REPERTORIO AMERICANO 249 Alas en fuga (En el Rep. Amer. se hace el poeta expansivo, y pormenoriza las causas de su dolor o su añoranza.
Se inclina uno a creer que en realidad ha soñado sin haber vivido tanto, o como lo dice él: de pronto, me invade la certeza de haber soñado sin haber vivido. Está seguro de la inmortalidad del polvo que él habrá de ser algún día, cierto está de que ese polvo subsistirá en formas varias cuando lo recoja el alfarero. Otra inmortalidad parece no interesarle. Está convencido de lo efímero de las cosas y su tránsito le deja el invariable sedimento de tristeza. Dicele a su amada Tú sólo por instantes fuiste mía. Todas las amadas sólo por instantes saben y quieren nuestras. Pero el poeta no ha querido darse cuenta de que, a pesar de su promesa, el también sólo por instantes sabe ser de la amada.
El mundo sonríe con incredulidad de una pasićn durable. Los más juzgan que saben del amor; pero los más, también, tienen miedo de conocer las tempestades del amor y se contentan con respirar la flor de los deseos.
En este libro se encuentran numerosas frases felices, ya por la sugerencia, ya por la vívida imagen, como cuando habla del libro de estampas del recuerdo. o como cuando dice. se siente sola como una calle de domingo. En ocasiones se experimenta una emoción dulce y distante, la de una cosa distante que se nos hace presente.
En la última sección de este volumen se descubre un diverso aspecto del poeta. Es la misma sensibilidad, el mismo anhelo de perfección; pero estos poemas se han escrito con un mayor sentido de humanidad. Ha encontrado la poética belleza de esa amada del campesino que es la carreta. Su Romance de las Carretas está compenetrado de un sentimiento y de una visión de las cosas de su tierra.
Ha sabido mirar la carreta en su sentido social, sin perder un rasgo que pudiera enalzar la poesía de esa cantante amada del campesino. Este Romance debería enseñanse de memo.
na en todas nuestras escuelas rurales.
En su Sonata de Amor hay estancias de madrigal hispano y de elegía latina. en el Poema del Minero aparece lo humano social, que es la nota nueva en los poemas de Julián Marchea. Se halla aquí un eco de Manuel Ugarte. Mas quiera la buena fortuna de las Letras del país que esta nota se acentúe en la obra que tiene que cumplir este autor de Alas en Fuga. BRENES MESÉN Costa Rica, agosto de 1941.
ser Pinsta Vheria BAIKINCH Julián Marchena (1941)
LA Chuang Tzé, el dialéctico chino (End kop. Amer. AS más de estas páginas de Alas en Fuga han creado ante mis ojos lienzos, acuarelas, miniaturas colgando de los muros de un vasto boudoir de amores idos.
No hay en este libro otra fecha que la del colofón. Mas puede leerse por la estructura de muchos de los poemas en el volumen contenidos que espiritualmente pertenecen a los bellos días en que la forma del poema o de la prosa era porción esencial de su sentido. Porque ritmo y cadencia y rima, suscitando la emoción, agregan a su pensamiento central.
Tales fueron los modelos de poesía de los últimos veinticinco años del siglo XIX y los primeros quince del presente.
Por su factura, pues; por el sincero culto de la perfección de la estrofa, este libro de Julián Marchena, con la excepción de los tres últimos poemas, caben en la urna que contiene la graciosa antología de los sonetistas de aquellos privilegiados cuarenta años.
Aquí también hay una copiosa colección de sonetos, algunos de los cuales son de raro valor artístico. El primero, por ejemplo, posee la firmeza de un fruto en sazón, y el cuarto es una acuarela graciosa y fina. La última estancia de El Toro contiene un hallazgo realmente poético, el último verso: lanza la ronca u de su mugido cual si soplara por sus propios cuernos. El soneto Una vida es de una punzante melancolía. No hay en esa mujer ni la más débil protesta, como si no se die se cuenta de que para ella también había una ventana siempre abierta, como para cada uno de nosotros en la tierra.
Aquí y allá algún recuerdo clásico tiñe de luz antigua una estancia como el non omnis moriar de Horacio cuando en Inmortal dice no todo ha de morir cuando la fosa. o como cuando en Vuelo supremo dice quiero vivir la vida aventurera. que trae a la mente, por contraste, el Vorrei morire de Stecchetti.
En Interior la poética reflexión vuela con alas que han mojado su puntas en aguas obscuras de melancolía, que, sin embargo, encuentra al final valerosa voz de esperanza. En Viajar, viajar. el descontento triunfa acompañado del deseo de escaparse de sí mismo.
Hay un dejo de sabor de adelfa en muchos de los poemas de Julián. En ninguno de ellos, con la excepción quizás de Lágrimas frescas, Se ha llamado a Chuang Tze (1) el Aris clacar siempre que no era sino un continuador tóteles de China y el símil no es desacertado, de la doctrina del Gran Camino o Tao preentre otras razones por aquella de ser ambos dicada por Lao Tzé. Afirmación es ésta que continuadores y perfeccionadores de una escuela sólo contiene una verdad a medias, pues la crío una doctrina que otros iniciaron. Así como tica ha mostrado posteriormente innumerables Aristóteles fué el discípulo de Platon, quien a temas perfectamente originales y novedosos en su vez lo había sido de Sócrates, también Chu su enseñanza. El fue uno de esos discípulos que ang Tzé es el continuador del gran sabio Lao desarrollan una idea o un sistema los llevan Tzé, en quien muchos no ven sino un admira hasta límites que el fundador no hubiera jable discípulo del semi misterioso y olvidado más imaginado, orquestándolos, amplificándoYang Chú. Hay todavía otros puntos de con los y enriqueciéndolos con múltiples aportes y tacto entre el filâsofo griego y el moralista matices. Su actitud ante la vida, fué, sin duda, chino: la riqueza estilística prodigiosa, la fecun calcada socce los moldes de Lao: cuéntase que didad literaria, la omnisciencia, la tendencia a el Príncipe Wei, del estado de Ch u. 338. 327 las vastas generalizaciones y a la totalzación, etc. informado de la inteligencia y el saber Pero las semejanzas son sólo exteriores; la mé de Chuang Tzé, envió a uno de sus consejeros dula ideológica, el contenido doctrinario de uno para ofrecer al filósofo el cargo de Primer Miy otro son tan diversos distantes como la la nistro de su reino. He aquí la respuesta, tal titud geográfica misma en que ambos vivieron. cual habría sido literalmente transcrita por el Chuang Tzé vivió en el filo de los siglos IV historiador Ssu Ma chien, autor de una Biogray III es decir en la época que ha sido fia de Chuang Tzé: Señor, Vos me ofrecéis, llamada el Período Feudal o la Edad Media de sin duda, una elevada posición y una enorme China. El poder imperial vacilaba en las débiles riqueza. Pero. no habéis visto nunca por acamanos de la Dinastia Chou, confinada en un so, un buey de sacrificio? Cuando el privilegiado pequeño estado mientras a su alrededor flore animal, después de haber sido engordado ducían reinos y principados en armas, bajo el man rante varios años, es conducido al altar, adordo de duques ambiciosos, principes guerreros y nado de joyas y cubierto de sedas y brocados. no ministros intrigantes. En la misma era feudal, creéis que cambiaría de buena gana su sitio por aunque tres siglos antes, vivieron también los el del más humilde buey de los campos? Margrandes filósofos: Confucio, Mencio Lao cháos. Decid a Vuestro Señor que yo deseo con.
Tzé. La vida de todos ellos, especialmente la tinuar siendo libre y seguir mis propias inclinadel sabio Kung (2. se desenvolvió en medio ciones en el anonimato, antes que ser el esclavo de las intrigas y guerras (de ópera cómica al de un jefe de Estado. Marchaos. gunas de ellas) de los ducados y principados Esta anécdota basta para retratac al hombre, vecinos al estado de Chou.
al taoista cien por ciento, el seguidor del Gran Chuang Tzé inició su enseñanza desde muy Camino. Confucio, por supuesto hubiera procejoven y alcanzó rápidamente un enorme pres dido de manera opuesta: él pasó su vida entera tigio. Tuvo la modestia y la sinceridad de de esperando ofrecimientos de esta clase que nunca llegaban. Mas no se crea que Confucio procedía (1. Pronúnciese Chwong Za.
asi por mezquino afán de poder o por mera vana(2) Kung Fu Hsiu. occidentalizado Confu gloria. Nó. El quería poder aplicar su sistema y sus cius.
doctrinas en una gran campo experimental huconio