266 REPERTORIO AMERICANO Exegesis de la poesía de Manuel del Cabral (Colaboración para el Rep. Amer. Buenos Aires, 1940. Poema que termina con dejo irónico y no exento de gracia: Ni con el romance, ni con la canción.
Si que no te duermes, Niño Nueva York.
Sé que no te duermes, porque en una tienda vi tu corazón.
Intuición cósmica Pero Cabral es múltiple, son muchas las tendencias del poeta, y he aquí que después de esa sencilla letrilla a Nueva York, el poeta manifiesta su aguda intuición cósmica: Juan Ramón Jiménez ha afirmado la orfandad de tres atributos insustituibles en la poesía moderna: éxtasis, emoción y espíritu. Casi endilga dogmáticamente que ello justifica revela la sustancia poética. Bueno es decir al gran poeta que los dos primeros elementos tienen una raíz social y sólo el tercero individual. Por consiguiente, viviendo nuestros poetas en un momento histórico sin fe en poderes superpersonales casi resulta imposible la condición de las dos primeras vietudes. Culpa es de la sociedad moderna y no del poeta. Pero la tercera sí es grave: presencia o ausencia de estro poético. de paso justo es celebrar que a Jiménez se le ocurrieca (conio prototipo del acento o espíritu) señalar a un poeta único por su aporte en ese sentido: Unamuno. Pero mal hace Juan Ramón en negar que existen grandes poetas en nuestro momento y comunidad lingüística. Por cierto que no son éstos los de las excentricidades verbales ni los de la tónica romanticona que nos vienen de un siglo que está echado a nuestra espalda. Lo que no hay, lo que disminuye es sensibilidad del público, está atrofiada y su fuente, en buena hora, merece ser fertilizada para bien del hombre.
Veo en el dominicano Manuel del Cabral ele.
mentos que me inducen a fortalecer mi fe en la poesía americana de última hora. Estoy aquí con el alma de este alto poeta. Veo de entrada el abandono absoluto, como en otras épocas, de la perifrasis y la hipérbole, vicios del estro hispanoamericano. ello hecho para entronizar el valor eufónico. El tuétano poético, que es siempre el acento personal, ha faltado allí. Tampoco se ve aquí la poesía como deleite de los sentidos, sino como esencia espiritual. Esta poesía cargada de sentido, fortalece nuestro ánimo y nos abre ventanas para paisajes que presentiamos pero no conocíamos.
Arte puro que Valores proféticos Unido a los valores cósmicos, metafísicos y formales, hay en este poeta valores proféticos. Grandes aciertos se reflejan en su intuición al tomar conciencia del hecho americano. Ea ei poema, de vasto aliento, enrostrado a Buenos Aires, su condición mesiánica se patentiza y este hecho lo destaca frente a su preocupación por nuestro sino continental.
En poesía conviene siempre considerar forma y esencia, por igual subjeto y objeto. Cabral tomó en un libro anterior el atavío y la gala (ya sea colorido o babelismo porteño. hoy junto a este elemento escarba igualmente en América buscando la esencia y lo hace no como un gazmoño retórico sino como un hombre que le arranca su raíz a la tierra.
Reacciona contra esa poesía de facundia verbal de tantos hispanoamericanos que por impotencia, recurren a ella, para deleite de los sentidos. el problema de América, como tema poético, está en pie. He aquí una orientación.
Oigamos a Cabral: Silencio de cielo cruel está muerto y no está frío. tiene el silencio mio BAIXENCH casi el silencio de aquél. en este mismo extenso poema de gran aliento que abre da título al libro: Biografia Manuel del Cabral de un silencio, queda declarada su penetración cósmica: saje personal, sin sentido telúrico, con abundanY, por callar, por callar mi silencio se parece cia de lágrimas retóricas, poesía amanerada, poesía sin intimidad, que no trasmite un mensaje al del cielo frente al mar.
humano, pues nuestro hombre de letras siempre ha vivido de espalda ante la realidad americana extravertidamente, sin consultar lo vernacular que es el nexo de nuestra continuidad literaria.
En el registco de este poeta, muchas notas vaTener conciencia como paisaje físico y como ciadas en su temperamento hacen de él una sinabismo de nuestro mundo es misión del poeta fonía y así vemos en él lo cósmico, lo telúrico, la profético, augur y avizor. He aquí una veta para inquietud metafísica y a menudo el hallazgo excrear un arte grande, eterno. Pues todo lo presivo. Cierto es que a veces, como en el pecado crezca en él tendrá vastas proporciones. Ca de Neruda, nos deja sin percatar el sentido. En bral reacciona contra todo lo que no lleve ese Cabral hay una fuerza de nuestro suelo que con rumbo. En oposición a los simuladores que ven el colorido, a veces abigarrado del trópico, suena a América con los ojos de los franceses y sien encantadoramente mezclado con la sobria forma ten con sensibilidad prestada, este dominicano, clásica que a menudo nos demostró en su anteesta poesia de raíz americana, tiene un sabor, un rior libro Pilón. ahora, la altura lírica de Santono que es nuestro. Allí tenemos como un pena ta Teresa de Jesús nos viene a la memoria cuancho de su creación, los poemas negros. Estos, entre do leemos: todos, tienen esa fuerza, ese contenido, ese sentido americanista y particularmente afro antillano. De Arte que muerte me das ese tronco de ébano que es el negro de América, quitándomo lo que vivo.
ha cortado este poeta frutos que no se pudren, Aunque matándome estás golpes de sol que cavan en la carne autóctona de VIVO menos si te esquivo.
nuestra América. afianza sintetizando su modo sugestivo y su Contra la retórica y el énfasis fuerza conceptual: Lleno de quintaesencias de momentos sociales Canción que te quedarás y morales, si es que se puede decir así. Allí está cuando mi carne esté fría.
el poema que el poeta le enrostea a Nueva York, esta carne que no es mía, la culminante ciudad moderna, de hechura bapero es mío lo demás.
bilónica. Intitulado: Niño Nueva York.
El poeta Cabral, en oposición a la mayoría de Para con el mismo sentido exclamar: los que la cantan, la ha vaciado de énfasis y de estructura épica. Por eso se ha librado de los traY he gozado lo sufrido la llama Niño Nueva York. Este lo he perdido en arte haciendo.
poema ha dado en el cogote a la retórica: Tú que nunca miras Humanización del paisaje el azul del cielo Niño Nueva York, En otro orden de sensibilidad, el porque en la carita nicano abunda en sus logros de ingenio al reunir de cualquier moneda en pequeños aguafuertes, no sólo la visión sosiempre estás mirando briamente expresada del motivo, sino el soplo de la cara de Dios.
vida que al asunto la anima. De este modo él ha pos verbales y Es la América inédita.
la que estaba en el tacto, que estaba en como aquello que a veces se nos queda en vientre materno que se revienta en vida.
la carne poeta domiEsa es la América que no han encontrado los artistas. Para los del siglo pasado, hijos del romanticismo, todo era efecto auditivo, sin men Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica