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60 REPERTORIO AMERICANO Guiones (En colaboración)
se le aplicaría en Costa Rica la pena capital pueblo de Tegucigalpa, porque en Honduras. por haber sido borrada de nuestros Códigos. en lo que no es el pueblo al servicio del goEstas palabras mías, Lic. son para expresarle bierno, es evidente la simpatía por Costa Rica, mi admiración y solidaridad, muy sinceras, por y que, aquel pueblo se apenaria profundamensu actitud de ciudadano valeroso y profesional te, tanto como nosotros los costarricenses, si justo y humano, en la que, no dudo, habrán mu la desgracia de Jiménez Vargas llevada a sus chos compatriotas animados a sustentar la te extremos lo coloca en la pared frente a las bosis de sted. Le intriga a usted que los jueces cas de los fusiles. Conviene saber también, que hondureños, no hayan encontrado atenuante al en los regímenes absolutistas, quienes los pre.
gua que produzca la rebaja de la pena, en la siden, algunas veces, esperan la mediación de escala de puniciones, a otra que no sea la de corrientes sentimentalistas para realizar actos muerte, que se le dice le ha sido impuesta. piadosos y generosos. El Presidente Carías, pero yo, que conozco a Honduras, como al presiento yo, que en el caso de Jiménez Varcuarto en que duermo, no le digo que como a gas, está pendiente del curso del movimiento mis manos, porque las manos es lo menos que que ya toma formas de bulto de Costa Rica en nos conocemos; que he andado por todos sus favor de la conmuta de la pena de muerte conpueblos, debo decirle a usted, para que aban tra Jiménez Vargas por la de presidio mayor en done lo que le intriga. que en Honduras, grado y término máximos. si fuera el caso ahora que ha caído en desgracia nuestro com de la reciprocidad, que a juicio de usted se patriota Jiménez Vargas, no hay jueces, y que impone como medida de consideración y testiel único Juez, es el Presidente Gral. don Tibur monio de fraternidad entre los dos pueblos. cio Carias. No sabemos, por otra parte, cuál si nada hubiese escrito o legislado al respecto, defensa habrá tenido el desdichado Jiménez el desgraciado caso de nuestro compatriota Vargas, ni la calidad de las pruebas produci Jiménez Vargas toca a las puertas de las Ledas. Lo que yo, si sé, perfectamente, por mi gislaturas actualmente reunidas en ambos pai.
observación en mis diversas estadas en Hon. ses para las sugerencias en favor de las ateduras, es que, en Honduras, nada hace nadie nuantes en la responsabilidad el que el delinque no sea la voluntad del Presidente Gral. Ca cuente sea de nacionalidad en cuyas leyes rerías. En el caso tan penoso para nosotros y presivas las penas no guarden una relativa protan desgraciado para Jiménez Vargas y los su porcionalidad.
yos, es mi convicción, que bastarían estas pa Le pido perdón por el tiempo que le haya labras del Gral. Carias: Estudien bien eso, quitado en la lectura de estos renglones para vean cómo son las leyes en Costa Rica. significarle mi más sincera solidaridad en la Conviene que sepan nuestros compatriotas, noble actitud que informa el artículo que los que si el movimiento iniciado en favor de la ha motivado.
vida de Jiménez Vargas, no del perdón de la Con toda consideración, soy de Ud. At.
pena. entiéndase bien. no se abandona, ese movimiento no es visto con indiferencia por el RAMIRO ROBLES Mire me dijo, lo importante es ver claro. Lo que se puede expresar del comunismo es, ante todo, más claridad. Hay que librat al hombre de todo aquello que le impide ver.
Liberarle de los hechos económicos que le impiden pensar. de los hechos sexuales, que también se lo impiden. Aquí, creo yo que la doctrina de Freud puede ser muy útil.
Veo en Freud, a la vez que un detective genial, el hombre que ha abierto uno de los dominios más grandes de la psicología, y un filósofo desastroso. Pero cree usted que cuando la humanidad logre librarse de la movilización. religiosa, nacional o social, que sólo le consiente obrar en lugar de pensar, no ha de encontrar resistencia la presencia de la muerte. Yo creo que la muerte es, ante todo, producto del uso. De una parte, uso del cuerpo; de otra parte, del espíritu. Si se logra que este uso se produzca de una manera armónica, efectuándose al mismo tiempo, la muerte sería un fenómeno muy simple. lo encontraria resistencia.
Tenía cincuenta y cinco años y estaba gravemente enfermo. No encontraría resistencia. André Malraux, en Claridad, Buenos Aires, octubre, 1940. Artículo: Encuentros con León Trostky. La filosofía que inspira a la vestimenta china y a la occidental es que la última trata de revelar la forma humana, en tanto que la primera trata de ocultarla. Pero como el cuerpo humano es esencialmente como el del mono, cuanto menos de él se revele tanto mejor será por lo general. Lin Yurang. La importancia de vivir. Buenos Aires. 1939. La nueva élite, la nueva clase social llamada al poder por la Revolución. la Revolución Francesa) pierde rápidamente su prestigio: y ello, incluso a sus propios ojos. De una pequeña burguesía incurablemente mediocre emerge una gran burguesía cínica. Los románticos, y más aún, los post románticos (como Flaubert en su grandes novelas, La educación sentimental y Bouvard y Pecuchet)
describen la vulgaridad del mundo moderno. Los ideales abstractos son utilizados para fines muy concretos: la riqueza, el poder. Henri Lefebvre, Nietszche. México, 1940. Presencia de tu nombre (A Rubén Darío. En el Rep. Amer. Pequeñas manos verdes (Hay algo más allá de la gracia y la música: cantos de ríos de hojas ir:diferente al aire de los velos sonrisas de la tierra diminutas y a queja dulce de violin señora se elevan por tu estatua hay algo más dlia de las mareas y los días: de sátiro dormido; lo que entra en el aire llegan, te acarician, pasan para ser su palabra y su latido; por el mármol derruído lo que erige entre cárceles de lianto raices, manos, bocas, una Canción de Vida y Esperanza túmulos de hiedra, una envidia a la piedra que no llora lentas invasiones de polvo, un responso a Verlaine, una angustia presente. vegetales que llevan el olvido ¿Qué eres en nuestra sangre, si no un sabor antiguo en abrazos de ramas; de ceniza de muerte a cada paso viva pero queda de ti la voz aparte sin poema ya, sin lágrima posible. sin banderas ni luces sólo temblor ¿Qué eres, si no un rumor salino, una presencia, abierta geometriauna amorosa suavidad de harina subiendo como un jugo, tan oida y una perfecta arquitectura de árbol?
como la gran presencia dei caracol y el árbol como la noche hace su silencio; Por tu noche de estrellas derramadas porque basta una flor congelada sobre el minuto que pobló tu aliento.
o sentir una sed que no llega a los labios Por tu esmeralda soledad de absintio para mirar las islas de tu nombre, sobre violines muertos.
tu verdad defendida Por tu luz sin salida a quien ni tierra y agua han sepultado, llevada como el aire, como el sueño.
venir, llegar, caer en lentos grumos blancos, Porque venciste al tiempo stave lirio, descanso en la agonía y al ir en pos de soles presentidos de nuestra queja intima; miraste a Federico naciendo por la Aurora, sola y sin huelia, alucinada las torres por tu nombre están más firmes, de música de esferas, hay cisnes en la nieve repetida por ola y abanico, y ventanas con arpas esperando; por el mar, que la goza y la comprende y sobre todo, un dios salvaje y tierno en sus pulmones de argonauta joven con barbas de crepúsculo tan bellos de palomas y delirios, y manos como brisas sobre el rostro aquella conque llegas a mirarnos para el cantar conque desprende asombro viejo vino Rubén y generoso.
en la niñez tan casta de la sílaba.
México, de febrero de 1941.
ALFREDO CARDONA PENA (Se trata de Miguel Escalada. Bajo la reserva de su buen gusto, delicadamente sensual, debía tener fáciles las lágrimas que no le ví.
Debía, digo, porque sé de cierto cuánta pena y sangre se pone en la cinceladura, cuya limpieza toma el necio por frialdad, cuando sólo es purísima devoción de belleza. Que úni camente en hermosura es comunicable el alma con honradez y caridad. Tanto el dolor como el placer desordenados, son feos por el desorder. Miguel Angel buscaba como un titán desesperado la perfección y esculpía llorando. De Leopoldo Lugones en el cuaderno: Cariátides, por Miguel Escalada. tti voz En la ciudad de Nueva York consigue usted este semanario con STECHERT Co.
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