Democracy

REPERTORIO AMERICANO 333 El Político (Concluye. Véanse las entregas 14, 15, 16, 19 y 20)
ANTONIO URBANO XII EL GREMIO TELEFONO 2157 APARTADO 480 macén de Abarrotes al por Mayor SAN JOSE, COSTA RICA Vinos, Licores y Pousse Café. Papel de envolver en rollos y bultos. Aceites de Soya, Maní y Oliva. Galletas inglesas y americanas. Jugos de frutas y vegetales. Conservas y artículos de construcción y Jabonería.
ma, en lo indiscutible, lo infalible. Por eso trabaja mejor dentro de la Monarquía o de los regímenes absolutos. En una Democracia el político eclesiástico es pez fuera del agua. Porque la esencia de una Democracia es el debate, la resolución por convicción de las mayorías, o por convenio mutuo. El político eclesiástico es siempre, рог infalible, perentorio.
y XIII Quienes se dedican al cultivo de las industrias, de las artes, de las ciencias, o viven la vida religiosa, poseen a su alcance las ocasiones de enriquecer su ser interior. Como se pertenecen, disfrutan del ocio necesario para la reflexión, para el estudio y la meditación, que son fuentes de enriquecimiento espiritual, de elevación y de cultura.
No así el político, a quien no pertenecen más horas que las del sueño. Sus partidarios, sus amigos, su correspondencia, sus innúmeras visitas y recepciones, sus paseos a ciudades y pueblos absorben sus días y sus semanas y, finalmente, descubre que porque le han hecho jefe, ha perdido su independencia. Se llega a la esclavitud del jefe.
Por otra parte, carece del valor de enfrentarse al poder coustituído cuando está en desacuerdo con él. De ordinario está de acuerdo. Aun suele declarar públicamente que su política es la del Gabinete, o la del Presidente, o la del partido. Lo cual es también confesar que nada propio tiene, que le falta la orientación individual. Una Administración ofrece al polític los más diversos problemas sobre los cuales pueden hallarse en conformidad con ella y otros en que honradamente difiere de ella, porque sus puntos de vista se apartan de los de la Administración, que es precisamente lo que justificaría sus aspiraciones políticas. Pero no se atreve a disentir, por las consecuencias que teme si el Gobernante se le vuelve hostil. En cambio, con sus declaraciones de identificación se vincula más aún al poderoso y pierde mayor autonomía.
Es verdad que espera la hora de ascender al poder para liberarse de tales compromisos; pero a menudo no es airoso declarar las disidencias cuando se han invertido las situaciones: cuando desciende el uno y asciende el otro.
Tras la pérdida de la autonomía sobreviene el sentir entrabada su autodeterminación. Se enmaraña su voluntad, como si hubiera perdido también la capacidad de valorar las situaciones, de apreciar las ideas, de pasar juicio sobre los hombres. Es que ha entrado en transacciones con sus adversarios y con su conciencia. Le urgía el éxito inmediato, y ha debido poner silencio en su conciencia. De allí que su conciencia no dé ya luz a su voluntad. Se le ha obscurecido su autodeterminación. así es como va gradualmente menguando su personalidad y su importancia real. Le queda aún la concha, la nombradía de lo que fué o pudo ser, ya sin sustancia ni calor.
Aquellos diputados que lo fueron por la gracia del Ejecutivo, aquellos ministros que ascendieron tan sólo a causa de parentesco o de amistad o de contrataciones políticas circunstanciales, poco tiempo después de terminadas sus funciones, se hunden paulatinamente en el cono de sombra de un total eclipse. Hipotecó su independencia y su personalidad en la sociedad anónima de sus amigos y de sus partidarios el político, y se lo ha devorado la sombra sin haberlas podido liberar cuando pudieron haberle sido útiles.
Es que jamás buscó el mejoramiento de sí, y los bienes y favores que otorgó mientras podía se le adulteraron con el cálculo y florecieron en el henchido tallo de la gratitud. Se dedica a cultivar el inolvidable jardín de sus recuerdos de sus días de auge y de triunfo. las veces el político propende a cortejar la Iglesia o es él mismo hombre de Iglesia, a la cual convierte en instrumento, en escala de bombero que, piensa él, le llevará a la cumbre. Aquí sil error es más grave; porque no solamente aherroja su libertad, sino que obliga a circuir la libertad de los gobernados en nombre de principios éticos o religiosos, para el perfecto predominio de la Iglesia, la esastuta pescadora de políticos, porque ella sabe cómo adornar sus anzuelos con veneradas madres o mujeres adoradas de ellos. El político que hace uso de la Iglesia para sus éxitos, para desencanto suyo pronto se ve convertido en herramienta de ella.
El político eclesiástico suma vanidad a su pompa. por supuesto, es dogmático. Acostumbrado como está a las prédicas del Evangelio llega a creer que todo cuanto sale de sus labios es la verdad misEl político eximio también existe.
Es el hombre que prevé, que planea para cuatro y diez y más años vista. Es el iniciador de movimientos de trascendencia social, o económica, o cultural. No rechaza el éxito inmediato, pero no lo busca especialmente. El buen éxito es para él un auxiliar de la obra grande por la cual se empeña. ningún buen éxito lo desvía de su final objetivo. Parece que se hubiera confundido su voluntad con las subterráneas corrientes de la Historia o sucesión, por ahora inevitabie, de los acontecimientos humanos. El buen politico suele serlo en grande. de sus entrañas espirituales se levanta el Estadista.
Eu este Ensayo no se trata de él. BRENES MESÉN Costa Rica, noviembre. 1941. Nota del editor: Los artículos de El Politico serán recogidos en un folleto; queda éste con mucho gusto disposición de los lectores que nos lo soliciten, y con algo nos ayuden a pagar la impresión.
Señas: Correos Letra San José, Costa Rica.
no se Pero ¿qué es ser gran gobernante? mi juicio es mantener la paz y la satisfacción pública aun cuando por excepción haya que acudir a la fuerza, en momentos agudos para sostener legitimamente los fueros legitimos de la legitima autoridad. Pero gobernar sofocando la opinión del pais, suscitando por todas partes sublevaciones y conspiraciones, ahogando en sangre una y otra agitación, imponiendo el capricho personal, retrocediendo en la legislación de los pueblos libres, aprisionando y deportando a millares de hombres, no creo que sea una fórmula de gobierno envidiable. Con libertad amplia e irresponsable para matar al adversario, gobierna cualquiera. De Angel Ossorio, en Orígenes próximos de la España actual. Buenos Aires. 1940. Suscríbase a REPERTORIO AMERICANO La Revista de amplio tiraje en el interior y de una estratégica distribución geográfica y cultural en el Continente.
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