunas páginas patéticas eu que Gastón Boissier pinta el asombro de aquellos últimos romanos del siglo los del refinado círculo de Símacocuando se encontraron con los bárbaros. en medio de la angustia del mundo nos dolía también e por qué no confesarlo. nuestro propio destino personal. Dónde estaremos, qué será de nosotros dentro de tres o cuatro años nos preguntábamos antes de despedimos. Sabían aquellos artistas checos que yo conocí en la linda terraza del Café Manes en Praga, explicándome el movimiento de su pintura, de su teatro, cierto día de 1936, la suerte que les aguardaba. Lo sabían los escritores y artistas de la República Española. estos franceses que tan maravillosamente habían organizado su trabajo intelectual, que le dieron una como solidez de empresa manejando su repertorio de ideas, de formas, en la tradición de una cultura poderosamente estratificada. La tragedia de estas épocas tan cargadas de angustia y de sino como la que clausuró la civilización del paganismo, como la que está cerrando, también, el ciclo individualista y humanista comenzado en el Renacimiento, es que en ellas lo personal naufraga y se olvida en el terror colectivo. Convierten los individuos en la tierra y la arena sin nombre con que se comienza a edificar el desconocido mundo futuro. Pero el hombre siempre anhela. aunque sólo sea para que lo escuchen y lo comprendan generaciones venideras. signar el testimonio de su paso. Antes de que nos llegara aquella muerte, aquel temor que rubricaba tristemente nuestra despedida en Times Square, había que, salvar nuestro testimonio. Así Gastón Boissier describe a San Agustín levantando su utopía de la Ciudad de Dios, mientras los bárbaros entran en Hipona.
Va con ellos lo que es eterno e irrenunciable: el hambre de sobrevivir, el impulso agonistico sin el cual el destino humano sólo sería vegetación y reproducción. así nos despedimos peregrinos de opuestas rutas esa madrugada de mayo en Times Square, una de las encrucijadas del mundo que todavía permanecen encendidas.
14. 00 00 50 00 Finalizaba ya nuestro diálogo aquella madrugada en Times Square. En el cruce de trenes y destinos nos decíamos adiós, los que durante dos semanas compartimos el pan y las palabras, como en ferviente comunidad de escolares. América habíamos dicho quiere paz, comprensión entre sus gentes de pensamiento, una diplomacia de sus pueblos que sustituya a la de sus manosos políticos. El 22 de Mayo se nos preparó un festejo de clausura en la Feria Mundial, y de él estábamos de vuelta cambiando nuestros últimos coloquios de despedida. El mismo contraste entre un sueño de perfectibilidad y de progreso y la realidad patética de que informaban las noticias, nos había seguido en el itinerario de ese día.
Junto a la maqueta de una ciudad futuramicroscópica maravilla de la técnica. donde los hombres recibirán en sus esféricas casas movibles todo el oxígeno y el sol que necesitan, donde las calles habrán resuelto sus problemas de tránsito y donde una Ciencia socializada equilibrará el actual desnivel de los grupos humanos, junto a todo eso, y al enorme globo azul que en el centro de la Feria parece remontarse al alto y sereno cielo del progreso indefinido, otra realidad que había convertido en sepulcros los pabellones en que aspiraron a mostrar su esfuerzo y su espíritu, varios estados momentáneamente difuntos: Checoeslovaquia, Polonia, Noruega, Bélgica, Holanda. Algunas Avenidas de la Feria donde se desteñían las banderas de los pueblos que absorbió Hitler semejaban de este modo, avenidas de camposanto. Con ironía trágica, una muchacha vestida de aldeana bohemia nos in vitaba a escuchar sus canciones checas o en el Pabellón de Polonia se nos ofrece una tipica comida del país que ya no podrán gustar los polacos. Ahora Francia, nuestra Francia tau segura, la de nuestros libros y nuestros Poeta en Nueva York, por Federico García Lorca Disparadero español (el alma en un hilo) por José Bergamín Poesías líricas de Gil Vicente. Selección y notas de Dámaso Alonso)
Baraja de crónicas castellanas del siglo XIV. Selección y prólogo de Ramón Iglesia)
E! Victorial, Crónica de Pero Niño (Selección y prólogo de Ramón Iglesia)
Concordia discordia, por Juan Luis Vives.
Traducción de Laureano Sánchez Gallego (encuadernado en cartoné)
Piedras Blancas (Experiencia de la Muerte) por Pablo Landsberg España, aparta de mi este caliz, por César Vallejo Memoria del olvido (Poesías) por Emilio Prados Nabi. Poema)
Carner 50 14. 00 00 50 MARIANO PICON SALAS Caracas, 1941. 50 por José 50 rra 00 Solicite este semanario a la Señorita MATILDE MARTÍNEZ MÁRQUEZ LIBROS La Habana, Cuba. Apartado 2070.
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