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1Repertorio Americano SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Tomo XXXVIII San José, Costa Rica Sábado 29 de Marzo Nº Año XXII Nº 910 Elias Jiménez Rojas Domingo Delmonte Poemas En el Panteón Criollismo versus Democracia El primero de la clase El fracaso de un régimen Poemas Me cuenta doña Lola Tamer, el ingenuo Elias Entralgo Ricardo Segura Boscán Ortigoza Héctor Medina Planas Fabio Baudrit Enamorado Cuesta Germán Pardo Garcia Daniel Alegria Benedicto Chuaqui En este número: Jorge Vidal Volvemos con lo de la hispanidad Nazismo e Hispanidad El sentido de la hispanidad Polvareda Contraste Joaquin Edwards Bello Gringoire Testimonios Aún queda Francia Luis de Zulueta Domingo del Monte Por ELÍAS ENTRALGO CISNEROS Iu de Peña April N146 (En el Rep. Amer. Conferencia en el Ateneo de la Habana. el 19 de julio de 1940, perteneciente al ciclo Los Maestros de la Cultura Cubana. Ateneístas: ma secularizadora de la Universidad de la HaPertenece Dominpo Delmonte (1) a aquella bana en el plan de estudios de 1842. Una encategoría de hombres que plantean problemas a señanza superior obsedida por el verbalismo la posteridad. En presencia de su labor escrita, monologístico, no aviniéndose con sus direcciohay que interrogarse a qué debió el elevado nes intelectuales, le hizo comprender que la predicamento de que gozaba entre sus contemmesa profesoral de San Jerónimo no era aproporáneos. No se encuentra en su producción el piada para él. En cambio, su voz insinuante se adecuaba al estilo de las conversaciones litera.
tratado copioso, macizo, basado en abundante lecturas y vigilantes meditaciones, ni el ensayo rias, y sabía adaptar hábilmente sus inflexiones de intuición certera y reveladora, ni la obra a las modalidades de la lectura. Esas reunioimaginativa de vuelo genial. El autor estricto, nes vinieron a suplir los propósitos de la Aca.
aún situándolo con las medidas más equilibrademia Cubana de Literatura matada, antes de dos dentro de su tierra y de su tiempo, no renacer, por algunos santones del coloniaje y basa la mediocridad, y resulta inferior a no poacaso los superaron. La Academia se hubiera cos de aquellos colegas suyos que solicitaban adormilado bajo el rigorismo frío de su insersu criterio, pedían su juicio y seguían su oriención oficial: la tradición, el reglamento, la sotación.
lemnidad, el convencionalismo. aquellas terPero la cuestión varía cuando nos enfrentatulias, al contrario, fueron eficaces por lo nuemos con el hombre integral. Aquí sube mucho was, por lo flexibles, por lo sencillas, por lo su significación por una serie de concausas que veristas, por lo tolerantes. El que acababa de es preciso analizar. Yo deseo estudiarlas, inviescribir un trabajo, lo llevaba y lo leía. Se distándolos a ustedes a compartir conmigo la discutia después. Se le señalaban los aciertos y tinción, primero, y la relación, después, entre los errores esenciales y las bellezas y fealdades las condiciones individuales y las circunstanformales. Del contrapeso de éxitos y fracasos cias colectivas.
sacaba cada uno de alquellos ejercitadores de las La salud acompañó a su organismo durante letras y de la filosofía su balance del pasado y gran parte de los 49 años en que vivió. Por eso su línea de superación futura. En pocos mopudo desenvolver tantas actividades fructíferas mentos la critica se ha realizado con más dipara sí, para su familia, para el arte, para la recta sinceridad. Otras veces leiase algún libro política y para la sociedad. Estudió dos carrefamoso en el extranjero. La discusión versaba ras universitarias, ejerció cargos relacionados entonces alrededor de su plan y de sus tendencon una de ellas en tres lugares de Cuba, resicias. Subrayábanse las expresiones más origidió más de una vez en los Estados Unidos, en nales y los pensamientos más profundos. Se España y en Francia. Fundó una revista y colaCuando tenía a los amigos cerca, organizaba buscaba en la vida del autor la explicación de boró en media docena de periódicos. Durante tertulias literarias; cuando estaban lejos, mansus ideas, de sus sentimientos y de sus actitudiez años se destacó entre los dirigentes de tenía con ellos constante correspondencia. Su des. El debate se elevaba en la indagación de una institución tan relevante en nuestro medio extraversión desbordante le llevó a concebir y razones objetivas. Desfilaban hombres célebres.
como la Sociedad Económica de Amigos del practicar la cultura como un perenne diálogo. Se comparaban costumbres y opiniones de disPais.
Pero esos contertulios o corresponsales no se tintas épocas. Se confrontaban instituciones. La buena salud, rigiéndole el temperamento, encaminaban a él solamente atraídos por su de todo aquel esfuerzo salían robustecidos los de suministraba abundantes dosis de buen husimpatía captadora de amistades; la plática se valores morales y fortalecidos los espíritus. En mor al carácter. El poseyó, en grado superlasostenía, además, por otras cualidades suyas una ocasión concentróse la polémica, paradójitivo, el imán aglutinante de la simpatía, que que inspiraban respeto: por aquella fina sensi. camente serena y generosa, sobre el tema del utilizó, con discreción, para sumarse amistades.
bilidad estética, por aquella positiva sabiduría, realismo y el idealismo en el arte. Debía el así entró hasta donde llegaba entoncespor aquel conocimiento de una lengua clásica literato limitarse a describir la exacta realidad hasta donde llega aún la fuerza de solidaridad y de cinco idiomas modernos con sus respectisocial conscientemente volitiva de los cubanos: con sus impurezas, o debía apartar la atención la amistad. La familia y la amistad; y dejemos vas literaturas, por aquel auténtico dominio de de los vicios, para sólo presentar prototipos de la lengua castellana, expresado en una prosa ejemplar moralidad? El dictamen total se prode contar, porque lo oro las asociaciones, el municipio, el Estado. se elaboran entre nosclara, sobria, precisa, rítmica.
nunció a favor de una tesis: la palabra no le Con esas virtudes del escritor se compensa fué concedida al hombre de capacidad intelecotros como cosas de familiares y amigos.
ban con creces los defectos del orador. La na tual para que la empleara en corromper a los turaleza no lo había dotado con una palabra. Estando fuera de La Habana esa noche, me susdemás. La forma pura no debía ser sino la matituyó muy bien en la lectura la Sra. Ascensión Tejera fluente, y a su carácter le repugnaba el énfa. nifestación de un fondo de pureza. Esta fué la de Forcad. Quede aquí, con la constancia del hecho, la sis tribunicio. Por eso no aceptó la cátedra de afirmación más comprensiva que salió de ayueconsignación de mi gratitud.
Humanidades, que le fué ofrecida con la refor llas juntas de la casa de Delmonte, juntas que Doml del Monte