Democracy

348 REPERTORIO AMERICANO EDICIONES ERCILLA (Agustinas 1639 Casilla 2787. Santiago de Chile)
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Ahora: lo que no se explica, lo que no puede explicarse, lo que huele a podrido, es el empeño de fijarnos bajo precio en el mercado del mundo. Lo que no se explica, lo que no puede explicarse, lo que daña la mejor buena fe, es el esfuerzo realizado para definirnos como cosa robada, que puede ir de mano en mano, que puede rodar sin norte fijo, hasta cumplirse la ley natural de la descomposición.
Aquí acusará existencia el paño tibio de los destinos comunes. Irradiará la pastilla de la salvación común frente al enemigo común. Se pronunciará el zarandeado concepto del deber democrático. Surgirán, llovidas aparentemente del cielo, un sinfin de palabras melifluas, atrayentes, medicinales. Más aún: subirán al coro de la complacencia los incorregibles entreguistas de nuestra historia para bendecir el instante en que se piensa en nosotros. Hasta meditaremos sobre la necesidad de morir en aras de los demás.
Todo eso, y un poco más, nos zumbará en los mismos oídos. Pero todo eso, y ese poco más, nos hará creer en la historieta de los desticos comunes. Llegaremos a pensar que un enemigo común nos acorrala. Que nuestro deber está allí donde flamea el lienzo del concepto democrático. Pensaremos en todo eso o recordaremos que los pueblos tienen destinos diferentes, porque trayectorias diferentes les alinderan su origen, su sangre, su garbo espiritual. como quien sale de improviso a la luz de la conciencia descubriremos un montón de enemigos que se mancomunan para devorarnos. llegaremos a la realidad de que la democracia no puede ser más hermosa, empero por ser tan hermosa no debe corresponder sino a los explotadores. Vamos a ser más claros, mucho más claros: Puerto Rico se le quiere colocar en la misma zona de guerra al convertirsele en almacén de invierno, destinado a vigorizar el esfuerzo bélico de nuestros enemigos comunes en lucha. Puerto Rico se le veja una vez más al equiparársele a los chiqueros de las posesiones iaglesas del Caribe. Puerto Rico se le cancelan todas las franquicias adquiridas tras largos años de incesante brega. Puerto Rico se le condena a morir como pueblo y a vivir como paquete en una hora en que el sol de la Justicia sale para todos los hombres.
Bien deber oír esto nuestros directores politicos, sobre cuyos hombros decansa la obligación moral, inaplazable. porque las obligacioces morales no se delegan) de evitar que nos corresponda la escandalosamente aderezada preSa del huérfano.
GRACIANY MIRANDA ARCHILLA Explicación parcial del cuento (De Argentina Libre. Bs. Aires, 9, enero, 1941. Envío de Considero pedantesca suficiencia todo intento tendiente a formular una técnica del cuento. porque este género literario no admite fórmulas que fijen su composición. Al arriesgar la siguiente explicación parcial del cuento, mi propósito no va más allá de señalar personales puntos de vista sin pretensiones dogmáticas obtenidos en dilectas incursiones por esa zona literaria felizmente aun no colonizada por la preceptiva, y que distan de establecer desde ningún punto de vista inútiles fórmulas, más o menos eficientes, mediante las cuales pudiera intentarse la confección de cuentos en serie standard. como sucede con los manuales de poética que dan la receta para la hechura de sonetos. El quento, desde sus orígenes se ha caracterizado por su absoluta emancipación de la retórica.
De la abundante lectura de cuentos que congestionar todas las literaturas apenas si queda en la mente el recuerdo de muy pocos, tan sólo de aquellos que estremecieron el espíritu con emociones inextinguibles, que dejaron en el alma un lastre de alegría, dolor o tragedia.
Me apresuro a dejar constancia de que en este recuerdo no va implícita ni la belleza de la forma ni la bondad de las ideas sino, como única realidad emotiva, el asunto en sí. El asunto. he ahí lo esencial, lo efectivo, en el cuento.
Cosa vasta y limitada a la vez. Advierto también que en esta justipreciación no aludo a los cuentos populares, leyendas o relatos folklóricos, ya que éstos desempeñan un papel determinado en la investigación de los orígenes de la cultura de los pueblos. Me limito al cuento artístico, genuino producto de creación.
un mundo imaginado pero de realidad telúrica.
La novela, donde entra en juego una vastedad de detalles dispares, en función contrapuntística, simula un todo orgánico; el cuento, en cam.
bio, es un mundo cabal. Necesita el novelista de un sinnúmero de pormenores de toda laya para construir su obra, en tanto que el cuentista con sólo una anécdota logra darnos un carácter, y el relato es coherente, ceñido, ensamblado de la primera a la última línea, en parquedad neta. La deliberada ausencia de pormenores es la virtud inequívoca de la potencia creativa del cuentista y la que da al cuento esa sólida estructura que jamás logra el novelista; en fin, la que coloca a éste, por esa evidente proclividad divagatoria, en un plano secundario. Además, el novelista trabaja su material con una minuciosa paciencia de artesano. Desde este punto de vista, afirmamos que el cuento es un producto temperamental, no de ordenamiento oficioso: obedece su creación a imperativos biológicos, no a fórmulas preceptivas.
Escribir cuentos es tarea que rebasa el talento común del escritor. Obra de atributos geniales, para realizarla se requiere algo más que conocimientos técnicos: una capacidad, una intuitiva percepción cósmica que no se manifiesta frecuentemente, y a capricho, en el escritor, que no se puede provocar con meros estímulos retóricos. El cuento, por lo mismo que no es un producto de artesanía, no finca su valor trascendental en lo accesorio forma, lenguaje sino en su asunto, vale decir, en su acción desnuda de efectismos. En cuanto a su proceso de composición, el cuento va estructurándose en la mente del escritor como el feto en la matriz de la hembra; de ahí que el acto mecánico de darle forma, de animr el ente de ficción, de ordenar su dramatismo, tenga tanto de alumbramiento. Durante su gestación ha sido sometido el asunto a depuraciones subconscientes, y antes de que su forma embrionaria adquiera las proporciones exactas del organismo netamelite desarrollado, está ya implícito en él ese poder de absorción con que luego dominará la atención del lector del comienzo al fin. Poder de absorción que nada tiene que ver con lo artificioso predominio de lenguaje y forma, que es tramoya estilística. Otra virtud del cuento es que su asunto no puede inflarse a voluntad, tal como sucede con la trama de una novela, a la que puede dársele una extensión caprichosa, con perjuicio de que pierdan validez los episodios intrínsecos y en cambio gane la obra en ornamentación. En el cuento todo revoque, todo aditamento lo hace ficticio, pura oquedad. El cuento puede estar hasta mal escrito, si se quiere, siempre que su asunto sea potente.
En el cuentista es cosa innata el acendrado poder de creación. Sus sentidos son antenas Raphaël Odin Appy Si bien es cierto que la novela ofrece más vastas posibilidades en su área narrativa para documentar la historia, las costumbres, los paisajes de un pueblo, etc. es, sin embargo, en el cuento donde hállase acendrada la pura sustancia humana. Como hay vidas cuya explica ción requiere toda una novela por la pluralidad de sus peripecias, así también hay vidas que por lo magro de sus acciones no dan más asunto que para un cuento. Esto desde luego no entraña una limitación, como tampoco lo otro es signo inequívoco de amplitud. Las figuras novelescas, biografías de entes ficticios, no obstante ser a menudo calcadas de la realidad, sou virtualmente irreales y apenas si definen un carácter, y es porque el novelista al diagramar su personaje se desperdiga en accesorias descripciones en que la divagación, o el prurito de fidelidad documental, desempeñan un papel importantísimo; mientras que el cuentista crea seres de carne y hueso que viven en (Parisiense)
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