REPERTORIO AMERICANO 345 Poesías de Alicia EL SON DE LAS CAMPANAS (En el Rep. Amer. El son, VOCACION Estoy de fiesta, siento que surge en mi interior el divino fulgor de un sentimiento bello: amor a la enseñanza. amor ese vibrante son de las campanas, se quiebra en el amante corazón de mi abuela.
Una dulce ilusión riela en sus ojos, duerme el devocionario entre sus manos, y presa en el azur de sus arcanos refugia en el antiguo campanario su divina emoción de golondrina.
Oh mi abuela, a sus pies vela el ramo de mis años en flor; ато por ella hasta el dolor, que a un tiempo es Fe y es Caridad y es Esperanza.
Bendigo esta misión que me saturat de piadosa ternura.
Se deslizan mis horas vaporosas con un ramo de niñas a mi lado, frente al patio bordado de azucenas y rosas, bajo el techo nevado de palomas: alas, risas, aromas.
Felicidad suprema, todo un poema, sí, todo un poema para mi corazón apasionado por las diáfanas cosas.
Estoy de fiesta; se abre una nueva flor en la floresta de mi vida: amor a la enseñanza, y pienso en su pensar con un pesar intenso.
Quién sabe qué lejanas esperanzas acarician su amante corazón cuando percibe el son, ese vibrante son de las campanas. INS. amor Alicia Prado Sacasa que es luz y es flor, YO ME VOY.
amor que a un tiempo es Fe y es Caridad y es Esperanza.
LA MAESTRA DICE Tú me recordarás cuando el bastio muenda tu corazón aventurero; surgiré en tu memoria como un río cantarino cruzando tu sendero.
una La clase es un precioso canastillo, do cada niña es una rosa leve: mi corazón se enjoya de rocío en pétalos de oro, azur y nieve.
Así, a solas, con su nombre melodioso: Alicia, suscribe las poesías que le nacen, maestra de León de Nicaragua: Alicia Prado Sacasa, de muy buena gente. Nos es grato y bonroso presentarla a los lectores del Rep. Amer. como su amiga y colaboradora muy apreciable. En si y de por sí, con los hondos y emotivos versos que hoy nos dice, ella se recomienda y se basta.
Las manos juntas, Alicia! bien lo sé, que cada verso mío, empapado de ti, será un lucero destrenzando su luz en el vacío, ah, de tu corazón aventurero. cuando el rubio sol como un ovillo desenrolla su luz y en él la llueve, avariento de gracia el canastillo es más azur y muy más oro y nieve. en las hondas nostalgias del ocaso, cuando empañe tus ojos el fracaso y se inclinen tus sienes abatidas, vagará en tus recuerdos mi leyenda, y me habrás de sentir como una venda toda unciosa de paz en tus heridas.
En mañanas y tardes jubilosas, yo recojo el aroma de sus rosas para el milagro de mis pebeteros; y en mis noches nostálgicas lo miro columpiándose en hilos de zafiro, en las ramas floridas de luceros. MIS PEQUEÑAS ALUMNAS Vienen muy temprano, dan los buenos dias con las manos juntas; qué bonitas son.
Siento sus pisadas como de puntillas en la roja alfombra de mi corazón.
refugiada al atrio de mi Catedral.
Me quema la lumbre de la dicha; siento que la tierra vibra bajo de mis pies; celebro el bullicio de la muchedumbre, y al viento celebro que lleva a la cumbre la voz del más bello paisaje leonés.
Belleza sublime, se acerca al Rabino.
La gente impaciente se estruja al redor del manso pollino guiado por dos lirios de tenue blancor.
Se acerca. Nerviosas se agitan mis manos vacías, oh palmas de Engadi, rosas de Saharón; vacias se agitan estas manos mías, trémulas gritan toda la alegría del huerto florido de mi corazón. pasa el Rabino Entran a la clase, rientes y sencillas, con sus trajecitos duros de almidón; y estudian en coro las mil maravillas de su catecismo, con un mismo son.
En el dulce mañana de mi sino, a la ventana abierta a la añoranza, qué serás tú?
bahía, sol, camino?
Anclarán mis nostalgias en la mansa agua de tus pupilas de esperanza?
Se lloverán sobre mis huertos húmedos, los oros ciertos de tu palabra sana? se desplegarán mis inquietudes en tu liberación de longitudes. Qué serás tú en el mañana mio.
Tú, que eres hoy el todo en mi vacio.
Con esa Luego retozonas juegan: el recreo es un bello instante. Finjo que no veo todas sus diabluras. Después, al dulzón toque de salida, me abandonan ellas; y cierro los ojos buscando las huellas de sus piececitos en mi corazón.
DE VACACIONES DOMINGO DE RAMOS mirada de amor tristeza que llueve bonanza; y mi primavera que cantando espera la dulce promesa del Cantor Divino, ensaya su nueva canción de esperanza.
El pueblo, mi pueblo rebelde y creyente, agita mil palmas con aire triunfal; qué ensueños más dulces circundan mi frente, La alegria del campo me satura de un aroma celeste; mi corazón percibe en la dulzura agreste, un regocijo místico que brota