SDITOR: García MONGE.
CORREOS: LETRA TELEFONO 3754 Repertorio Americano EXTERIOR: UN TOMO: 00 DOS TOMOS: 00 oro am.
En Costa Rica: Suscrición mensual 00 SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA El suelo nativo es la única propiedad plena del hombre, tesoro común que a todos iguala y enriquece, por lo que para dicha de la persona y calma pública, no se ha de ceder ni fiar a otro, ni hipotecar jamás. José Martí.
Giro bancario sobre Nueva York Variaciones sobre el indio (En el Rep. Amer. rar y Aunque nos duela a muerte. de Vicuña Mackenna, y de algunos de los mejores cuentos de Horacio Quiroga, reSí, aunque nos duela, es necesario reconocer side en lo mismo. igual cosa podría decirse que el hombre que vive o vegeta en las ciuda de La serpiente emplumada. de Lawdes del continente sudamericano es decir, noso rence.
tros, es el ser que menos interés tiene para el sabio o escritor extranjero.
El indio resplandece El mestizo, descendiente de india y blanco o de blanca e indio, y el mulato, descendiente de Los mestizos sudamericanos encontramos opanegra y blanco o de blanca y negro, son, para co al indio medio civilizado. Estamos demasiaesos sabios o esos escritores, seres sin ori do cerca de él y no nos dice nada, así como el ginalidad alguna. el criollo, hijo de blancos, abuelo analfabeto no le dice nada al nieto que que suele tener el orgullo de serlo, parece ser el va ya en el segundo año de los estudios humenos original de todos, ya que, careciendo de manidades. Además, nuestro espíritu está orientodo lo que carecen los demás, carece, por añadi tado en otra dirección, va hacia otra cultura, y dura, de la tragedia de ser hijo de padres de di el indio, desgraciadamente, el indio que conoceverso origen.
mos y tratamos no tiene ya dirección ni va hacia ninguna cultura. Todo eso fue cortado en él.
El interés está en la pureza Pero no todos son indios semi civilizados en Sud América muchos que lo parecen no lo son.
Mientras más mezclado es el sudamericano, En las selvas del corazón de América del Sur menos interés parece tener. El interés está, coviven seres humanos, indios, animales puros, que mi siempre y en todas las cosas, en dirección a resplandecen de vida original. Muchos son aun BAIXENCH la pureza. Los primeros mestizos fueron sin duda absolutamente desconocidos, y otros, más conociseres interesantísimos. En ellos veían, frescas dos, no han sido sino rozados por el blanco, que aun, recientes, las huellas de dos razs que se ha no ha podido ni podrá en muchos años destruir (Cuadro de Exequiel Plaza)
bían fundido. Su mentalidad y su estructura fisu alma virginal. Viven en medio de un mundo sica resultaban atrayentes por lo nuevas. Pero, a mágico, y sus costumbres, sus ritos, sus creencias, medida que se fueron mezclando entre ellos, esas su modo de vivir, son, para los hombres de cien gricultores, mineros o comerciantes, y esto, que huellas desaparecieron, adquiriendo el mestizo un cia. estnólogos, antropólogos, así como para se debe a la presencia inamovible de la selva, es tipo con caracteres propios, recientes también, los que únicamente obedecen al placer de explo lo que ha impedido la formación de vastas agrupero ya sin aquel interés que se perdió en las de tomar películas científicas o meramen paciones humanas. esto es también lo que los mezclas. El mestizo llegará a tenerlo cuando, te artísticas, de un interés único.
ha salvado de la destrucción, pues allí donde el transcurridos los siglos, sus caracteres cristalicen indio americano se agrupó, trabajó, construyó y produzcan resplandores propios.
La selva y el hombre ciudades y acumuló, en consecuencia, riqueza, fué donde el blanco penetró a sangre y fuego y desEl interés humano Numerosas expediciones recorren continua truyó para siempre su célula económica, mágica mente las márgenes del Amazonas, río enorme, Todo esto, claro está, mirado desde un punto navegable en una extensión de diez mil kilóde vista extranjero. Si lo miramos desde un pun metros. Pero las expediciones no hacen más que to de vista interno, personal, la cosa es dife rozar la selva, esa selva sádica virginal de rente, pues el mestizo el mulato y el criollo tie que habla José Eustacio Rivera. No hay huellas.
La selva amazónica, así como nuestros hielos nen indefectiblemente, el interés que todo ser hu Las pistas abiertas hoy amanecen cegadas macontinentales y gran parte de nuestra Patagonia, mano tiene con sólo serlo. Pero este interés no ñana. La selva la impide todo y protege al inespera a los hombres que habrán de conquistartiene valor sino para nosotros mismos, la. Allí donde los incas, con Huayna Capac a dio. Los habitantes de esa inmensa región no han el tizo, el mulato y el criollo deberán crear, utiliconstruido, como los quechuas o los aztecas, imla cabeza, se rompieron las manos y los dientes, zando sus propios medios espirituales, los hom perio alguno, y una de esas razas, la de los jíy donde los españoles y sus poblados fueron desbres, escritores o filósofos, que interpreten y exGaros, dividida en tres ramas achuales, huamtruídos por veinte mil indios plus excités que presen ese interés.
bizas y aguarunas, ocupa una extensa región del diables. como dice Bertrand Flornoy, no será oriente ecuatoriano, sin que haya entre ellas fácil entrar. Mientras tanto, los ojos de los inMás cerca del indio ninguna relación, fuera de la del lenguaje de dios, así como sus almas, resplandecen, puros, en las costumbres. Son grupos nómades y cada amedio de la oscuridad del gran matto Mientras más cerca se está del indio, mayor grupación tiene su jefe y su brujo. No son aMANUEL ROJAS es el interés. Prueba de ello es que las mejores novelas sudamericanas, Los de abajo. La vorágine. Don Segundo Sombra. La serpienDe todos los cambios que la Primave el pájaro. Como lord Bacon, tenía un te de oro. son aquellas que tratan seres en que ta produce uno sólo interesaba todavía amor infantil por los pájaros todos, y el indio está a flor de piel. Martín Fierro es, a Kant, poniéndole languido e impri en particular se esforzaba en estimular a miendo a su actitud una avidez y una de este modo, una obra cuyo mayor valor está los gorriones a que formasen su nido de intensidad de espera que era casi dolo bajo de las ventanas de su gabinete de en la semi pureza de sus personajes. Guillerroso contemplar: la vuelta de un pája trabajo. Cuando esto acontecía, y era fremo Enrique Hudson, el admirable escritor y saro (ignoro si gorrión o jilguero. que Cuer, a causa del profundo silencio que bio anglo argentino, debe gran parte de su rique cantaba en su jardín y ante su ventana. reinaba en aquella habitación, gustaba za emocional, ya que no espiritual, pues lo es. Este pájaro, fuese el mismo o su sil su canto con la delicia y la ternura que piritual le es propio, a la suerte de haber conoci cesor en la serie de generaciones, habia otros ponen en un interés humano.
do tratado en su infancia aquellos gauchos, a cantado durante años en el mismo sitio, nimales casi puros, que tan bellamente describió y Kant se inquietaba cuando en tiempo (Tomás de Quincey. Los Ultimos dias de después en sus libros. el interés de La guerra frío tardaba en desaparecer y en volver Kant. Madrid. 1915. y social.
Todavía espera mesу