CommunismElías Jiménez Rojas

92 REPERTORIO AMERICANO Hasta que mente en un asno. Fue entonces cuando Usted, mi amo, me compró para tenerme a su servicio.
Tamer con su candor de buen hombre, oía con verdadero enternecimiento el relajo del bribón. En su rostro Se advertía el asombro y el deseo de saber cómo su burro había vuelto a su estado natural. Entonces aquel siguió en su comedia. Seguramente mi buena viejecita ha sentido una gran pena al ver mi triste condición, y con el mismo fervor ha suplicado al buen Dios que me devuelva de nuevo al reino de los hombres. Tanto puede el corazón de una madre.
Al terminar su relato, el hombre se cubrió el rostro con ambas manos, simulando quedarse sumergido en un profundo abatimiento. Loado sea Dios en las alturas exclamó entonces Tamer. iQué historia tan maravillosa y proverbial!
Dicho esto, consoló de la mejor manera que pudo a aquel grandísimo belitre y tras de darle un prolongado y afectuoso abrazo le dijo. Cómo lograré ser absuelto de mi gran pecado de haber utilizado a un cristiano en calidad de bruto. Qué penitencia me será preciso realizar para alcanzar la merced del cielo? Decidme, buen hombre. dónde vive vuestra señora madre. Porque me será grato cargaros a la espalda y conduciros hasta la presencia de ella. Quien sabe si así podría reparar en pequeñísima parte todo el daño que os he causado. Dime, buen hombre. no me guardas rencor. El empecinado tunante, apenas podia contener la risa al ver el éxito que había tenido en su treta. Sin embarao siguió en ella y replicó, aparentando una real y honda emoción. Dios me asista en este trance. Bien sabe éil que jamás ha asomado a mi corazón un pensamiento indigno de vuestra alma pura. Creedne, en estos momentos sólo ansio correr hacia donde está mi madre. Nunca me he sentido más ágil que en estos instantes.
Allí chi mi hogar reflexionaré largamente acerca de mi conducta en el futuro. Sería mucho implorar de vuestra magnanimidad el solicitaros mi inmediata libertad. Tamer le respondió con exaltación. Todo lo contrario. Ya os la tenía concedida pero eso no me parece suficiente escarmiento de mi involuntario delito. Anda amigo, anda, y que Dios te colme con sus prodigios y sus mercedes.
la fórmula que viniera a solucionar el grave quebranto que la pérdida de su asno les ocasionara.
Por fin Vidad se atrević un día a insinuar tímidamente a Tamer la venta de aquellos hermosos aretes que realzaban sus atractivos e iluminaban su rostro. Con el producto que sacaran de ellos podrían adquirir otro asno.
Tamer conmovido abrazó a su esposa, reconociendo que esta era la única manera de salir del paso. Aquel desprendimiento de Vidad era una nueva prueba del sincero cariño que unía al matrimonio. fué de esta manera cómo Tamer llegó a la feria pocos días después de aquel desgraciado suceso que tantos trastornos causara en el hogar. Con su mirada experta el campesino recorría lentamente los asnos que all se ofrecían en verta.
Repentinamente su mirada tropezó con su propio burro. Le invadió una rara sensación mezcla de estupor y de molestia.
por fin, disimuladamente, decidió apartarlo un lado y cuando se hubo cerciorado que era Su asno, le habló al oído. Desdichado. Cómo es posible que te hayas dejado tentar de nuevo por el mal. Claro que has vuelto a emborracharte y a martirizar a tu madre! Lo que yo, en esta ocasión, no soy tan imbécil como para volver a comprarte.
BENEDICTO CHUAQUI a Ensimismado y cabizbajo Tamer dirigió lentamente su pasos hacia la aldea. Miles de ideas bullían en la mente, atormentándole. Por otra parle le hacia sufrir la pérdida de su asno que representaba un grave contratiempo para sus trabajos.
Iba tan abstraído que no se dio cuenta cómo se encontró frente a la puerta de su cabaña donde Widad lo esperab con angustia e impaciencia, extrañada de su insólita tardanza.
Tan pronto le divisó, su mujer echó a correr a su encuentro, preguntándole las causas de su atraso. Su inquietud aumentó cuando se dió cuenta de que el ano no venia con su rido, quien, con verdadera aflicción, le dijo. Amada Widad, quién lo hubiera creído. Figúrate que una repentina desgracia nos ha sobrevenido. sombríamente añadió: me temo que estemos en pecado mortal. Parece inverosímil lo que nos acontece. Te ruego, querida esposa, prepares tu ánimo para que resistas esta repentina catástrofe.
Presa de un verdadero desconsuelo, ki mujer exclamo. Por qué ha ocurrido. válgame Dios! Por caridad, cuenta, cuéntame. Imagínate, querida esposa, que nuestro asno, no era un as 10, sino un hombre. Un hombre como soy yo, o quién sabe si mejor que yo.
Widad le miraba con los ojos dilatados de espanto. Entonces su marido se sentó al lado de ella y comenzó a referinle el extraño suceso que le acababa de ocurrir. En su relato no olvidó de explicarle como él había accedido a darle la libertad a aquel hombre a fin de que pudiera ir a reunirse con su madre.
Widad, enternecida hasta las lágrimas, abrazó a su marido. En seguida se arrodillaron ante la imagen del Señor para orar dargamente.
Anhelaban redimirse cuanto antes de aquel terrible pecado que habían cometido involu:tariamente.
Esa noche no comieron y al día siguiente también ayunaron, reanudando sus oraciones con mayor devoción.
Creyeron, además, prudente no participar a nadie de sus cuitas y soportar solos el peso de su pena.
Jorge Vidal Ha gustado la novela corta de Georges Vidal: Mi mujer y mi monte, publicada en los tres números anteriores.
Nos han preguntado por el autor. Nuestro don Elías nos cuenta de Vidal lo que sigue: mi amo, Transourrieron warios días de verdadera incertidumbre, durante los cuales ambos esposos se torturaron el magin tratando de encontrar EDICIONES ERCILLA (Agustinas 1639. Casilla 2787. Santiago de Chile)
Las últimas ediciones: Bernard Fay: Civilización Americana.
Traducido por Hernán del Solar.
Nicolás Berdiaef: Orígenes y sentido Conozca al norteamericano y a Nor del comunismo ruso. Traducido por teamérica donde se juega el porvenir del Sánchez.
mundo.
Henry Troyat: La fosa común. TraJacques Maritain: Humanismo inte ducción de Hernán del Solar.
gral. Problemas temporales y espiritua. Son novelas cortas. les de una nueva cristiandad. Traducido Luis Alberto Sánchez: Valdivia, el del francés por Alfredo Mendizábal.
fundador. Compendia y ameniza una etapa En la Biblioteca Amauta (Serie decisiva en el amanecer de la nación chiAmérica. lena: la del dramático y prolongado choDiego Portales pintado por si mis que entre sus dos razas matrices: la araumo. Prólogo de Luis Alberto Sánchez.
y la española. Notas tomadas de la edición de ErnesRamón Gómez de la Serna: El Greco.
to de la Cruz y Guillermo Feliú Cruz. El visionario de la pintura.
José Victorino Lastarria: 5! manus Pedro de Valdivia: La conquista de crito del Diablo. Don Guillermo. Lima Chile. Cartas al Emperador Carlos en 1850. Prólogo y notas de Luis Al Prólogo y notas de Luis Alberto Sánberto Sánchez.
chez.
Jorge Vidal llegó a Costa Rica a fines del año 1926. Formaba parte de un numeroso grupo de inmigrantes franceses que venían con la idea de formar una colonia lejos de todo Gobierno.
En el grupo había artistas, personas de letras y obreros no especializados. Las mujeres ero1 relativamente pocas. Venían llenos de ilusiones, pero completamente a oscuras de las realidades. Se establecieron en un bonito sitio, en el Puriscal, lado de la costa. Pronto comprendieron la diferencia que hay entre la vida de Paris Idel París de antes y la vida de montaña, ruda monótcha. Además y esto fue lo principal surgieron rápidamente en la colonia las dificultades sociales de la falta de Gobierno, dificultades que no les parecieron ya preferibles a las de la Francia liberal. Nuestros inmigrantes regresaron, pues, unos tras otros, a San José, resueltos a volver a Francia, cosa que era bastante difícil para la mayor parte, por carencia de recursos y por otros motivos. Este fue el caso de Jonge Vidal, muchacho que se había ganado un nombre como repórter de periódico y como novelista, pero que se había visto envuelto injustamente en el misterioso asunto del asesinato de un hijo del fogoso político y escritor Leon Daudet, hijo de Alfonso Daudet. Por estas circunstancias permaneció Jorge langos meses en Puriscal. En 1928 lo traje a mi botica, en donde se reveló como un trabajador excepcional, por su regularidad, por su habilidad y por su entusiasmo. los diez meses salió para París. Allí mejoró su situación en todo sentido. Se casó con su primera novia, tuvo un niño.
En esto estalló la actual guerra de la Perfidia y quedamos sin comunicaciones.
ELIAS JIMENEZ ROJAS.
can 19 de marzo de 1941.