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58 REPERTORIO AMERICANO da de sí la tierra. sabor de vida y de bondad por eer un aoto divino. La ama porque ella es humilde y vigorosa, pura y sencilla, maternal. y porque sabe que ella habrá de recibirlo en sus bra205 en un éxtasis de eterno fulgor. No le teme a la Muerte. Su senequismo, grávido de ensueño y de esperanza, serena su alma la prepara para la gran Cita Inevitable: Como a la nube perdida; como al arrebol que flota desasido de su luz, tu integridad me recoja.
Ven a liberarme ya, y elévame a la custodia que en tus diáfanas basílicas esplende, tranquila y sola.
Ven a liberarme ya, Yo llegaré confundido, maraviliado, a tus órbitas, sin la angustia de las manos desangradas, gota a gota.
Vuélveme a tu claridad.
Yo soy algo de tu forma.
Mi cautiverio lo dice. Dame tu misericordia. Levántame. Confórtame. Ven a liberarme ya!
Ciudad sacrificada.
Metrópoli de hielo.
Yo vi rodar tus pórticos y tus columnas de ébano, el porfido y las cúpulas de los dorados templos.
Ciudad petrificada.
Ciudad sin voz ni tiempo ni lábaros de júbilo. qué sangre está cayendo sobre tu destrucción, como diluvio eterno?
Exánimes espadas y escudos macilentos; arriados pabellones y púrpuras y cetros, sc pudren sus bóvedas, contra los muros ciegos. qué ignoto capitán desmanteló tus cielos. qué livido enemigo te sepultó en el inmenso de todas mis catástrofes Ciudad que entre los muertos presides, desde el zocalo de tus glaciales templos.
Ciudad sin estandartes: cautiva entre mis sueños, escucho tu clamor, debajo de mis piélagos.
Ciudad envuelta en brumas: mi sangre está cayendo sobre tu destrucción, como diluvio eterno.
Cudad desesperada.
Metrópoli de hielo.
El poeta tiene la visión clara y firme de lo Inexorable. Pero ni grita, ni llora, ni clama, ni le aparten de los labios el cáliz de su amarguca, como lo hiciera Neruda, el gran chileno! Pardo García es quietista puro. Su poesia crucificada en belleza es dramática, y aunque se comunica con la linfa tumultuosa de los romances, las comedias y las novelas e pañolas esencialmente populares y expresa por lo mismo las angustias del pueblo y su consciencia de la Muerte, resume al mismo tiempo la dulzura viril de quien sabe que la Vida rueda en las manos augustas y magnánimas de Dios.
Pardo García ama, sumiso, el noble sabor que Caminos del sur, caminos transfigurados, celestes.
Pórticos de ciaridad.
Esperanza azul y verde.
Alguien vendrá por sur.
Se sabe, mas no se puede decir cuándo.
En el silencio, las horas los lebreles estarán adormecidos para siempre.
Por los caminos del sur.
Los que se van y no vuelven.
Los que doran sus naranjas al amanecer naciente.
Los que doran sus naranjas y por la tarde las pierden.
Por los caminos del sur.
Los que se llevan las mieses; ios que derrumban la vida, los que devoran los tréboles.
Alla por sur tan claro. Quién dijera que la muerte vestirá de claridad, para desgranar sus mieses!
Por los caminos del sur.
Caminos de sombra verde. Qué color sin esperanza. Qué inmensidad la que tienen!
Por los caminos del sur.
Natural es que así invoque Pardo García al Dios sacrificado y transparente del cristianismo agónico. pesar de sus meditaciones, sus rezos, sus ensueños. pesar del cultivo serio de la poesía quietista a que él se ha dado sin treguas ni descansos definitivos. pesar de su fe, no ha logrado todavía alzarse a la mística unión con el Todo, para hallar en El la luz indeficiente. Su abicmo es claro, pero es abismo de Confusion. Es en el alma, en la inmensa porción de bruma y de escarcha que sentimos en el pecho, y que llamamos el alma.
Muerta planicie de frio; llanura desesperada; sitio de las confusiones pide que la donde dos ejércitos oscuros batallan sin cesar, cruel y despiadamente, donde las iras estelares matan y Nada teme. Todo lo contrario: quiere que Cita se cumpla ya: Ven a liberarme ya con tu levedad, con todas tus inmensidades simples, sin zozobra.
Ven a liberarme ya, cielo en gracia, y me recoja tu elemental transparencia, como a sudario de sombra.
Como arcángeles caidos, como arcángeles batallan, sobre caballos coléricos y con banderas de llamas. crece la angustia y crece la soledad la escarcha cubre estandartes vencidos y humillaciones sin lágrimas.
EDICIONES ERCILLA (Agustinas 1639. Casilla 2787. Santiago de Chile)
Las últimas ediciones: Aureous: Bancos y banqueros. Exa del inglés, con un prólogo, por Lenka men expectral del capitalismo contempo Framelic.
ráneo. Traducción de Sánchez, Pedro Casas: Manual de homeopatia.
Manuel González Prada: Anarquía Benjamin Subercaseaux: Chile o una (3ra, edición. loca geografia. Ilustraciones de Nemesio Alejandra David Neel: Magia de amor Antúnez Zañartu. Un vol. pasta.
y magia negra. Escenas del Tibet descoPaul Vialar: La rosa del mar. Traducnocido. Traducción de Mariano Serra ción de Hernán del Solar.
Crespo. Es una novela. Quevedo: Los sueños.
Miguel Angel Espino: Trenes. En la Biblioteca Amauta. Es una novela. Carlos Reouvier: Testamento filosófiPietro di Donato: Cristo en concreto. Los últimos coloquios. Traduc Traducción de Jordana.
ción de Zúñiga Es una novela. En la Biblioteca Amauta. Richard Pattee y Arturo Morales Jean Grono: Germinación. Traducción Introducción a la Historia de Europa en de Hernán del Solar.
Siglo XIX (1789 1914. Virginia Wolff: Las olas. Traducido (En dos tomos, pasta. Como se ve, el poeta no ha podido quebrantar su orgullo juvenil, y tiene que saborear la amargura de la soledad todavía imperfecta. Por eso decíamos que Claro abismo es tan sólo su penúltimo libro. Vendrá el último. El poeta abandonará sin duda su oontinuo monólogo en la sombra, y surgirá de la confusión presente el diálogo que la Raza oyó antaño. de los labios divinos de Fray Luis, y de los labios más divinos aun de San Juan de la Cruz, el de la noche oscura del Alma. así lo presentimos nosotros, porque Pardo García se acerca ya a la contemplación de lo Uno, y en lo Uno su soledad agudizada, supremizada, desprendida de lo concreto y lo aparencial logrará su plenitud, su totalidad sonora y musical.
Pardo García ama la tierra y en su alma tiembla hecha espíritu la luz. No importa que se halle confundido. En medio de sus sombras centellea el sol y nos muestra el recuerdo de un amor que pasó como los lirios las cosas. y ardió como los lirios, en silencio, y le dió a sus palabras de ayer pausas hermosas Ese fué el amor de una mujer. El otro, el amor de los amores, ya se acerca por los caminos del sur!
CO