vas Ni los que hoy tienen los cabe.
Rubén Darío las visiones y los ensueños. Si fos llos blancos, ni los que esperan clásicos escogieron el dia, y la noaún, como se espera el mediodía, che los románticos, Rubén Dario la llegada de esa edad en que el Por RICARDO JAIMES FREYRE eligió el crepúsculo; el crepúsculo Dante encontró a Virgilio, alcanza. Discurso leido en el Teatro de la Opera de Buenos Aires, la noche del 21 de mayo de las campanas del Angelus, la rán a comprender lo que significa de 1916, en el homenaje público que los intelectuales argentinos tributaron Aurora de los dedos de rosa del el nombre de Rubén Darío para a la memoria de Rubén Dario. Recorte de La Nación. Bs. Aires. aivino Homero, o la incierta lumlos artistas que eran adolescentes bre, generadora de melancolías con cinco lustros atrás. Porque resisque muere la tarde, gan, Lacio y de la Hélade; pero el munni siquiera se aproximaban a tieron a la ola que avanzaba o por las que constituían la manera habi. do medioeval, descubierto por los ¡Y en qué versos de encanto infique llegaron cuando sus espumas tual de los reformadores finiseculanito y hondo, virtió sus ensueños insignes poetas de principios de la emblanquecían ya todas las playas, res de las orillas del Sena, que última centuria, ofrecía un campo y sus visiones! Obligó para ello a no pueden formarse un la grave lengua hispana a doblegarconcepto franqueaban libremente las fronte vasto y nuevo o apenas cultivado. cabal de la suma de entusiasmos, ras del extravío. El tiempo ha lan No fueron solamente los barones se a su genio como una fina hoja de esperanzas, de Toledo en las manos del artifide ensueños y de zado ya su fallo definitivo y formi de armadura de hierro, de brazo de belleza que despertó en los espíri dable; la gloria del poeta americahierro y de corazon de hierro. Fue ce; demostró que hay en ella tintus juveniles la aparición radiosa tes y matices insospechados, que no crece y se magnifica, mientras ron los ensueños brumosos e inde.
del maestro encierra brumas y claridades fugitise pierden en la penumbra la noto. cisos de ese agitado sueño de mil como encierra hirientes rayos Era una época de transición, lle riedad o la fama de los europeos. años; fué el mundo maravilloso de de sol na de inquietudes y de esccipticis. Las estrofas soberanas de Rubén la leyenda, el misterio y el prodi obscuros y acordes que parecen lley tenues suavidades y claromo. La gran voz romántica se ha Dario son hoy tan claras, tan níti gio.
bía extinguido entre el desconcier das, tan asequibles para los espíri. Porque ese alarido de espanto gar de vagas lejanias. cambió maravillosamente las to de los discípulos; el neo clasi tus medianamente cultivados, como que llenó la Edad Media no ha reformas de expresión. No rehizo la cismo, estrecho y sin horizontes, lo eran para nosotros en los tiem sonado bastante en nuestros oídos; labor gongorina ioh, la acusación falscaba o deformaba el viejo ideal pos de la lucha por el llamado mo. porque sus éxtasis y sus adoracioasombrosa. La Pléyade francesa, pagano; triunfaban los naturalis dernismo; y el asombro nuestro an nes no han penetrado bastante en Marini y Góngora, admirables poe.
tas, que proclamando la observa te la incomprensión realidad o a nuestros espíritus; porque no hetas extraviados en la persecución ción el análisis como medio y co larde de los conservadores, no fué mos visitado todas sus selvas pode la belleza formal, se habían de.
mo fin del arte, se convertían en menor que el que sentirá hoy cual bladas de seres misteriosos y territenido en la pompa del estilo, la reflectores de todas las miserias; la quiera que escuche una estrofa del bles; porque no hemos visto, bajo cultura del lenguaje, la extrañeza pequena pléyade parnasiana pros maestro.
las ojivas de sus catedrales gótide las imágenes, el recargo de los cribía la pasión antorcha de la poe Rubén Darío no era un fetichista cas, a todos sus mártires que ense.
adornos y la disposición laberintica sia. Alzábanse, alquí y allá, pobres ni fué un iconoclasta. Su cultura, ñan, con un gesto de gozo infinito de los pensamientos. El poeta amccapillas, en las que oficiaban sacermuy extensa y muy honda, se ha sus heridas sangrientas; no hemos ricano creó un estilo, no la grandidotes sin genio y en los que hiero. bía abrevado en las puras y sere asistido a la transfiguración de tolocuencia de Francisco de Herera, fantes obscuros iniciaban a los neó.
nas fuendes clásicas, y sabía cuán dos sus santos; no hemos visto a ni el galimatias de Góngora, ni la fitos en dudosos misterios.
rico es el caudal de belleza que ate. los angeles celebrando los desposoTal era el espectáculo que ofrecía soran, y cómo pueden aún saturar rios místicos de todas sus vírgenes, explosión romántica, sino el agil, realista chatura moratiniana, ni la el mundo poético de nuestra raza de frescura el ambiente y poblar ni hemos sentido el paso cauteloso cuando comenzaron su obra los re.
delicado, flexible y harmonioso esde harmonías el aire como musica y la risa ahogada de todos sus mavolucionarios franceses de 1885.
tilo que sigue las ondulaciones del les gárgolas. Su poesía está llena los espíritus triunfantes.
