194 REPERTORIO AMERICANO Cantaré con el viento, como las arpas eolias (En el Rep. Amer. mi amigo Julián Marchena, poeta de emoción limpia y ágil vuelo.
Juandiego arreglo cuidadosamente los quiebres de su pantalón y se acomodó en el confortable.
Esos largos monólogos constituían su pasión, tan fuerte como la de ser generoso o como el saboreo de una conversación brillante. como el ensimismarse en su música y libros dilectos. Eran una liberación esas conversaciones a solas.
tes.
Joyce hace pensac. Por eso su lectura es edificante. Cierto que supone un esfuerzo ingente y que para quien no tiene caos, un gran caos dentro (Midera de Francisco Amighetti)
de sí, es incomprensible. Yo he avanzado en la ascensión, exégetas aparte. Creo que éstos me habrían confundido en vez de darme luz. Joyce menos que mediocres Рcco es un atormentado que no me atormenta: al conya el retintín sem sas. Qué me impide lanzarme a la lucha. Ella, trario, proyecta sobre mí una claridad piterno, para nada sirves, me había hecho poreleva Alina, la grande, comprendería mi gesto. Arrosque mil cosas mias que antes yo no lograba ver. Soy quito de ánimo. Si no hubiera muerto mi ma traría todo. No tenemos hijos. Pero, no. No sería un neucótico que a ratos logra dominarse. Cuándre! Dicen que murió con una fe absoluta en honcado el móvil; sería buscar la heroicidad por tas veces oigo hablar de Joyce a gentes sin graque yo daría lustre a mi nombre. Ella tan inte lo que es en sí, un sobresalir del rebaño. Ser ves complicaciones y, claro, que no lo comprenden.
ligente, tan grande en su corazón!
más que los otros en cualquier campo. Por qué Yo quiero hablar, decir algo en voz alta: No, no lo fui en el mío, en la música? Eso habría Uds. no pueden comprenderlo porque no son No tienen razón de ser tus escrúpulos. Ga sido leal. Ah! Si. Mi tía alegaba que mis ejercapaces de encaracolarse como yo en exacerba nas lo suficiente para mantener con decoro una cicios y vocalizaciones la enervaban; que yo era ción angustiosa de sus adentros. Pero me repri casa, pero si aquí no necesitas gastac todos tus constante, pero sin capacidad. Que no tenía senmo por orgullo, por miedo de que se den cuenta reales. para qué andar buscando la manera de tido musical. llegó hasta deshacerse del piano exacta de como soy. No faltará amigo que me hacerlo?
para que yo no estudiara. Era un piano precioso diga aquello de que los libros me cogen, me in Es penoso vivir con un confort que apenas que, como toda cosa dilecta, ya formaba parte de fluencian hasta hacer de mi una marioneta. Esa medias se costea uno.
mi vida. Fué una separación cruel. Me refugié to me duele mucho porque toda injusticia me. Tú das dinero, prodigas servicios y tus cosas en la literatura; escribi crónicas musicales. Con lastima. Pienso: si supieran el bien que hacen al a personas queridas o indiferentes porque en ello ansiedad creciente lei biografías de luchadores.
gunos libros! Cierto, en algunas oportunidades encuentras un goce. En esa actitud generosa llegas aquel artículo que juzgué tan bueno! Lo llevé anda uno en búsqueda inconsciente del personaje con frecuencia al sacrificio. Yo, en cambio, no al escritor que siempre alentaba a los principiancon quién identificarse. Efímeramente y en de hago ninguno y me doy un placer inefable al terminados aspectos, me he sentido uno de los tan proporcionarte casi todo esto, que es también mi Es aventurada su afirmación. Se ha puesto a tos pájaros de barro de Rusiñol; Eugenio el de la delicia. con gesto amable, su mirada y su mano hilar muy fino. Hay muchas obras podría cinovela de Verissimo. Tiempo hubo en que me quisieron abarcar el conjunto. No la merezco, társelas en que nada hay de autobiográfico. Tiesentí el Garine de Malraux con su afán de po pensaba Juandiego. en voz percibible: ne, por ejemplo, la literatura fantástica que es der que es el sentimiento de la vaciedad de la. Cada dia eres más admirable!
tan rica. Más adelante, tal vez, le publique vida y que uno trata de engañar con una evaalgo.
sión. hasta he llegado a ser Stephen Dedalus! Lo trágico en mi es que soy una contradicJuandiego cambió de posición. Un gesto co Me idealizaste. Esperabas la llegada de un ción viviente. Serán así otras almas? Nadie mo de recuerdo penoso, vino después de sacudir llega a conocer a nadie, ni siquiera uno a sí compañero, del esposo amigo que satisficieca tus anhelos. Creiste encontrarlo en mí, cuando la verla preocupación anterior.
mismo. En mi pugnan dos personalidades: la Mi tía acostumbraba a decir que yo era un dad ha estado a punto de revelársete, has puesto que se da, la que siente el dolor de los demás tonto. Era su estribillo que calaba hondo en mí. y hace como aliviarlo. la otra, más poderosa, en juego tu imaginación para llenarme de los Pero llegó el momento de mi triunfo. El Direcatributos que me faltan.
que se complace sólo en su propio problema. Soy tor justo y laconico hizo elogio encendidísimo del un egoísta con poses de generoso. No. No. Exageras y mucho. Eres imperfecto en el alumno Juandiego Silva. Tuve entonces un lo grado en que Yo soy sincero. Por qué, entonces, pienso tánto soy yo; pero tan apreciable, tan cudimiento extraño y una verdad se me hizo: er mí cuando el mundo necesita gentes de acquerido cuchicheó ella en dación amocosa.
es envidia, sí, eso de mi tía, Sus hijos todos son ción que cambien este estado despreciable de coNo me cansaré de repetirte: te formaste de la vida una idea triste porque mucho tiempo fué durísima contigo. Pero ahora, las cosas han cambiado. Debes, puedes reaccionar y dar de ti Etica librera lo mucho que llevas dentro, y acarició sus cabellos albeantes. veces pienso en tus razones convincentes ¡Cuántas cosas han pesado sobre mí! Por mucho Nuestra misión no es la de vender siempre a tiempo, el ser hijo natural fué una lápida sobce todo trance un libro. No, puestra tarea es por mi corazón de niño sensible. el sufrimiento de mi madre en su valiente abandono. Cómo la adel contrario, vender al cliente úpicamente el miraba yo. más que todo por su bravura ante libro que mejor le pueda servir.
la vida. Por qué no soy como ella. Te pareces tánto! Lo único que te falta es su decisión. Resuélvete y das los conciertos preLibrería Lehmann parados. Artegla tus escritos, Enfréntate a la critica. Todo eso cequiere menos bravura que la que necesito tu madre para vencer. Si lo haré. Increíble que no me haya resuelto cuando tengo tánto tiempo para mis largas filosofías, como tú las llamas. Filosofias que parecen complacerte más que mi compañía, reconvino ella dulcemente.
saAgricultura. Arqueología. Arte. Astronomía