282 REPERTORIO AMERICANO lectual aun no habían despertado. el adolescente de Nicaragua venía tan disfrazado, exte.
riormente.
Sin embargo, hubo quienes le adivinaron.
Pedrito Balmaceda, hijo del Presidente, le llevó a su casa, le sentó a su mesa, en Palacio, le hizo respirar la atmósfera que el pobre mozo anhelaba con sed de peregrino y de huér.
fano. Le dió todos sus puntos de partida hacia el futuro. Don Eduardo de la Barra se lo pronosticó en términos que don Juan Valera repetiría, magnificados, desde España.
Es bastante.
No obtuvo aquí riquezas ni honores. Vivió de párrafos en los diarios, de pesar cosas obscuras en la Aduana del Puerto, de nada. Pero es posible preguntar si habría hallado mucho más en otras partes, si no hubiera encontrado algo peor, Pensemos que tenía sólo diecinueve abriles, y era feo, huraño, con cara de indíge.
na. Hay que verlo en esa página al agua fuerte de Rodríguez Mendoza. Pocas veces se ha presentado más enigmático el huésped desconocido a plantear ante su tiempo el dilema de siempre. Celui qui ne compred pas el personaje de Gourmont, puede alegar excusas.
ALONE.
sometido. Lección de modestia y desconfianza que nunca debiera olvidarse. Llega un instante en que el viajero incógnito se guita el disfraz y entonces todos le reconocen, le declaran sencillo, claro. Clásico. cuál de los de ahora le tocará mañana. Así el clasicismo, que podríamos llamar los clasicismos sucesivos, acrecientan el tesoro humano, amplían la tradición, enriquecen y ensanchan el espíritu universal.
Tal fué el significado del movimiento que cristalizó en Darío.
El mismo agente del Destino, desconoció su alcance. No se creía por lo menos en 1899 un representante de la raza y se buscaba otras raíces. Meza Fuentes, sio vacilar, lo consagra hijo de América y España, supremo cantor del idioma y le entrega la totalidad del símbolo soberano que ha de permitir la unión ideal del Nuevo y el Viejo Mundo.
He ahí su papel.
Al designárselo, con entusiasmo y sabiduría, con pruebas, análisis, comentarios y una exposición de versos que forma admirable an.
tologia, la mejor que conozcamos del poeta, pues cada composición se valoriza por lo que sigue la prerede, Roberto Meza Fuentes ha contribuído a saldar la deuda de las letras nacionales con el fundador del Modernismo.
AUTOdalur COLULUPULUULUurice Pension Americana Trasladada a su nuevo local La Alhambra. 50 vs. al Norte del Parque Central. Centro para el turista.
Punto de cita para la gente bien de la capital.
Best location in town. Hot watter.
English spoken.
Esta deuda. puede enrrostrarsenos como una humillación?
Reflexionemos un poco.
Darío llegó a Chile en uno de los momentos estelares de nuestra historia. No existía aún, puede afirmarse, literatura literaria, poesía poética, crítica de arte, sentimental, sensible, sensitiva. Habíamos ganado una guerra y disfrutábamos las riquezas de la victoria.
Nos enorgullecía la tradición legal constitucional, inquebrantable, en una América medio caótica. Los que ahora forman el mundo inteLAUREANO GAGO y Sra.
33 Teléfono 5228. San José, 20 ros.
y Mankean ¡Iremos todos! dijeros sus amigos. comenzaron a caminar por distintos sendePor CARLOS IRAMITT El día se iba. Mankean seguía siempre frente Envio del autor. Del libro en preparación: Leyendas araucanas, recogidas, traducidas y anotadas por al mar, sin moverse.
Carlos Iramitt. Otras piedras azulejas habían venido a juntarse a las primeras bajo sus plantas. El mar (Esta leyenda la recogi en las reduccio en actitud de dar un paso hacia ellas; pero apar venía subiendo.
nes indígenas al sur de Tolten. Con sus tó los ojos y en lugar de subir, comenzó a des Mankean quiso sacar las piedras de sus pies, características de sentido animista y má cender, tocando su wada. 4) por el arroyito pero las más pequeñas se habían pegado a las gico y hasta por sus menores detalles rea verde.
más grandes y parecían irse confundiendo con lísticos es de las más genuinamente arau El agua sonaba como si cayer en un cántaro lo helado de sus dedos de sus plantas.
canas que conozco. al llenarse. Mankean sonrió: Una de las niñas Por entre las grietas babosas de las rocas, Manestá orinando. dijo.
kean veía aparecer y desaparecer las machas, los Mankean vivía en una ruka que miraba el Las piedras le oyeron y comenzaron a mover locos y las jaibas.
mar. Era un machi (1) antiguo. Un día salió se sin ruido, bajo sus pies, rodando hacia el mar, El mar vino sonando, se oyó un trueno y un a mariscar en compañía de cinco amigas machis. dejando visibles entre ellas las machas, los locos polvo blanco inundó las rocas.
Atravesando un senderito, entre maquis, ca y las jaibas.
La espuma dió un salto alcanzó a tocar los nelos y copihues, encontraron un arroyo. Las Mankean sonriendo y caminando siempre iba pies helados de Mankean.
jóvenes machis empezaron a juntar en sus ca echándolos en su Wilal.
Intentó moverlos con sus manos, pero ya no nastas copihues y paupawen. Aún no tocaba el agua del mar. Quiso dar pudo. Un hielo de piedra subía por sus pier ¡Qué hermosos collares vamos a hacer, se un paso más, pero su pie estaba pegado a una nas. Miró al rededor. El mar andaba hirviente decían. Tres de estos solcitos amarillos pondre piedrecita azuleja que tenía la forma de un pie furioso por todas partes.
mos entre la sangre de los copihues.
de mujer. Afirmó el otro para desprenderse y Mankean tocó sus piernas y ya no eran sus. Iré a observar la cascada y a pensar un otra pequeña piedra de forma semejante vino a piernas. Se habían helado y endurecido; se iban ren. edio! dijo Mankean y dejó a sus amigas.
adherirse a su planta.
confundiendo con las piedras.
Allí donde el salta agua Tocó su cuerpo; el hielo corría por sus venas.
La espuma de una ola grande llegó a los pies sale un vaho fresco empezó a llamar al Espí de Mankean. Todas las piedrecitas seguían mo Las sombras venían llegando. Entonces Manritu.
viéndose siempre sin ruido.
kean sonrió, se sentó en otra piedra azuleja, to ¿Dónde iré a cortar un aliento. Se mojó Mankean quedó ahí mirando fijamente, sinmó su wada y la agito con fuerza.
las manos. En lo alto de la cascada diviso un tiendo lo que subía silenciosamente por su sangre. Una mujer que pasaba por la playa, en un likan. 3)
Las machis amigas se volvieron a sus rukas. silencio del mar, oyó la wada y vió a Mankean.
Los ojos fijos en él dijo. Qué lindo eres. Se aparto de nosotras y no le vimos más. Le llamó varias veces y, como él pareció no iqué hermoso el viejecito Espíritu! Entonces de Le llamamos gritando por la cascada, le se vírla, fué corriendo hasta las rukas a avisar a trás del likan aparecieron, sobre una piedra azu guimos sus huellas por el bosque, pero no le leja, dos bellísimas niñas de chamal azul y de hallamos. En el bosque encontró a los parientes que vol.
largas trenzas. Iremos todos! dijeron sus amigos.
vían con tristeza en sus semblantes. éstas, y éstas. ité. dijo Mankean. Iremos a buscarlo! dijo su mujer. Allá está! dijo ella, jalla frente al mar!
y hace espuma y las gentes.