Casi al mismo tiempo resonó eny de los viejos mitos paganos; le obpensamiento, que lo descubre ape(Un viejo hagiógrafo un fra DoAmérica la voz de Rubén Darío. sedian el cisne de Leda y el cintu menico Cavalga o un hermano lo revela libremente si es claro y prenas si es brumoso y vago, que lo Fué una música nueva, de sonori rón de Afrodita, como a un poeta bo, del serafín de Asís, atraían el ciso, que sugiere más ideas aun de dades inesperadas, de infinita dul de Corinto o de Lesbos, y el sen espíritu del poeta, tan irresistible. las que expresa y que contribuye a zura, de profunda harmonia. Sen tido oculto de los misterios y los mente, como los fragmentos de un la realización de un gran ideal: tíase que ese raudal brotaba de un ritos, como a un humanista del Re himno jónico o como una sentencia hacer que los espiritus vean las pecho juvenil, que no era la voz nacimiento; pero su poesia daba del centauro filósofo y leía con igual cosas espirituales con tanta precide un maestro, pero que la agitaba una nueva vida, un nuevo color y interés a un historiador bizantino un milagroso numen.
sićn como los ojos ven las cosas una harmonia nueva a esos des. y a un poeta de los cabarets y corporales.
El poeta estaba muy lejos de afiprestigiados recursos de los versifi de los bulevares, porque nunca ha diarse en una escuela; más lujos cadores de todos los tiempos. Pu existido un espíritu más abierto ni guno de los poetas franceses de la Tal fué la obra del maestro; nintodavía de pretender crearla y de Tos y simples o complicados y pro más universal que el suyo, y por nueva pléyade había llegado ni lleerigirse en reformador literario. Su fundos, revestían en sus versos la que era, no un ecléctico, sino u gó después a una cima tan alta.
imaginación poderosa comenzaba la grandeza noble y tranquila o la vo alquimista, o, mejor todavía, un caexploración de regions desconoci. luptuosidad palpitante de los vates teador de oro. Por eso se le ha hecha de dolor, de genio y de pe(¡Oh, Verlaine. Oh pobre alma, das, cuya misma existencia le era helánicos.
combatido siempre en nombre de cado. Alma rebelde, alma de monapenas revelada por la intuición; Tampoco ignoraba que los ro todos los exclusivismos.
pero sabía, en cambio, je, en la que se hubiera deslizado que todas mánticos habían hecho por la Edad Pero el ambiente poético en que furtivamente un impuro rayo sádilas otras habían sido profanadas Media la misma labor que realizó se hundía con mayor deleite era el co. Oh, alma de Verlaine. por la vulgaridad, por los conceptos el siglo XVI por la antigüedad del que forman, vagos y enigmáticos, Dió al verso castellano melodias falsos del arte, por el remedo groy ritmos nuevos. Lo había encontesco, por la impureza del propósi.
trado como lo dejó el oído romántito, por la contaminación del amco, sin duda con el más grande de biente.
El próximo de febrero se cumplen los 25 años de los progresos, único insigne desde Cuando alcanzó a conocer la la la muerte de Rubén Darío. Con este motivo, vamos a dela irrupción lejana de los petrarbor de los nuevos poetas de Frandicarle a su memoria, en su obra de óptimo poeta y quistas. Por intuición musical, frecia, su ideal de arte y de belleza no hizo más que afirmarse. Ciertos en su vida de hombre mejor el tomo XXXVIII del cuente en los grandes poetas, creo sus versos como habia creado su esprocedimientos técnicos, algunos Repertorio Americano que con este número abrimos.
tilo, y como había creado sus asuncampos virgenes, la influencia ge invitamos a los amigos y estudiosos de Rubén Darío, tos poéticos: dejándose arrastrar neral del ambiente, he ahí todo lo en su Nicaragua, en ambas Americas, en la España pere simplemente por su genio. La crique Rubén Dario debe a los simbogrina. cuántos. ver si nos remiten apreciaciolistas y a los decadentistas de Patica, que no ignora lo que en lenguaje humano significa crear. poris. esa misma deuda fué limita nes nuevas, revisiones, páginas olvidadas, ignoradas o inédria demostrar acaso que todo el da por las exigencias de la sonora ditas, selecciones, recortes oportunos, datos, cartas, au secreto de la magia esparcida on las y luminosa lengua castellana, cuya tógrafos, fotografias, dibujos, música, etc. El propó estrofas de Rubén Darío está en harmonia se vierte en maravillosos sito encandilar su recuerdo, y reafirmar la una distribución nueva de los acenritmos, que no alcanzó nunca la tos intermedios y de las pausas; en francesa, y que fueron prodigiosa cesaria presencia espiritual del insigne vate nicaragüense en mente enriquecidos por el gran poelos destinos de su América, en la que pensó, a la que amó, gráfica, y en una gracia singular en una paradojal onomatopeya ideode la que se preocupó más en sus últimos años. Es el el empleo de la homofonia. Con esLas más audaces de sus innovaciones, aun las recibidas en su apapoeta de nuestra raza y de nuestro continente. declaratos elementos y sin desdeñar ninrición con sorpresa y pasmo, no lleen verdad y en justicia Arturo Torres Rioseco. Concluye en la pág. 15)
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