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116 REPERTORIO AMERICANO La contribución de la Rep. de Colombia a la Democracia liberal Por MIGUEL ANTONIO PEÑA (En el Rep. Amer. Conferencia dictada por el Prof. colombiano, Miguel Antonio Peña, por las Estaciones Radiodifusoras Mundiales de onda corta WRUL y WRUW, de la ciudad de Boston, Estados Unidos de Am. Ante todo quiero expresar las gracias a mi estimado amigo y compatriota, el señor Doctor Eduardo Gómez Durán, Cónsul de Colombia en Boston, por haberme invitado a hablar esta noche por las Estaciones Radiodifusoras Mundiales de onda corta WRUL y WRUW, de la World Wide Broadcasting Foundation.
Al propio siempo, consigno aquí un voto de aplauso por la labor benéfica que han venido haciando estas Estaciones y sus competentes y bien intencionados directores y colaboradores, entre los cuales se encuentra mi buen amigo, el señor don José Antonio Godoy.
Nada más grato para mí que tomar parte en el programa de esta noche que las Estaciones WRUL y WRUW dedican a mi patria, la República de Colombia. En el año de 1936, hablé por este mismo micrófono sobre El Intercambio Cultural entre la América Latina y los Estados Unidos de Norte América, a petición del Boston Center for Adult Education. Centro de Boston para Educación de Adultos. Esta noche hablaré de la Contribución de la República de Colombia a la Democracia Liberal. Para tal fin, en el tiempo que me está señalado, daré una breve reseña histórica y haré un ligero análisis del sistema de gobierno y de la Educación en mi país.
lizaba y daba empuje ahora a la conciencia de la mayoría de los colombianos.
Pero ahora no se trataba de combatir los ejércitos aguerridos de Fernando VII, vencedores de las huestes de Napoleón, ni de hacer frente a la Armada Invencible en la ciudad heroica de Cartagena de Indias. Se trataba, nada menos, que de crear un estado de una colonia.
Se trataba de hacer una república libre de un pueblo que por siglos había estado sometido al servilismo y a la esclavitud. La ley y el derecho serían ahora las normas que debían seguirse y las armas esenciales que habrían de emplearse para tal fin. El uso de la fuerza militar entonces quedaría reservado exclusivamente para la ¿Dormimos aún. Primera etapa. De 1819 a 1832 Colombia, desde su separación económica y política de las fuerzas imperialistas del Imperio Español, es decir, desde el de Agosto de 1819, día en que se selló gloriosamente nuestra independencia con la Batalla de Boyacá, ha pasado por cuatro etapas políticas y por cuatro períodos correlativos de educación.
protección de las dos primeras. Por lo tanto, Simón Bolívar y los patricios más capacitados, tales como Francisco de Paula Santander y Francisco Antonio Zea, procedieron a convocar asambleas legislativas a fin de formular la constitución y las leyes por las que debía guiarse y gobernarse la Nueva República. puesto que es una verdad evidente y un postulado incontestable que el sistema económico de una nación, genera, regula e impone la forma de gobierno de la misma. Bolívar y sus ilustres compañeros, comprendiendo esto, crearon leyes que tendían a beneficiar al pueblo económicamente, y formularon una constitución por la cual debía establecerse un gobierno liberal democrático.
Con la energía, el talento y la visión que los caracterizaba, Bolívar y estos patricios procedieron a poner en acción sus leyes.
Colombia tenía ahora constitución, tenía leves. Precisaba, pues, despertar el sentimiento de unión y de cooperación entre todos los ciudadanos, y, ante todo, establecer disciplina y el principio de autoridad basado en la ley y en la voluntad popular. Bolívar logra esto por corto tiempo, apoyándose tanto en la ley como en la fuerza militar. Logra también fundar La Gran Colombia con las regiones que hoy integran la República de Colombia, el Ecuador, Panamá y Venezuela, Para que La Gran Colombia fuese un verdadero estado y un pueblo libre precisaba cambiar ahora la estructura económica heredada del tiempo colonial. Precisaba hacer del labrador del obrero, antes esclavos y parias, seres activos y racicales, miembros vivos e inte.
grantes de la nueva sociedad.
La casta criolla privilegiada que durante la Colonia había medrado explotando al pueblo y aliada a las fuerzas absorbentes españolas, puiso el grito en el cielo ahora que se trataba de aplicar la nueva constitución y de transformar el sistema económico feudal, derivado de la Colonia. Los latifundistas pudientes y acomodados, que habían tomado posesión de las tierras y de todos los medios de vida nacionales, presentare una ciega oposición a todo intento de reforma y organizaron todas sus fuerzas para oponerlas al gobierno y al pueblo, cuando el gobierno, y el pueblo que había luchado y había hecho todo sacrificio para su libertad, optaron por hacer imperar la fuerza del derecho, estas fuerzas reaccionarias y traidoras apelaron al derecho de la fuerza, a la perfidia y a la calumnia. Acusaron Bolivar y a sus colaboradores de imperialistas y antidemocráticos; se rebelaron contra la autoridad constituída, declararon disuelta la Unión de la Gran Colombia y proclamaron la formación de tres nacionalidades distintas, de acuerdo con las demarcaciones territoriales del tiempo colonial.
Tales elementos no deseaban ningún cambio fundamental que afectase o pudiese afectar sus intereses y sus privilegios. Habían aceptado la separación económica y política de España, con la ambición y el propósito de ser ellos ahora los Supremos señores feudales, gobernar como los procónsules romanos en las postrimerías de la decadencia del Imperio, y derivar para si el producto del trabajo de un pueblo esclavo.
Para confundir y dividir las masas, presentaron a Santander, el hombre de las leyes, y a Bolívar, el dibertador, como dos figuras diametralmente opuestas en ideas sociales y politicas, y como dos corrientes contrarias que de ningu1 Período semidictatorial Boston, 15 de abril de 1941.
Señor Dn.
Joaquín Garcia Monge, Repertorio Americano, San José de Costa Rica.
Mi muy apr amigo: Me agrada decirle que he venido recibiendo con alguna regularidad el Repertorio. Su lectura me conforta en estas regiones frígidas anglo americanas. Hay tanto que aprender y tanto que admirar en nuestro Repertorio, que sin él me sentiría sin brújula necesaria y sin una clara visión de la marcha económica y po.
lítica de nuestra desorientada y aletargada América Hispana. Desorientación y aletargamiento de que se están redimiendo aún los pueblos más oprimidos de la Tierra y que parecían haber aceptado esto como dos enfermedades endémicas e incurables.
La época actual, en que la humanidad y todas sus instituciones se transforman o desaparecen, presenta para nuestra América Hispana la mejor y quizás la última oportunidad de despertarse, incorporarse, independizarse, hacerse fuerte y libre para siempre. Ha sonado la hora para cristalizar el Panamericanismo de Bolivar basándolo en la independencia económica y la verdadera libertad politica de Hispano América, y no en el Colonialismo disfrazado de fraternidad democrática americana, como ha existido y como existe y se practica hoy. Cree usted, mi apreciado amigo, que nuestra América se da cuenta de esta oportunidad única y que está dispuesta y preparándose para levantarse, sacuditse, romper las cadenas y lanzar a sus opresores fuera de nuestras fronteras de una vez y para siempre? El americano más capacitado para dar esta respuesta, es usted; y el órgano de publicidad más autorizado para pregonarlo es el Repertorio Americano.
Le envío copia de una conferencia, la cual me placerá mucho verla publicada en el Repertorio Americano.
Lo saluda muy cordialmente su seguto servidor y amigo, Llamaremos al primer período semidictatorial, el que se extiende desde 1810 hasta 1832, aproximadamente.
Todas las vendaderas revoluciones sociales tienen por objeto exclusivo y primordial, el cambio radical de la estructura económica, política y social del sistema existente, y la orientació del nuevo sistema, en armonía con las aspiraciones y necesidades del pueblo y con el plan formulado para el nuevo gobierno. como para esto es indispensable que el pueblo y sus sinceros mentores capturen totalmente sin demora el poder civil y el poder económico, un período de transición, de gobierno más militar que civil, de reorganización y de construcción general, sigue al de la revolución. No es extraño, por lo tanto, que durante los primeros quince años que siguieron a la independencia tuviésemos en Colombia, en realidad de verdad, uh sistema de gobierno en el que la autoridad civil alternaba con la autoridad militar y en el que las leyes imperaban solamente bajo la protección de ésta. No quiere esto decir que no existiesen las ideas y los anhelos democráticos en buen número de colombianos dirigentes y abnegados, y en el pueblo. El mismo amor por la libertad y por la democracia, que había animado a tantos héroes caídos en la contienda, animaba también ahora a los mentores sobrevivicates y a las masas. La misina convicción en el triunfo de la dignidad humana y de los derechos del hombre como los habia proclamado la Revolución Francesa en 1789, vitaMIGUEL ANTONIO PEÑA