José María Zeledón

Repertorio Americano SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Tomo XXXVII San José, Costa Rica 1940 Sábado 25 de Mayo Núm. 13 Año XXI No. 893 Contenido: Qué hora es. Antipedagogia La Zeta nunca cruzó el mar Luis Santullano Cristián Rodriguez Un Maestro del Renacimiento.
El Cristo a la jineta El acto heroico como fenómeno psicológico (1)
Versos nuevos de Billo Alas sobre Europa Antonio Pedreira: Vida y expresión Enrique González Martínez Luis de Zulueta José Enrique Rodó Luz Vera José María Zeledón María Olimpia de Obaldia Concha Meléndez Guillermo Jiménez El Rey de los Hunos Los problemas morales del teatro benaventino Alejandro Vallejo José Luis Sánchez Trincado Sanin Cano Alfonso Francisco Ramirez Bizancio Juventud actual Noticia de libros LOSOPHOS y entre los Mañana, lunes, día de mayo, se recuerdos, hallaba Vives que Brujas cumple el cuarto centenario de la VIVES PHIL tenía cierta amable semejanza con su muerte del más grande entre los pennatal Valencia, la Valencia de las sadores españoles del Renacimiento.
naranjas de oro y el mar azul, que La España del siglo xvi, como desde la adolescencia no había visla de todos los siglos, produjo más to y que ¡ay! ya nunca volvería a héroes y artistas que hombres conver. Los ojos se le llenaban de lasagrados al puro ejercicio de la razón.
grimas.
La ciencia en España no ha solido briNNES LVDOVICUS Pero el filósofo debía dejar la llar a la misma altura que el carácvida sin una queja, sin un lamento, ter mocal o el sentido de la belleza.
sin un reproche. Su lema había siTierra de guerreros y de santos, o do «Sine querela. Sin querella, en de poetas y pintores, era, gracias efecto, se propuso vivir y morie, ya a ellos, hace cuatrocientos años, la que en la tierra las perpetuas queprimera nación en ambos mundos.
rellas entre los hombres Pero, acaso, en la esfera del pensapueblos envenenaban la existencia.
miento, no lograba igualar a Fran«Sine querela. con el alma en paz, cia e Inglaterra, vencidas por las ya que el mundo estaba destrozado armas españolas.
por los horrores de la guera.
Sin embargo, un varón preclaro Fue Luis Vives lo que hoy llala redimía, en aquella época, de esa mariamos un pacifista. Tocóle vivir relativa inferioridad. Era Juan Luis en una Europa ensangretada, como Vives, muerto hace ahora cuatro sihoy, por las luchas civiles y por las glos.
contiendas internacionales.
Vives poseía todo el saber de su En la esfera de las ideas buscatiempo. No lo superaron los más ba Vives la armonía. Su tiempo, en altos filósofos, ni en Franica, ni en cambio, fue un tiempo de violentas Italia. Con Budé y Valla, formaba pugnas ideológicas. En la esfera de el famoso triunvirato de la Repúbli1. tur valut la realidad predicaba el maestro una ca de las Letras. Con Erasmo y con paz humana. la realidad le conTomás Moro, ejercía, en los cotestaba con guerras cruentas entre mienzos del xvi, el magisterio in Sydus in Hifpanorus remorbus ortum, los principes cristianos; los reinos telectual de Europa.
Protulit artido en pubar u polum liig desolados, la Roma papal saqueada, Hace ahora justamente cuatro sila culta Europa convertida en glos. Era en estos días de inmenso campo de batalla.
1540.
Dos siglos, dos mundos combaUn hombre de rostro afilado por tían el uno contra el otro. en el pensar y por el sufrir, quebrado vano se esforzaba por unirlos en una el color, entrecano el cabello, ancha Concordia en la discordia síntesis suprema la mente serena, el la frente, agüileña la nariz, finos los ánimo conciliador de Juan Luis Vilabios, se asomaba a una ventana (De El Tiempo. Bogotá, de mayo de 1940)
ves, español y cosmopolita; mediode su alcoba en la ciudad de Brujas.
val y moderno; hijo de la EscolásCaía la tarde. El enfermo perma jados, las cercanas praderas mostra era ya como otra patria para él. tica y padre del Renacimiento; fornecía envuelto en su hopalanda, con tan su verdor novel, dorado por el «Nec aliter hanc nomino quam pa mado en la erudición clásica y servaba puesto su casquete, a pesar sol poniente. El sonido de las esqui triam. Se acordaba de que fue crientado hacia la observación la. de que el are tibio, denso, húmedo, las de los rebaños se confundía con allí donde mucho tiempo atrás, nueva ciencia; amigo de los reyes y de la primavera flamenca acaricia el de las campanas del convento ve siendo él un mozo, conoció en el abogado de los pueblos.
ba blandamente sus sienes. Bajo la cino.
hogar de sus paisanos los Valldau Cuando, joven todavía, en la cosventana, las aguas de un canal pa El maestro Luis Vives, con ojos ra a una niña de ocho años, Marga te de Enrique VIII de Inglaterra, saban, huían, con un rumor monó graves, serenos, se despedía de la rita, criatura encantadora que fue confidente espiritual de la reina estono, siempre distintas, siempre ciudad y del mundo. En aquella su primera discípula. La niñita aque pañola, fue preceptor de la princesa guales, como la vida. Los mercade hora la fiebre había bajado y los lla era ahora la esposa solicita que María, quiso dar a su alumna, con res cerraban sus tiendas; salían las dolores de la gota le dejaban tran andaba por la habitación preparán el libro Satellitium animi. una csmuchachas de paseo y cruzaban en quilo. Una melancólica dulzura de dole el lecho para el nocturno redo colta de buenas máximas elevadas grupos, delante de la casa, el puen atardecer le envolvía.
so. Quizás seria ya el reposo defi sentencias, para que la regia niña te de piedra. Por encima de los te Aquella plácida chudad, Brujas, nitivo. dejándose llevar de los anduviera después por el mundo más Het Sai Br 293 Birch un mayo de Un Maestro del Renacimiento у Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica