Extremist

86 REPERTORIO AMERICANO de cien a doscientos mil kilómetros cuadrados, que el del Fuehrer. Como los datos son docucon un millón de habitantes, y una renta fiscal mentados, hemos de darles crédito.
de tres a cuatro millones de dólares, inal po No hay que confundir tampoco los términos: drían ser la amenaza de nadie, excepto de sus la Dictadura es subsunción de los poderes púpropios hijos. Si nomináramos como ejemplo al blicos en casos de emergencia, por tiempo muy Brasil cchi su enorme territorio de más de ocho limitado; esto es, en tanto se vuelve a la normillones de kilómetros cuadrados, y en lugar malidad, y de acuerdo con las prácticas del Dede los cuarenta y cinco millones de habitantes recho Político. Lo que florece entre los iberoque tiene, le pusiéramos, ciento cincuenta, ya americanos es la usunpación de todos los poveríamos que con el programa de acción anun deres, concediendo irresponsabilidad absoluta a ciado por el presidente Getulio Vargas el 11 de los tiranos.
Junio retropróximo, no andaría muy bien para Itero América se debate con intenso dolor da la independencia de muchos países circun para dar a luz su penfección radiante. De elguvecinos.
nas tiranías del siglo pasado se cuenta algo que Hay también otros hechos en que se dife las distinguió como fructíferas o elevadas: Rorencian sustancialmente los extremistas de Eu sas, sangriento e implacable, con el título de ropa de los dictadores de América: aquellos son federalista consolidó el unitarismo argentino; el sobrios en sus costumbres, moderados en sus Dr. Francia, era la austeridad de pié; Núñez, emolumentos y gobiernan con un círculo; un asceta de elevadísima cultura; de Porfirio mientras que no siempre podría decirse esto de Diaz, diz que fué progresista; pero lo novedoso los dictadores criollos, que son verdaderos mo del siglo nos lleva a la exceorable aparición de nooratas de asalto: Hace algún tiempo se pu Facundo Quiroga, Melgarejo y Veintemilla! Hay blicó en la prensa que el gobernante de cierto especímenes de quienes podría repetir Montalpaiserito americano, cuyo presupuesto es dos vo, que dicen: Yo y el Presidente de Estados cientas veces menor que el de Italia y seUnidos!
tecientas que el del Tercer Reich, gozaba un sueldo, una y media veces mayor HÉCTOR MEDINA PLANAS veces como embajador ante las Cortes europeas, y allí era preciso aguardar que el amor por los lestudios junto con sus otras altas prendas, le oorlquistarían muy honorable posición.
Los preceptores alentaban a uno y a otro con sus ditirambos y menciones honoríficas; y hasta Su Excelencia el de Educación y el mismo Jefe del Estado hacían argumento de Arguedas y de oros flamantes primeros de su clase, para enaltecer en mensajes y en informes los progresos palpables y las ventajas supremas de los métodos lectivos y de la feliz organización implantada en los altos establecimientos de cultura. Toda ocasión era buena para reafirmar aquello de que los quarteles han dejado su sitio entre nosotros a las escuelas.
Se inició entonces la Pedagogía que ahora llamaríamos dirigida.
El maestro de vocación no nacía, sino que se hacía: bastaba que un joven careciera de medios y ya tenía el privilegio de ingresar en las secciones normales a consagrarse al magisterio, supuesto que en las democracias todos servimos para todo Se les adiestraba, pues, el arte de enseñar, antes reputado como un dón del Espíritu Santo, que poco a poco se convertia en un favor del Ministerio del Ramo; la falta de ilustración del profesorado la suplen los textos; lo que era imposible darles a comprender a muchachos ayunos de nociones fundamentales, se les obilgaba a tomarlo de me.
moria si el maestro lo entendía, o lo dejoba de lado si él tampoco vislumbraba. El toque era reproducir lo que se venía practicando por iniciativas exóticas muy recomendadas y por tanto muy apreciables. cuando se vieran los resultodos!
Las demás secciones técnicas marchaban al mismo compás; y los resultados del instante dependían del aparato, con asistencia de altos delegados a quienes les pasaba el ciento por ciento de lo mismo, que aplaudían más que el saber, el desparpajo de alumnos listos y vivarachos a quienes el instinto aconsejaba no permitir que les interrogaran y al efecto no ceSar de repetir palabras o desatinos, con un énfasis y aplomo que las más veces ocasionaba el estupor de quienes algo sospechaban de la materia, y se torraba mayor aún cuando tales altos delegados, en ejercicio abusivo de su jeranquía pronunciaban el sacramental Brillante. que ya no dejaba más remedio que someterse y aprobar con palmas. fin de año la Dirección organizaba el acto público, donde discursos, versos y música le ponían la mortera al triunfo; y he aquí la pléyade de primeros de clase consagrados.
El primero de la clase (En el Rep. Amer. San José, Costa Rica, marzo del 41. Ahora me arrepiento de haber dádole oídos a los condiscípulos que pretendían que Arguedas, por cucharilla. se nos había impuesto a título de preferido del maestro ordinario, por más verdadera que resultara a nuestros ojos la predilección con que era tratado: no había ciertamente lecciones imposibles para aquel muchacho tan circunspecto y sanote, que siem.
pre daba la impresión de rudeza en sus movimientos y costumbres. Una vez tuvo un incidente porque le propusimos sobreponerle unas barbas hirsutas y que representara el troglodi.
ta en una velada escolar. Los teoremas cuyo desarrollo confiábamos otros a los antes indispensables puños engomados y en último término a minúsculos signos estampados en las uñas, Arguedas los traía a la simple memoria, y lo propio pasaba con fechas históricas y lag más confusas clasificaciones gramaticales, de ciencias naturales y físicas, nombres de países, regiones, reinos y gobiernos. Tehian razón los iseñores maestros. Los Arguedas estaban racionalmente satisfechos de su esclarecido pariente, y era de ver la ternura en los ojos paternos cuando asistía peripuesto y muy altivo a los repartos de certificados y notas anuales, que presenciaba de pie. Si el muchacho recitaba, su padre crea que nadie debía respirar; durante los coros, Esculcaba los grupos hasta localizarlo, disputándolo por algún futuro tenor de fuerza con fama mundial. En cierto modo los méritos le alcanzaban, pues él sometía al vástago a muy ruda disciplina casera: estudiar, o rejo!
Hubo un schado examen de calistenia y de esgrima celebrado en el Liceo de Costa Rica, en el cual estrenamos unas flamantes espadas belgas. golpe de tambor íbamos, desde presentar armas y a través de múltiples cuadros y evoluciones, hasta tirar a fondo una fila contra la otra, la cual paraba las estocadas a la mayor perfección. El Ministro de Instrucción y el de Guerta y Marina presidían desde el entarimado cubierto de banderas y gallardetes el tan complicado rompecabezas; y el segundo funcionario, que no vestía galones ni presillas por haber sido un encogido vinatero vitalicio, sacado a relucir, sufrió de pronto un sofocón al notar que el académico adversario de Arguedas manaba sangre del brazo; y mandó, no por medio de cornetas, sino de viva voz, que cesaran los ejercicios que él calificaba de pelea.
El primero de la clase, como era de rigor, si que tomaba en serio lo de esgrimir; y en semejante ocasión, por cuanto el de enfrente le había hecho un tiro engañoso y aparte del programa, según informó luego al Profesorjuzgó, y lo puso por obra, ser de mucha conveniencia darle una sacadita a misa, mientras se hallaba, por cierto, descuidado. Arguedas padre, que por lo visto tenía sangre de gallo, se enardeció contra el tímido militar y dirigió algudos amargos denuestos contra los que no se portan como varones: era un desborde de su pedagogia domiciliaria; y la consagró en la cena de aquella memorable fecha, ciñéndole a su hijo una coronita trenzada con hojas de café, nuestro laurel.
Se hacía lenguas el progenitor afortunado hablando del hijo, sobre el cual cifraba las más halagüeñas perspectivas: con un estudiante así todos los portes del éxito estaban abiertos y en fila, para que pasara luminoso y triunfal a sentarse cuando menos en el sillón de la Presidencia; y más adelante, no cabiendo ya en el país, consumiría el resto de la existencia Caballeros: sus vestidos de casimir Señoras y Señoritas: sus abrigos a la medida o sus vestidos de estilo sastre, sólo la SASTRERIA LA COLOMBIANA de FRANCISCO GOMEZ e HIJO podrá complacerlos; única especializada en esta clase de trabajos.
HAGA UNA VISITA SERA BIEN ATENDIDO Av. Central. Frente a las Cías. Eléctricas TELEFONO 3283 Solicitamos agentes, servicio remunerado Volviendo a Arguedas, confieso que me olvidé de él: rezagado antes de los postreros ejercicios de la segunda enseñanza, se nos perdió de vista, y no por el arranque de su vuelo, sino confundido entre el gran público.
El mismo instinto que aconsejaba engatusar a los personajes nos advertía por lo demás que a pesar de sus triunfos interiores, no pertenecería jamás a la falange de los batalladores cor éxito en las faenas de la vida, acerca de las cuales a lo menos entonces la Pedagogia calla: unos condiscípulos vinieron a ser destacados personajes ante lquienes con justicia nos quitamos el sombrero; yacen otros aguardando el juicio final, y una mayoria que no ha ido a parar donde va lo que rueda y lo que sobra, aprovecha las matemáticas multiplicándose, o sumando haberes, o despejando incógnitas para ir pasándola, siendo de notar que, con honrosas excepciones, esos que han hecho carrera ipertenecen al grupo de los inquietos y fogosos e inconformes, clasificados entre los malos estudiantes de entonces.
Hace algún tiempo encontré a Arguedas con la barba de ocho días, toscamonde vestido, con