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REPERTORIO AMERICANO 103 Las protesſas olvidadas Rafael Alberti (En el Rep. Amet. Rafael Alberti vino a Costa Rica un día: lo trajeron sus ángeles volando sin recelo, penía ilusionado, glorioso en su poesía, y aquí ya lo esperábamos mirando para el cielo.
De Rusia y de Alemania y de México venia, dejando su mensaje cordial y un noble anhelo de libertades, de lucha, de unión y de alegria para este Continente que rige el tiranuelo.
El país de los aztecas fué altivo y generoso y recibió con palmas, gentil, a quien debía.
Sólo tuvo El Salvador para el poeta un calabozo.
Fué el huésped bienvenido de Rubén y de Sandino. aquí, donde se torna burgués el campesino, le mandaron nuestra azul y sencilla policia.
FERNANDO LUJÁN San José, Costa Rica, octubre de 1936.
Rafael Alberti y María Teresa León, de paso por Costa Rica en 1935, Un pacifista irá a la guerra (En el Rep. Amer. Por las ciudades, por las noches, por las madres indefensas, por todo lo que pueda nacer, por todo lo que pudiera ser por mi futuro mismo. Si, por todo eso iré a la guerra!
Mi pacífico esqueleto, mi expresión sana, el prestigio de mi nombre y de mi apellido, el polvo de todos mis caminos mi futuro harán una muralla, un orden nuevo, serán una garantía, un límite, distinta vida.
No riáis compatriotas, profesionales del buen gusto y del bien vivir, No reneguéis ciudadanos del hambre y del salario.
Universales monumentos del sosiego y de la desesperación!
No!
La guerra a la que he de ir, la guerra que he de hacer, no es la guerra que lleváis en vuestros pechos, no es la que heredasteis al abrir los ojos.
Distinta será esa guerra, será implacable, será dura, será hasta destruir la raíz misma de vuestro miedo, del miedo colectivo del temor que tenéis a ser un sér del horror que tenéis al no ser. Debe ser la Tierra un espejo sencillo, alcancia inconfundible el germen el olvido sabrán de la necesidad del silencio, del respeto al sueño, del precio del momento, del valor de las extremidades sabrán al fin, de la necesidad de ser un verdadero sér!
Eso y algo más sabrán. Un nuevo alfabeto les dará formas para que guarden en el aire y en el agua lo que hasta ahora el hombre no alcanzó.
Eso y algo más sabrán, porque el frío del miedo, el sudor de la agonía, la desesperada muerte no llegarán.
Un solo bloque de congelada estirpe han de formar entonces con la paz de mis aguerridos huesos.
Seres conscientes del Mundo que todavía creéis vivir, seres decididos!
Os invito a que me sigáis en la conquista de los millones de cadáveres que están sudando de miedo que están edificando su propia destrucción.
Os invito también a que escuchéis la voz de mis huesos cuando en el máximo de felicidad recorran la Tierra buscando su imagen en todos los perfiles y serenos digan. Sólo los cadáveres fueron capaces de hacerse la guerra para comer desperdicios en las trincheras.
Sólo ellos fueron capaces de aprender a volar para después incendiar su propia suerte.
las aguas y los rayos bañarse de día y de noche en el rocío y en el cielo.
Debe ser así! Entonces, el mamífero inteligente, el árbol alimenticio, la fiera deseada, el jardín ajeno, el deleite de la abuelita, los juguetes de los niños, el dolor de los ilusos, ALEJANDRO MANCO CAMPOS Lima. 1941.