REPERTORIO AMERICANO 165 que tiene en España. 93) en cuanto a las exacciones. vuélve.
se a las andadas; mas esta vez, no para la persecusión de la guerra, sino para la instrucción pública y el mejoramiento general del pueblo. Así pues, decíasele al Presidenle del Consejo de Gobierno, el Dr. Hipólito Unanue. Tiempo es ya de hacer algún bien a costa de los abusos y de las sanguijuelas que nos han chupado el alma hasta ahora. Los bienes eclesiásticos nos pueden ser muy útiles para la educación pública. Aquí he dado rer. tas de los padres ricos a los colegios y hospitales pobres, y han quedado ricos, según dicen. 94)
Todo lo cual se ve ampliamente confir.
mado por los varios decretos expedidos y llevados a cabo: disposición, convirtiendo el colegio de misioneros de Santa Rosa de Ocopa, con sus rentas, en un colegio de enseñanza pública para los hijos de las víctimas del Valle de Jauja; para establecer en Lima una escuela normal; y más luego, ciertas tierras se reparten entre los indios; fundación de un colegio de niñas en el Cuzco, y otro para estudios de ciencias en la Iglesia de la Compañía de Jesús y con rentas de los religiosos betlemitas que se ordenaban al instituto conventual de Lima.
que estando incorporadas en lo espiritual al Obispado de La Paz, resultaba en que las autoridades civiles estuvieran en un departamento y las espirituales en otro, las dichas provincias se incorporaban al Obis.
pado del Cuzco, quedando los diezmos de las susodichas provincias integros y destinados al Colegio de Ciencias y Artes de Puno. 97)
Tras estas visitas e inspecciones de carácter oficial a La Paz, Potosi, y Chuquisaca, donde se promulgaban decretos de organización de Estado, y desde donde se le delegaba a Sucre la gobernación de la nue.
va República de Bolivia, llega Bolívar a Lima. Envíase desde ésta a la legislatura, en mayo 25 de 1826, su Discurso y Proyecto de Constitución boliviana. 98) Los puntos relativos a Bolívar y la Iglesia, manifestados en estos documentos, han sido ya ampliamente elucidados por Mons. Navarro, como hemos indicado. Nos limitamos a señalar, sólo a guisa de comentario interesante, no más, que el docto prelado hace patente que si en el Discurso el Libertador hacía caso omiso de la Religión, no pres.
cribiéndola en su Constitución, existe una aparente contradicción, mostrándose favorable a ella si se examinan los artículos 25 (2a y 3a. 46 (1, 4, 6, 9, y 10. 59 (1. 82 (24 y 26) que fueron redactados por el mismo Bolívar. 99)
llas artes; es muy amigo mío y desea ardientemente contribuir a la felicidad del Perú, consolidando su sistema y perfeccionando sus instituciones. Animado de estos sentimientos, debe ser a Ud. muy útil en ese departamento.
Va expresamente encargado por mí de cooperar con Ud. a cuanto tenga relación con el mejor servicio, y a poner en perfecta armonía la autoridad civil con la eclesiástica, haciendo que sirvan de un apoyo firme de la primera los párrocos y demás eclesiásticos, agentes de la segunda; de establecer el mejor concierto entre ellos y Ud.
ganándoles aún a los mismos que hayan chocado con Ud. Como el Dr. Torres es prudente y amable, puede muy bien conseguir este designio, cuya realización deseo yo vivamente; porque en el estado actual del Perú, sólo una unión estrecha entre todos los funcionarios públicos puede formar una masa de oposición a los muchos que intentan introducir el desorden y la anar quía por ambición personal. Aconsejo a Ud. que oiga con bondad las opiniones del Dr. Torres, que está bien empapado de mis ideas de sostener la obra que ha costado tantos sacrificios.
No disputemos con los eclesiásticos que llaman siempre en su auxilio la religión y hacen causa común con ella.
Las desavenencias con éstos son siem.
pre funestas; la amistad con ellos es siempre ventajosa. Ellos persuaden en secreto y manejan las conciencias, y el que posee estas armas, casi está seguro del triunfo. 102. Concluirá en la siguiente entrega)
En cuanto a los tres párrocos de la com Para junio de 1826, el Libertador había pañía, uno de los tres beneficiados quedaba. ya determinado marcharse a Colombia, a supreso ya que era contra la ley la dife pesar de que, como había dicho a Santanrencia de párrocos españoles y naturales. der, teníanse entre manos varios importan(95) Adviértese que, en las expeditivas del tes proyectos, entre ellos el de la ConstituCuzco, el Obispo coadyuvaba a que no hu ción y liga de Colombia, Bolivia y el Pe.
biese interposición alguna a la realización rú. 100) El regreso a Bogotá era de suma de estas órdenes. También movido por ínti urgencia. Los asuntos políticos por ésta anmo interés de reforma y mejoramiento, el daban un poco revueltos: Páez había desIllmo. Horihuela presentó al Libertador un obedecido las órdenes del Senado; insistía proyecto de contribución moderada para con sus proyectos de imperio. Decía Bolí.
pagar a los curas, en lugar de las obvencio var al General Gamarra: nes que recibían.
Satisfecho con esta proposición, escri Sea lo que sea, yo me he determinado a ir a Colombia a arreglar bíale Bolívar al Dr. Unanue: este desorden, que podía sernos tan El proyecto me ha parecido bueno funesto, y a dar la última mano a la y pienso aprobarlo, a fin de que Uds. consolidación de Colombia, que está por allá lo hagan ejecutar, si les parece amenazada de una ruina completa.
bien. El proyecto es benéfico y tiene Para esta empresa, cuento particularun carácter de decencia que honra a mente con mis amigos en el Perú enla Iglesia y al pueblo. Cada cabeza de tre los cuales es Ud. uno de los prin: familia rica paga dos pesos al año, un cipales. 101)
peso los que tienen mediana comodi.
dad y cuatro reales los pobres y jorBolívar se alejaba en la perfecta connaleros. Esto hace un grande ahorro. fianza de que, para efectuar la consolidaNinguna vida pasa de cincuenta años, ción, la liga, necesitábase por otras partes, una con otra: luego lo más que paga como por el Perú el indispensable apoyo el pobre en toda su vida, son veinte del elemento eclesiástico y en cuya coady cinco pesos por su milia, la cual yuvación trabajaría Gamarra. De suerte tiene poco más o menos cinco bautis que, dirigida a esta autoridad iba nada me.
mos, cinco matrimonios y cinco en nos que la persona del Dr. Pedro Antonio tierros. Todo por veinte y cinco pesos Torres, quien, según Bolívar, era un joven pagables, no en un día de apuros y de moderado, de mucha prudencia y talento, infortunios, como sucede siempre en sugerido además por el Ilmo. Obispo del los partos, entierros y muertes, sino Cuzco quien se encontraba ahora en Linia en toda una vida; sólo por esta ciral lado del Libertador. La importancia del cunstancia es muys ventajoso el proDr. Torres, en cuanto a su misión con los yecto. 96)
asuntos de la diócesis, se colige de la carta que al efecto enviaba Bolívar al General Tras algunas reformas y medidas pro Gamarra: vechosas, deja estas partes el Libertador y se encamina a La Paz vía Puno. Emitióse El Dr. Torres va a encargarse del aquí otro decreto encaminado a mejorar la gobierno de ese obispado, por elección educación del pueblo, siendo coadyutor en que ha hecho de él el señor Orihuela ello, quiera que no quiera, las rentas de la durante su ausencia. El Dr. Torres es Iglesia. Considerando que las provincias de un eclesiástico muy respetable por su Chucuito y Huancané pertenecían al De buena moral y muy útil por sus expartamento. de Puno, juzgándose adenás, tensos conocimientos en ciencias y beNOTAS: 69. Lecuna, y Grases, Cronología de Bolívar en Américas, Unión Paname.
ricana, Washington, mayo 1951.
70. Documentos: Vol. VII. pp. 571 572.
71. Cartas: Vol. Il. pp. 380 381.
72. Documentos: Vol. VIII. pp. 146 149.
73. Documentos: Vol. VIII. pp. 48 49.
74. Cartas: Vol. III. pp. 17 18.
75. Documentos: Vol. VIII. PP. 86 87.
76. Cartas: Vol. VIII. PP. 39 41.
77. Documentos: Vol. VIII. pp. 419 420.
78. Cartas: Vol. III. 69.
79. Cartas: Vol. III. 83.
80. Cartas: Vol. III. 38.
81. Cartas: Vol. IV. 45.
82. Documentos: Vol. VIII. 420.
83. Cartas: Vol. III.
84. Documentos: Vol. VIII. pp. 341 345.
85. Documentos: Vol. VIII. pp. 408 413.
86. Documentos: Vol. VIII. 425.
87. Cartas: Vol. III. 107.
88. Cartas: Vol. IV. 112.
89. Cartas: Vol. IV. 114; Documentos: Vol. IX. 330; Navarro.
90. Cartas: Vol. III. pp. 237, 242, 246, 260, 261, 263, 298, 301.
91. Documentos: Vol. IX. 161.
92. Cartas. Vol. IV. pp. 252 253.
93. Cartas: Vol.
94. Cartas: Vol.
43.
95. Documentos: Vol. IX. pp. 407, 509; Vol. pp. 31, 4143.
96. Cartas: Vol. pp. 43 44.
97. Documentos: Vol. 67.
98. Documentos: Vol. pp. 341 359.
99. Navarro: Op. Cit: pp. 22 25; Documentos: Vol. pp. 341 381.
100. Cartas: Vol. 367.
101. Cartas: Vol. 370.
102. Cartas: Vol. pp. 372 373. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica