Carmen LyraManuel MoraSandinoVicente SáenzViolenceYolanda Oreamuno

124 REPERTORIO AMERICANO familia encabezada por el Doctor Juan Agustín Zeledón, hermano del ilustre fallecido y que profesa sus mismas ideas y el Doctor Benjamin Zeledón hijo se han opuesto porque existiendo todavía la intervención americana, no es tiempo de glorificar la memoria de un hombre como el General Zeledón que ofrendó su vida por la dignidad de su patria ultrajada.
Fué Zeledón orador fogoso, sereno y convincente, escribió mucho y fué modelo de ciudadano, pero desgraciadamente no estoy en condiciones de decir dónde está su obra literaria; talvez su hijo la de a conocer y ya que llego a este punto de la vida de este ilustre patricio latinoamericano debo apuntar lo que decía Mendieta: Pero, los que se equivocaron de buena fe, sin miras ambiciosas o torcidas y el pueblo, el noble pueblo luchador y abnegado que los siguió y sucumbió con Zeledón en Coyotepe, en Masaya y en Los Trapichitos; ese pueblo y ese héroe de verdad salvaron con su sacrificio doloroso y fecundo el estandarte le la autonomía, el honor de Nicaragua, de Centro América y de la raza iberoamericana, que, una vez más, probó que seguía siendo digna che Calatañazor, de Bailén, de Puebla y de San Jacinto.
Zeledón, Zeledón. Tú salvaste el nombre de mi patria! Por ti no fué criminal aquella revolución fraguada por uno de los cuatro granles traidores de Centro América y que de haber triunfado, habría envilecido la santa causa de la autonomía.
Héroe, grande y abnegado héroe que fuiste a la muerte, convencido de la inutilidad inmediata de tu gran sacrificio, pero seguro de que tu sangre fecundaria el ingrato suelo de hoy para convertirlo mañana en prolífica tierra de Promisión para los hombres dignos y altivos. cuando irradie ese bendito sol de mañana, cuando surja luminoso tras la tiniebla espesa que hoy entolda el cielo de la patria, tus hijos los intelectuales del Continente (Envio del de La Habana. Compañeros: bos perdieron la vida; y sus restos allá reposan.
Vencido León, ya no había quien fuera a dar auxilio a los valientes soldados de Zeledón, pues aunque vino mucha gente voluntaria de Las Segovias a pedir armas a León, no se les pudo dar y además ya estaba la ciudad ocupada por marinos americanos y los dirigentes del movimiento leonés estaban tratando de salvar el bulto, creyendo que del cielo les llegaría la fuerza suficiente para lanzar del país a los invasores, que dicho sea de una vez, se fueron hasta que les dió la real gana y después de haber ultrajado a miles de nicaragüenses indefensos y sin distinción de sexos ni de clases.
Retiróse el General Zeledón de la ciudad de Managua y siendo perseguido, presentó resistencia en Tipitapa, La Barranca y Coyotepe, quedando el triunfo siempre de su parte, pero siguió su camino en busca de otros compañeros que debían estar más allá de Masaya y en esta ciudad se parapetó como pudo para resistir a sus perseguidores, quienes en todos los combates que tuvieron lugar allí fueron rechazados a pesar de que las fuerzas de Zeledón eran muy escasas y mal armadas, economizando los car.
tuchos que tocaban a su fin y sin esperanzas de recibir refuerzo alguno. Ya en estos días el funesto Adolfo había obtenido la intervención directa de los Estados Unidos y fué sitiado el primer ejército libertador de Nicaragua por las fuerzas de Díaz y ocho mil soldados de la Marina Americana comandados por el ContraAlmirante Pedersen, quienes asediaron consantemente durante riguroso sitio a las extenuadas, hambrientas y mal armadas huestes de Zeledón, que acosadas por el hambre y la miseria disparando hasta el último cartucho salieron de Masaya perseguidos a sangre y fuego hasta que les dieron alcance en El Arroyo donde Zeledón fué cobardemente asesinado con los Jefes de su Estado Mayor: Emilio Vega, Francisco Moraga, José María Zelaya, Francisco Montoya, Ambrosio Collado y otros cuantos cuyos nombres no recuerdo; esto ocurrió el dia cuatro de Octubre de mil novecientos doce y fueron enterrados ese mismo día en el pueblo de Catarina, departamento de Masaya; ya no pudieron llegar a Jinotepe donde estaba el General Portocarrero, otro de los revolucionarios que no pudieron auxiliar a Zeledón.
Cuentan que ante el estupor de la muerte del Héroe y sus valientes compañeros. el pueblo de Catarina, consternado y llorando la desgracia de Nicaragua se presentó ante la macabra carreta que conducia al cementerio aquellos restos gloriosos, que volvían a la madre tierra después de haber ofrendado sus vidas por libertarla de la ignominia. Entre los espectadores estaba un niño en quien la fuerza del sentimiento patrio hervía y sintienlo en sus entrañas la fuerza de su sangre indígena y caliente, dijo: Algún día seré hombre y vengaré la muerte de estos patriotas, que Dios me dé vida y valor para cumplir mi palabra. Aquel niño fué años después el General Augusto Sandino, de quien grandes hombres en el mundo se han ocupado y la grandeza de su gesto y su inaudito valor han traspuesto ya los horizontes patrios y está consagrado por la gente honrada del mundo entero como héroe de la libertad latinoamericana.
El General Zeledón es tenido en su país como una bandera tremolada por el partido liberal, como una protesta contra la intervención americana y como el primer defensor de la soberanía nacional.
Nicaragua y en especial el partido liberal ha tratado de trasladar los restos de Zeledón a Managua para erigirle una estatua; pero su El Circulo Internacional de Emigrados Hondureños residente en los Estados Unidos de Norteamérica, México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Belice y Cuba; escritores, poetas y profesionales, nos dirigimos a todos los intelectuales del Continente, por medio de algunas de sus personalidades representativas, que abajo mencionamos, para que todos y cada uno: muevan una voluntad, escriban un comentario, un dato, un detalle o informe, movilicen un esfuerzo cualquiera, un grano de arena en la redentora obra de salvar a Honduras, en la América Central, de la terrible tiranía del autócrata Tiburcio Carías Andino, que, entronizado en el poder por medio de la violencia desde 1933, piensa continuar su ilegal mandato hasta 1949. Dieciocho años de Dictadura para un país con miles de emigrados políticos y cientos de presos! Compañeross Ayudadnos a formar en todo el Continente una barrera de voluntades firmes que ahoguen la tiranía de Honduras, a fin de que en noble gesto de solidaridad americana, todos los hombres libres del Hemisferio demos en tierra con un déspota más y salvemos a un país de la desgracia y la ignominia en que se encuentra. Mantenido por periodistas venales, mercenarios y corrompidos, políticos sin escrúpulos, por medio del terror y la persecución, ha hecho de un país antes colmado de virtudes ciudadanas, un campamento de galeotes que gimen bajo el látigo inclemente de la dictadura. Compañeros en el ideal de América: colaborad con nosotros por la Dignidad de una pequeña Patria de nuestro Continente.
Nos dirigimos a todos los intelectuales de América, por intermedio de los compañeros siguientes: Nieto Caballero; Eduardo Santos; Alfonso López; Antonio Arango; Gilberto Agudelo: Camilo Orozco; González Scarpetta. Costa Rica: García Mongo; Rómulo Tovar; Carlos Monge; Yolanda Oreamuno; Carmen Lyra; Ricardo Jiménez; Carlos Luis Sáenz; Vicente Sáenz: Manuel Mora. Cuba: Juan Marinello; Nicolás Guillén; Arturo Alfonso Roselló: Guillermo Villarronda; Armando Maribona: Fernando Ortiz: Herminio Portela Vilá; Jorga Roa; José Chelala; Raúl Roa; Julio Linares; Claudio Benedí. Chile: Gabriela Mistral; Amanda Labarca; Eduardo Hubner; Pablo Neruda; Vicente Huidobro; Carlos Alberto Alarcón. Ecuador: Jorge Icaza; Gerardo Gallegos; Demetrio Aguilera Malta; José de la Cuadra; Pedro Saad: Humberto Mata; Andrade Coello.
Estados Unidos: Leo Rowe; Summer Welles; Alberto Rembao: Ignacio Lozano; Joshua Hochstein; Marshall Nunn. Guatemala: Miguel Asturias; Flavio Herrera: Alberto Velázquez; David Vela; Silva Peña; José Miranda; Alejandro Córdova; Arévalo Martínez. Haiti: Moraviah Morpeau; Gabrielle Malebranche. México: Enrique Gzalez. Martínez; Alfonso Reyes; Alfonso Cravioto: Juan de Bojórquez; Lombardo Toledano: Carlos Menéndez; Mauricio Magdaleno: Baltasar Dromundo. Panama: Ricardo Miró: Enrique Geenzier: Octavio Menéndez Pereira: Rafael Samudio. Paraguay: Natalicio González: Julio Amarilla. República Dominicana: Juan Bosch; Camila Henríquez Ureña: Enrique Enríquez.
El Salvador. Max Brannon: Alfonso Rochac; Recinos; Fco. Luarca; Quino Casas: Espino. Nicaragua: Avilés: Pedro Chamorro: Barahona; Ortega Díaz; Heberto Correa: Lacayo Perú: Haya de la Torre; Serafín Del Mar: Fonseca.
Uruguay: de Ibarbourou: Silva Valdés; Figueiras; Ubaldo Genta.
Venezuela: Rómulo Gallegos: Rodriguez Cárdenas: Fombona. Puerto Rico: Graciany Archilla Carmen Alicia Cadilla; Franklin. a todos los compañeros del Continente por la dignidad de América y la liberación de Honduras.
Argentina: Alfredo Palacios: An tonio Zamora: Arturo Capdevilla: Luis Cané; Lillo Catalán: Humberto Dos Campos: Ricardo Rojas; Enrique de Gandía: Julio Larreta: Hugo Wast: Victoria Ocampo: Alberto Palcos. Brasil: Afranio de Mello Franco; Oliveira Vianna: Euclides de Cunha: Leopoldo Teixeira Leyte; Silvio Rangel: Lilliana Cullen. Bolivia: Luis Terán Gómez: Alcides Arguedas: Tristán Maroff: Díez de Medina. Colombia: Guillermo Valencia; Sanín Cano; Germán Arciniegas. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica