114 REPERTORIO AMERICANO nos 0o es do hispanoamericano, Darío tiene forzosamen mos pueblos niños, como Dario era niño. Nite que ser incomprendido, excepto en la me ños pobres, golosos, desarrapados, piojosos, dida en que se nos comprenda a nosotros, los precoces, con infinidad de vicios de arroyo y hispanoamricanos de verdad; por lo que es de provincia, con mugre y con hambre, pero natural que las apreciaciones que los extran libres de esa alma diabólica, de esa volunjeros han hecho de Dario sean un montón de tad maligna, de esa adulta maldad que lleva estupideces.
al mundo a lo que padece Europa.
Lafcadio Hearn, inglés, que brillantemente Se nos engaña más fácilmente que engañaenseñó literatura inglesa en la Universidad de mos; se nos conmueve con poca ternura; Tokio, cuenta que de ninguna manera pare ahogamos en poca agua; hacemos berrinches, cía bello a sus discípulos aquel hermoso verso dormimos largo, cuando por fin dormimos, de Shakespeare en que Romeo, al advertir que porque nos repugna acostarnos; les tenemos Julieta sale de su aposento a ver la noche y miedo a los cuartos oscuros; creemos en cuensuspirar en ella. dice que Julieta es el sol y tos de hadas, aunque sepamos que son cuentos su balcón Oriente. En la palabra Oriente ipor Dios, si no hay más que repasar las está el encanto de ese verso, para los occiden leyes que nos damos, que leer los proyectos de tales, para quienes evocan las Mil y una no nuestros Gobiernos, que estudiar nuestras reches, los perfumes de Arabia (tan especialmen voluciones y los matones que las han hecho!
te del cariño de Shakespeare. las maravillas con que Marco Polo hizo soñar a Europa. Pa La discusión de si Darío era cristiano verra el japonés, en cambio, el Oriente es sólo el dadero o pagano ha sido ociosa. Dario era caEste, un punto cardinal.
tólico, como es católica su América. Era crisNi hay que ir hasta el Japón para que Sha tiano pristino, de aquellos contra quienes fulkespeare se nos vuelva prosa. Para está a cuar minaban los padres griegos porque seguían, a tos de hora de Londres, pero en cuanto el pesar del bautismo, enamorados de los miste Thrift, Horatio, thrift de Hamlet se con rios eleusinos. El cristianismo una discivierte en De economie, Horatio en la Co plina difícil; hay quienes creen que imposiinédie Francaise, el Canal de la Mancha ble. En esa disciplina creía Darío, y que la abre como océano. Pueblo ninguno puede ple quebrantara no desdice de su creencia.
namente compartir a Shakespeare con Igla Era carnal. Le acosaban todos los vicios de terra. Dario es similarmente tan nuestro que la carne. Pero por encima de la carne, su vida, nadie nos lo puede arrebatar. La cultura es en lo espiritual, fué pura, fué profunda, fué lo único en que pueden sentir seguridad los santa. Jamás pecó contra el Espíritu Santo. pueblos; es el único recinto inexpugnable den prueba, la más definitiva, de que no fué patro del cual pueden defenderse. Rubén Darío gano, es que tenía una tremenda conciencia del es el más fuerte baluarte del hispanoamerica pecado. El pagano, no. El pagano es pagano nismo.
precisamente porque sabe que no peca; mejor, porque no sabe que peca ni que es pecado.
Quienes lo conocieron y lo trataron se ha El paganismo de Darío no es el auténtico cen lenguas de la bondad inagotable de Da de paganas tierras, sino el decorativo, de lerio. Generoso, todo lo daba con inconsciencia gitima cepa hispanoamericana. Darío creía del valor de las cosas y del dinero. Ingenuo, el Dios Unico; los dioses eran juguetes en la quien se lo proponía lo engañaba con cuales diversión de sus ideas; no fueron nunca subsquiera artes. Dispsómano desde su mocedad, por tancias de su credo, sino sólo adjetivos de sus que nuestros Gobiernos hacen cuanto pueden versos. Darío era tan cristiano que podía adorpara enseñarnos a embriagarnos, solía en narse paganamente como fastuoso papa.
borracheras descender hasta la bestialidad fiEn la entraña de su ser el cristianismo fue sica, pero al recobrar dominio de sí mismo y una congoja perenne, un revolverse la de sus actos, salía de semejantes trances lim ciencia sin reposo, un saber que hay infierno a pio de alma y soberano de decoro. Darío era pesar de la infinita bondad del Redentor. Dabueno.
río frecuentemente volvía los ojos a la amaLos hispanoamericanos individualmente po ble figura de Apolo, porque se asustaba de demos parecer malos, y hasta en ocasiones ha ver los Cristos que los españoles nos trajeron cer mal, pero nunca el mal. Dario, que nos a América, con las llagas tan horripilantes, concreta a todos, prueba que somos buena gen con la sangre tan abundosa y los ojos tan ente. No hay perversidad en la amalgama de loquecidos. El paganismo de Darío fué sólo nuestro ser. Nuestros pecados son pueriles. So una ansia de que nuestras iglesias tuvieran más luz. Fué lección para los arquitectos más bien que propósito ideológico. los pies de León XIII Dario pudo arrodillarse filialmente. Toda la vida le duró el deleite de haber besado la sandalia del Papa blanco. fué pusto que lo enterrasen bajo la gran imagen de San Pedro en la catedral de su ciudad natal. 0Cuando Darío se sintió envejecer, se echó a llorar. comenzó a morirse. La agonía carnal suya, que retrataron fotógrafos impúdicostendido el poeta moribundo en pobretona tijera de lona, en una casa de León de Nicaragua, desmayada la boda, vidrosa ораса la mirada, sudorosa la frente y con las venas resaltadas. esa agonía le comenzó en el instante en que se dio cuenta de que se envejecia, Porque él era nosotros, y nos morimos los hispanoamricanos desde que comenzamos, debiéramos comenzar, a madurar.
Piensa uno en el apacible envejecer de Pindaro, de Eurípides; en la fireza de Sofocles. en Miguel Angel, en Milton, en Goethe, en Víctor Hugo y en Tolstoi; cómo la senectud los robustecía, lo ricos de vida que eran, como Einstein hoy y como Romain Rolland. es que fueron jóvenes. Nosotros, en cambio, somos niños, es verdad, pero no llegamos a tener juventud, y la muerte nos corta, o nos ancianizamos de repente, sin madurar. Nuestra vida es de flor, no de fruta, clavel que fué Bolívar, lirio que fué Martí, floripondio Rodó.
Lo más terrible de nuestras estadísticas mortales no es el crecido número de los recién nacidos que perdemos. Más espantoso todavía es el elevado índice de los que morimos cuando debiéramos entrar a plenitud de vida y a rendir con largueza en trueque natural por los esfuerzos de criarnos y de instruirnos. La muerte y la vejez nos aterran, como aterraban a Darío, porque nos llegan siempre demasiado pronto, nel mezzo del camin.
Aura Rostand ha dicho que aquel verso de Dario: Mi juventud, fué juventud la mia?
es grito amargo que nos rasga la garganta a todos. Así es. Fuera de Hispanoamérica, no.
Hay. o había donde la niñez, cuando es perpetua, es la niñez de Peter Pan, que nosotros, claro, no podemos eneender, por lo que nos parece boba.
se en sus con 0John Keith Co.
una San José, Costa Rica AGENTES REPRESENTANTES DE CASAS EXTRANJERAS Cajas Registradoras NATIONAL (The National Cash Register Co. Máquinas de escribir ROYAL (Royal Typewriter Co. Inc. Muebles de acero y equipos de oficina (Globe Wernicke Co. Implementos de Goma (United States Rubber Export Co. Máquinas de Calcular MONROE Refrigeradoras Eléctricas NORGE Refrigeradoras de Canfín SERVEL ELECTROLUX Plantas Eléctricas Portátiles ONAN Frasquería en general (Owens Illinois Glass Co. Conservas DEL MONTE (California Packing Corp. Equipos KARDEX (Remington Rnad Inc. Maquinaria en general (James Motley, JOHN KEITH Socio Gerente RAMON RAMIREZ Socio Gerente Darío regresamos, quienes nos educamos en él, como quien regresa al jardín de solar familiar. El nos creó un mundo admirablemente bello y rico, un universo racional y exacto, en el que fuimos felices. Releer a Darío es volver a ser dichoso. El nos dió una Grecia que nos desconsoló no hallar ni en Platón; una Italia llena de gracia, de tierra rosada como la que pintaba Fra Domenico Cavalca, Francia enteramente adorable, una España ilustre y docta como la profetizó el venusino (1. Darío nos dió, en fin, una América magnífica de que enorgullecernos, e infinidad de vislumbres de orientes imposibles, con bulbules y torres de kaolín y Li Tai Pé. El suyo es el mundo más bello que hemos conocido.
Ni le faltaban preocupaciones de toda índole a ese mundo. Es pasmoso, al releer a Darío, atestiguar hasta que punto estaba despierto su intelecto a las preocupaciones universales, a las inquietudes sociales, políticas y económicas, viéndolo y previéndolo todo extraordinario acierto. era un mundo perplejo ante los problemas filosóficos más hondos. Los problemas éticos, principalmente, le preocuparon toda su vida, de lo que hay tescon (1) Carmina, Lib. XX.
RRETH பபபபப