Violence

194 REPERTORIO AMERICANO у a las segura y mejor acompañada de lo las ciudades, hambrientos los países, de hoy adivina como un anticipo de valeció en su tiempo. Tampoco triunque solían ir los soberanos, custo abandonados los estudios, corrompi Sociedad de Naciones.
fa en el nuestro. Cuatrocientos años diados por sus escoltas de hombres das las costumbres Paz firme duradera entre los han corrido en vano.
de armas, con picas y alabardas a¡Y aquel nuevo invento de las principes. Concordia entre las Significativo es ya que la conmemenazadoras, con escudos emble bombardas que llevaba la muerte a ideas opiniones Más útil to moración de este centenario del más mas, decía Vives, de leones y de distancia! Luis Vives condenaba davía y más difícil la segunda que grande de los filósofos españoles, guilas, de brutos feroces y de aves los progresos en la técnica guerrera: la primera, pocque mientras los a pedagogo insigne, precursor de la rapaces, como si quisieran amedren. qué enemigo de la humanidad suntos de los príncipes se deciden moderna psicología, esté pasando tac a sus súbditos y ser más temi se debe tan perniciosa, abominable, por la violencia no se alcanza del casi inadvertido. La tea de la discordos que amados.
siniesta invención?
propio modo el acuerdo de los es dia sigue incendiando la tierra. En Dos cartas dedicó al propio rey La guerra, según Vives, empobrece píritus, pues al poder material que la Valencia de sus amores, en la EsEnrique VIII, dos cartas contra la a los pueblos y endurece las almas; cohibe a los cuerpos no le es dado paña de sus nostalgias, no se ha seguerra, mientras la rivalidad entre acrecienta la criminalidad; engendra dominar a las almas, quo huma. cado aún la sangre, ni se ha estableCarlos y Francisco asolaba el el ntilitarismo porque nada entonces nae vires non penetrant que cido la concordia. En su Flandes Continente europeo. Al romano pon importa tanto como los medios de no llegan las fuerzas humanas querida el pueblo vela las armas cot fice dirigió otra epístola. De Eu defensa de ataque.
Concordia en medio de la discor mo en las vísperas angustiosas de rcpae statu ac tumultibus aboLa concordia, añade el maestro, es dia, predicó Vives. El mundo no le una guerra. En guerra está aquella gando ante el Padre de los fieles digna de los hombres; la discordia es cyó. Vivió en un tiempo de discor ciudad de Londres donde Luis Vi por la avenencia la paz.
propia de las fieras. Nacen a veces las dia, discordia sanuda en las ideas, ves en el jardín de Moro, junto al. Paz, paz. paz. como en el el afán de ensanchar los discordia sangrienta en los guerras por Támesis, oía cantar los pájaros. Las campos verso dantesco, clamaba Luis Vives. territorios y el aasia de crear grandes de batalla.
bombardas, por él maldecidas llueSu grito pacificador culminó en a imperios. Mas los grandes imperios El apóstol de la pacificación hu de la pobre Europa.
ven desde las nubes sobre el suelo quel magnífico escrito: De la consuelen mana hubo de inclinar su noble cordia la discordia en el género provocar toda clase de vicios frente, hace ahora cuatrocientos aPero las palabras del maestro, eshumano. que, completa do luego con y excesos; suscitan adversarios inteños, allá, en su retiro de Brujas, con perando su hora. otro centenario el breve tratado De la Pacificación. riores y enemigos exteriores, y acaestoicismo de filósofo, con resignatodavía. suenan a media voz en ofrendó al César Carlos ban hundiéndose trágicamente.
ción de cristiano. Sine querela Eslo íntimo de las almas anhelantes: Cómo describía Vives los terribles Anhelaba Luis Vives, por el con perando en el reino de la eterna paz. Paz justa y duradera entre los prinestragos de la guerra en esa diserta trario, una paz firme durauera, cipes: concordia, concordia entre los Cuatro siglos han pasado. Mañana cića De Concordia et discordia. y proponía, para establecerla, ua dia 6, se cumple el cuarto centenahombres los pueblos Los campos despoblados, arruinadas concilio general, en el que el lector rio. El ideal de Luis Vives no preLUIS DE ZULUETA у El Cristo a la jineta (De El Mirador de Próspero. Montevideo. 1913. Después del Cristo de paz, hubo ras otros tantos, a no sacarte de menester la humana historia del allí maquinaciones de los hombres.
Cristo guerrero, y entonces naciste Rameras hubo a su lado y las putú, Don Quijote. Cristo militante, rificó su caridad; como a tu lado, Cristo con armas, implica contra y transfiguradas por tu gentileza, dicción, de donde nace, en parte, maritornes y mozas del partido. El lo cómico de tu figura, y también dijo: Bienaventurados los que palo que de sublime hay en ella. decen persecución de la justicia. Atribuyeron a Cristo casta real, y tú, pasando del dicho inaudito al dijeron que era de la sangre de Da hecho temerario, trozaste la cadevid; y tú conjeturaste que había de na de los galeotes. El atraía y repasar igual cosa contigo: Podría tenía a su cohorte con la promeser, oh Sancho. dijiste que sa del reino de los cielos; como tú el sabio que escribiese mi historia a la cohorte tuya. unipersonal, deslindase de tal manera mi pa pero representativa del pululante rentela y descendencia, que me ha coro humano, con la promesa (H. Daumier)
llase quinto o sexto nieto de rey. del gobierno de la insula. Si enNació Cristo en aldea humilde, a fermos sanó él, tú valiste a agrala que para siempre levantó de la viados menesterosos. Si el con multitud a Cristo; y porque a ti naturalezas había en ti, como en el obscuridad de su duna. Lugareño juró los espíritus de los endemo te festejan en casa de los Duques, Redentor: la humana y la divina; fuiste también tú, y sólo por ti vive niados, a ti te preocupó el reme se indigna un ensoberbecido y ne la divina de don Quijote, la humaen la memoria del mundo tu Arga diar encantamientos. Ni a él quiso cio clérigo. es tu Jerusalén la na de Alonso Quijano el Bueno.
masilla. Cuando se aludía a él por reconocerle el sentido común como casa de los Duques: allí, después Murió Alonso Quijano y para osu nacimiento no se vinculaba su Mesías, ni a ti como andante ca de festejársete, padeces persecución; tros quedaron su hacienda las nombre al de su pueblo, sino el de ballero. Burla y escarnio hicieron allí te befan, allí te llenan de ig armas tuyas, y el rocin flaco y el su región: el Galileo se le llamaba: de su mesianismo, como de tu ca nominia. Como Pedro al Maestro, galgo corredor; pero tú, Don Quicomo tú tomaste para añadir a tu ballería; y si la madre y los ber Sancho, hechura tuya, te niega, jote, tú, si moriste, resucitaste al nombre el de la comarca de que manos del Maestro le buscaban pa cuando con cobarde sigilo llega a tercer día: no para subir el cielo, eras, el del viejo Campo Esportua ta disuadirle y él hubo de decir: confesar a la Duquesa lo que el sino para proseguir y consumar tus rio: la Mancha de los moros. El No tengo madre ni hermanos. vulgo llama tu locura. El letrero aventuras gloriosas; aún andas antes de poner por obra nuestra bien se te opusieron y te obstaculi que en Barcelona cosen a tu es por el mundo, aunque invisible y redención, quiso ser consagrado zaron en tu casa, tu ama y tu so palda, es el Este es Rey de los Ju ubicuo, y aun deshaces agravios, y por manos del Bautista; como tú, brina. Cuando desbaratas el retablo díos. con que se te expone a la irri enderezas entuertos, y tienes gueantes de arrojarte a no muy meno del titiritero, donde lo heroico se sión. Sanson Carrasco es el Judas rra con encantadores, y favoreces res empresas, quisiste recibir, del rebajaba a charlatanería de juglar, que te entrega. Un publicano, San a los débiles, los necesitados y los castellano de tu castillo, la pesco haces como el que echó por tierra Mateo, escribió el Evangelio de humildes. oh sublime Don Quizada el espaldarazo. Cuarenta las mesas de los mercaderes y las Cristo; y otro publicano, Miguel jote, Cristo ejecutivo, Cristo León, días y cuarenta noches pasó él en sillas de los vendedores de palomas. de Cervantes, tu Evangelio. Dos Cristo a la jineta!
el retiro del desierto; y tú, en tu Indígnanse los sacerdotes de Jerupenitencia de Sierra Morena, pasa salén, porque ven que festeja la 1906.
JOSÉ ENRIQUE RODÓ Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica