REPERTORIO AMERICANO 105 Cuba rinde homenaje a Hostos Junto al intelectual, el líder de la libertad. Editorial de El Mundo. San Juan de Puerto Rico. II 40. Envio de la Comisión del Centenario de Hostos. de Eugenio Maria de Hostos (Cuadro de Díaz Mac Kenna, en el Ateneo Puertorriqueño. El homenaje rendido en Cuba a la memoria de Eugenio María de Hostos en ocasión del centenario de su natalicio y la publicación del libro Hostos y Cuba por el municipio de La Habana, bajo la dirección del doctor Emilio Roig de Leuchsenring, Historiador de la Ciudad, en el que, además de los trabajos leidos en el acto celebrado en el Palacio Municipal, se recopila una gran parte de los escritos del insigne portorriqueño sobre la emancipación de la grande Antilla, han logrado que el pueblo cubano se percate de los excelentes servicios que prestó Hostos a la causa de su independencia y, como es natural, que aumente su estimación pública.
Además de los documentados estudios que han publicado en La Habana sobre la vida y la obra del gran antillano escritores tan presrigiosos como Roig de Leuchsenring, Emeterio Santovenia, Medardo Vitier y otros, ha contribuido a destacar la generosa labor de apostolado que aquél realizó en favor de la causa cubana la reciente publicación de sus Obras Completas por la Comisión Portorriqueña Pro Centenario del Natalicio de Hostos ordenada compilación de los principales trabajos del maestro, editada en veinte tomos, en los talleres de la Cultural, de La Habana. También ha ayudado a recordar valio.
sos aspectos de los servicios prestados a Cuba por el eximio pensador el interesante libro que acaba de editar en La Habana el notable escritor dominicano Juan Bosch, intitulado Hostos, el Sembrador. pesar de los homenajes rendidos en la vecina Antilla a la memoria de quien el historiador Roig de Leuchsenring proclama como uno de los más preclaros entre los fundadores de la nacionalidad cubana. el conocimiento más completo de las ejecutorias del gran revolucionario ha hecho pensar a ilustres intelectuales cubanos, con generosidad que agradecemos hondamente los portorriqueños, que su pueblo aún está en deuda con el maestro y que procede consagrar en forma perdurable la gratitud hacia aquél que con tanta lealtad y empeño denodado abrazó la causa de la emancipación de Cuba. Entre los intelectuales que así se han manifestado últimamente figura el notable escritor y ensayista doctor Alberto Lamar Schweyer, quien reputa sa grada la deuda con Hostos. y ha propuesto que, en testimonio del reconocimiento perduradero de Cuba, se erija a la memoria de nuestro conterráneo un busto en una plaza públi.
ka de La Habana. Cuba fué para Hostos una obsesión. escribe el doctor Lamar Schweyer. nuestra independencia encontró en él propagandista fervoroso en todas partes. Hostos, hombre todo fervor, fué nuestro adalid en Madrid, en París, en New York, en Cartagena de Indias, en Panamá, en Lima, en Santiago de Chile, en Buenos Aires, en Río de Janeiro y en la República Dominicana. agrega más adelante. No hablo del Hostos intelectual, gran figura americana que se codea en las más altas disciplinas filosóficas con el mexicano Bulnes, con el positivista Lastarria de Chile, con nuestro Varona spenceriano. Hablo del Hostos para quien tiene deuda no pagada, no la cultura americana, sino la independencia de Cuba Teniendo en cuenta esa deuda es que un grupo de intelectuales cubanos, ha comenzado a pensar en la necesidad de alzar a Eugenio MaBosch, el hostiano (Envio del autor. La Habana, 1 40. Eugenio María de Hostos es una figura excelsa de América pero poco conocida a pesar de su vasto radio de acción, de su continuo trajinar con ideas hombres de su tiempo. Armó su empresa a su hora, tuvo luz sobre la frente, pensó con sus riesgos, discrepó.
y como siempre las simpatías van a la mediocridad y los celos al genio, ha sido preciso pasar de su centenario para traerlo a flote en su larga grandeza.
De entre las cosas buenas y óptimas que se le han tributado descuella preeminentemente la faena del dominicano Juan Bosch. Reco.
pilador, ordenador selector de sus Obras Completas es a su vez el primer biógrafo integral del sabio puertorriqueño. El que está en vena férvida creatriz y ya se asoma al gran Betances, a nuestro gran Aguilera, a su gran Salomé Ureña, para unir las islas en un nuevo abrazo acérrimo, bien sabe dónde ha clavado sus flechas; repudia pazgu tas lisonjas, cortesanías mediocres. aquí viene lo que nos asalta: tal como Hostos es el sembrador por todas partes del hermoso libro de que hablamos, Bosch resulta así mismo el hostiano por excelencia, no sólo a lo largo de su texto sino también en la acción contingente de vivir; un hostiano que sumaría sus cánones en sobria regla de oro: verdad, bondad, lealtad.
Pues siendo el suyo libro muy docto, meritorio y relevante, su gran valor desborda en el gesto de ofrecerlo a los estudiosos como base para el Concurso de Biografías de Hostos que quedará cerrado el 11 de Agosto de este año en San Juan de Puerto Rico, aclarando que no es ése, por lo mismo que agotó en condi.
ciones excepcionales las primeras fuentes, el libro suyo que irá a Concurso, y sí tal vez otro, que hará si puede. en honesta parigualdad con el más simple pretendiente.
Quien levantó a Hostos, santo andariego y enérgico, en prosa viva y fluyente una peana iluminada y quien se empeña en elevarle ahora, con el entusiasmo de todos los cubanos dignos un busto en sitio recoleto, no puede darse a sí otra ley moral más bella.
ENRIQUE LABRADOR RUIZ ría de Hostos, no digamos un monumento, cosa cara y difícil, sino un busto en una pla.
za cualquiera. Es una idea simpática y de realización fácil. la cuestión sólo está en localizar sitio apropiado para que Hostos tenga un homenaje permanente. Debemos tener en cuenta. afirma luego el distinguido escritor cubano, que después de Máximo Gómez, Eugenio María de Hostos fué el más preclaro de los extranjeros que se afanaron por independizar a Cuba. Ninguno más indicado que él, para ocupar el sitio central en que debemos ir poniendo los bustos al menos los bustos de otras figuras americanas que supieron interpretar el afán cubano y comprender los esfuerzos de Cuba Hostos estaría bien, se me ocurre, cerca de la Universidad Nacional. Ningún fondo mejor para quien fué maestro en todos los momentos y mentor en cada línea, en cada consejo y en cada afán.
La iniciativa del Dr. Lamar Schweyer ha sido acogida con verdadero entusiasmo por la intelectualidad cubana. La prensa habanera de estos últimos días ha publicado numerosos escritos de adhesión al proyecto y se han hecho diversas sugerencias en cuanto al sitio más indicado para erigir el busto propuesto.
El escritor Fernández Arrondo, al solidarizarse con la simpática iniciativa ha escrito lo siguiente en el Diario de la Marina: No sabemos de ningún otro americano que abrazara con más calor que Hostos la independencia de las Antillas, ni ninguno otro que con más vehemencia, desinterés y constancia prestara los fulgores de su mente, la integridad de su espíritu ni los arrestos de su pluma de combatiente en favor de la libertad de Cuba que Hostos. La idea reclama que todos la acojamos con el exaltado impulso de hacerla triunfar. Hostos lo merece en demasía y al consagrarse en mármol el homenaje, la presente y las futuras generaciones reconocerán que, aunque un poco tarde al menos, los cubanos, venciendo su indolencia, incluyeron en la iconografía de la Patria el preclaro nombre de Hostos.
Como portorriqueños, no podemos menos que sentirnos profundamente agradecidos ante esta hermosa iniciativa, que va enderazada a perpetuar el recuerdo de un insigne conterráneo nuestro, para quien la patria, lejos de achicarse dentro de linderos nacionales, cobró el ancho aliento de todo un continente.
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