Hitler

IRepertorio Americano SEM NA RIO DE CULTURA HISPANICA Tomo XXXVIII San José, Costa Rica 1941 Sábado 23 de Agosto NO 14 Año XXII NO 918 En este número: Un canto para Bolívar Pasaportes para ninguna parte Amoroso apego a sacrificarse por la patria Testimonios Pablo Neruda Joaquin Joesten Alberto Paz y Paz Alturas de América Pedro Juan Labarthe romances Claudia Lars Como un cuento de verdad Rómulo Tovar Rehabilitación de la función social humana del artista Alberto Ordóñez Argüello Demócratas y totalitarios en el interior de Centro América Salvador Mendieta Obsesión Pedro Julio Mendoza Bruce Hitler Emilia Prieto El honor y el deber El Político (II y III)
Con los Misteres norteños La timidez de Rubén Darío Héctor Medina Planas Brenes Mesén Julio de Santiago Manuel Ugarte Un canto para Bolívar (En el Rep. Amer. Leído en la Universidad de México el 24 de julio de 1941, aniversario del natalicio de Bolivar. Padre nuestro que estás en la tierra, en el agua, en el aire de toda nuestra extensa latitud silenciosa, Todo lleva tu nombre, padre, en nuestra morada: tu apellido la caña levanta a la dulzura, el estaño bolívar tiene un fulgor bolivar, el pájaro bolivar sobre el volcán bolivar, la patata, el salitre, las sombras especiales, las corrientes, las vetas de fosfórica piedra, todo lo nuestro viene de tu vida apagada, tu herencia fueron ríos, llanuras, campanarios, tu herencia es el pan nuestro de cada dia, padre.
Tu pequeño cadáver de capitán valiente ha extendido en lo inmenso su metálica forma, de pronto salen dedos tuyos entre la nieve y el austral pescador saca a la luz de pronto tu sonrisa, tu voz palpitando en las redes. De qué color la rosa que junto a tu alma alcemos?
Roja será la rosa que recuerde tu paso. Cómo serán las manos que toquen tu ceniza?
Rojas serán las manos que en tu ceniza nacen. cómo es la semilla de tu corazón muerto?
Es roja la semilla de tu corazón vivo.
Por eso es hoy la ronda de manos junto a ti.
Junto a mi mano hay otra, y hay otra junto a ella, y otra más, hasta el fondo del continente oscuro. otra mano que tú no conociste entonces viene también, Bolivar, a estrechar a la tuya.
De Teruel, de Madrid, del Jarama, del Ebro, de la cárcel, del aire, de los muertos de España llega esta mano roja que es hija de la tuya.
Capitán, combatiente, donde una boca grita Libertad, donde un oído escucha, donde un soldado rojo rompe una frente parda, donde un laurel de libres brota, donde una nueva bandera se adorna con la sangre de nuestra nueva tierra, Bolívar, capitán, se divisa tu rostro.
Otra vez entre pólvora y humo tu espada está naciendo.
Otra vez tu bandera con sangre se ha bordado.
Los malvados atacan tu semilla de nuevo, clavado en otra cruz está el hijo del hombre.
Pero hacia la esperanza nos conduce tu sombra, el laurel y la luz de tu ejército rojo a través de la noche de América con tu mirada mira.
Tus ojos que vigilan más allá de los mares, más allá de los pueblos oprimidos y heridos, más allá de las negras ciudades incendiadas, tu voz nace de nuevo, tu mano otra vez nace: tu ejército defiende las banderas sagradas: la Libertad sacude las campanas sangrientas, y un sonido terrible de dolores precede la aurora enrojecida por la sangre del hombre.
Bolívar en 1830 (Atribuído a Antonio Meucci)
paz, Libertador, un mundo de paz nació en tus brazos, La el pan, el trigo de tu sangre nacieron, de nuestra joven sangre venida de tu sangre saldrá paz, pan y trigo para el mundo que haremos.
Yo conocí a Bolivar una mañana larga, en Madrid, en la boca del Quinto Regimiento. Padre, le dije, jeres, o no eres o quién eres? mirando el Cuartel de la Montaña, dijo. Despierto cada cien años cuando despierta el pueblo.
Con un saludo cordial de PABLO NERUDA