REPERTORIO AMERICANO 315 Pintura chilena contemporánea (Para Rep. Amer. Santiago de Chile, agosto de 1940. Los artistas ban cdificado, han santificado, en obras más duraderas que los razonamientos y más puras que las pruebas, la eterna, la divina ilusión del hombre.
GUILLERMO DUBUFE (El valor del arte) BRIXENCH Cabezón, Héctor Cáceres, José Caracci, Ana Cortés, Augusto Eguiluz, Arturo Gordon, Laureano Guevara, Roberto Humeres, Carlos Isamitt, Maria Izquierdo, Mireya Lafuente, Hernán Larraín, Jorge Letelier, Armando Lira, Camilo Mori, Julio Ortiz de Zárate, Carlos Ossandón, Arturo Pacheco, Carlos Pedraza, José Perotti, Nicanor Polanco, Inés Puyó, Albino Quevedo, Israel Roa, Laura Rodig. Luis Strozzi, María Tupper, Arturo Valenzuela, Luis Vargas, Eduardo Videla. Esta lista es, sin duda, breve, pero puedo asegurar que todos los que figuran son pintores. Desde luego, no menciono a los más jóvenes, los que son una esperanza; tampoco a los autores muertos reciertemente. Un rápido examen de algunos de estos artistas completará el bosquejo que pertilo con trazos tan generales.
Agustín Abarca es pintor de fina paleta. Sus obras revelan a un artista de pulidas condiciones y de gran temperamento. Sus temas son de profunda chilenidad.
Héctro Banderas es un ir fatigable trabajador. Sus viajes a Francia lo han puesto en contacto con la obra de Reroir y Bonnard por quienes ha tenido grande admiración. Hoy ha logrado traducir su inquietud en obras de valor.
Marcos Bontá es un retratista de mérito. Ha conseguido modular, en una paleta rica, su sensualidad sana. Las formas de sus figuras son fuertes, esculturales.
Pablo Burchard, don Pablo en la Escuela, es pintor sabio, de grandes recursos. Pinta. Los temas no le importan. Siempre consigue expresar con gran estilo los motivos más varios. Sus telas son de un lirismo neo romántico.
Jorge Caballero es paisajista de rico colorido, no exento de ciertos toques decorativistas.
Isaías Cabezón es temperamento complejo, aunque ha conseguido aciertos en las tendencias últimas, no parece satisfecho, pues siempre su manera cambia. Héctor Cáceres es artista necoleto. Sus telas son de grises delicados y numerosos. José Caracci es pintor de gran fuerza. Su riqueza de color revela un alma de sensualidad sublimada.
Ana Cortés es pintora de gran sensibilidad.
Su obra se destaca con sutil energia y solidee.
Maneja el pincel con gran soltura y logra efecEl arte es afirmación de vida a través de formas técnica y emocionalmente conseguidas.
Sin duda, la demostración del principio enunciado me llevaría mucho más allá de los límites razonables de un comentario que, por naturaleza y definición, es breve y sólo contiene el planteamiento de problemas por dilucidarse con abundancia de pruebas y testimonios.
Sin embargo, ahora pretendo resolver y exponer una cuestión más modesta, aunque asaz delicada y compleja: la pintura chilena contemporánea. Ei tema enunciado, a pesar de lo ceñido de su contorno, lo limito más aun. No trato de todos los pintores chilenos vivos, sino de los que considero valiosos Por lo tanto, no es bosquejo historicista; es apreciación axiológica, con todas las ventajas e inconvenientes de lo estimativo.
Chile es una larga raya geográfica. Tiene por límites la rocosa tempestad andina, las moviles praderas oceánicas, al norte el desierto de calores tropicales y al sur los puntos suspensivos de las islas encantadas y polares.
En esta línea geográfica vive un pueblo cuya fisonomía psicológica, es compleja y no se puede expresar en pocas páginas. No obstante, lo que conviene señalar para el presente caso, aunque en forma esquematizada y general es: el chileno no ama el arte. La ilusión, como ingrediente psíquico, es pequeña en el alma nacional. Gusta más de lo práctico y terrenal en el sentido teológico.
La historia de la pintura chilena no se ha escrito todavía. En cierta oportunidad. El Mercurio. Santiago, 14, diciembre, 1939) me quejé de la falta casi total de fuentes de consulta en esta rama de la cultura estética nacional. Ojalá se emprenda pronto la faena de componer una historia orgánica y completa de las artes figurativas chilenas. Entre tanto, hay que satisfacerse con las crónicas aparecidas y esparcidas en diarios y revistas que, por su indole, son transitorias y efímeras.
Inés Puyó en su taller Desde 1849, año en que se fundó la Escuela de Bellas Artes, hasta hoy la pintura chilena ha hecho un camino largo y fecundo, aunque no siempre ha sabido traducir en obras logradas las vivencias de sus autores. En ese período se dejan sentir influencias de tipo latino, esto es, francesas, españolas e italianas, sin que falte del todo el influjo alemán e inglés.
La pintura chilena empieza a tener cierta independencia a partir de 1910, año en que se celebra una gran exposición internacional de arte, en homenaje del centenario de la República. Es el comienzo del rompimiento con el colonialismo espiritual. este peculiar hallazgo del alma chilena ha contribuído el buen pintor y bondadoso maestro y crítico francés Ricardo Richon Brunet.
Pero, sin duda, el hombre que más ha influido en la generación contemporánea de los pintores de Chile, ha sido Juan Francisco González, el magnifico artista que compuso una gran obra tanto por su calidad como por su abundancia. González ejerció las cátedras de Croquis y Pintura en la Escuela de Bellas Artes. Sus lecciones eran dinámicas y dramáticas. Lleno de amor paternal, sus discípulos supieron corresponder su noble afecto y lo recuerdan como a varćn singular y ejemplar.
El artista chileno cumple su misión y función en un medio indiferente pero no hostil. El heroísmo de su labor se realiza con una voluntad de renunciamiento decorosa y valiente.
La pintura chilena actual está más o menos equidistante del realismo sensorial de los naturalistas y del realismo mágico de las tendencias vanguardistas. Se desarrolla en general, con todos los matices de las diferencias individuales, en una especie de realismo psicoestético, realismo que ya ha logrado felices hallazgos y ejecuciones.
La generación de los pintores chilenos contemporáneos es numerosa y honrada. Tiene temperamento, pero carece de constancia y disciplina. Pinta durante temporadas, no a diario.
La nómina, aunque incompleta, resulta ilustrativa: Agustin Abarca, Héctor Banderas, Marcos Bcota, Pablo Burchard, Jorge Caballero, Isaías BRIXENCA BRANCH Ana Cortés en su taller Héctor Banderas en su taller Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica