REPERTORIO AMERICANO 159 Cómo debe leerse el Quijote (De Violetas y Ortigas. La Habana. 1938)
Tanto se ha escrito sobre el tificado deseo, que no tengo por Quijote en lo que va de año, que mío exclusivo, sino de todos los bien fundadamente puede creerse que a porfía elogian y encomian que este libro apacible y deleito el peregrino libro. mi temor naso habrá tenido algunas docenas ce de dos clases de consideraciomás de lectores de los habituales. nes. con toda llaneza confieso que Ha dado sobre el Quijote una ese me parece el resultado más legión de comentadores, intérpre apetecible de todo este continuado tes, levantadores de horóscopos, rumor de plumas y discursos. descifradores de enigmas y adivi.
No vaya a presumirse que esto nos, que asombran por su númeenvuelve censura, ni asomo de cen ro y desconciertan por la misma sura siquiera, de la glorificación sutileza de sus invenciones. fuerde este centenario. El entusiasmo za de querer encontrar un sentido tonifica y fortifica, sobre todo si, acomodaticio a las frases más sencomo en este caso, el entusiasmo cillas y una intención recóndita es genuino y legítimo. Soy cervan a los pasajes más claros, hacen tista de la antevíspera. Leí el Qui sospechar a los desprevenidos que jote de niño, y fue para mí ma esa obra de verdadero y mero ennantial de risa y acicate de la fan tretenimiento pueda ser un apotasía. Dormí muchas noches con calipsis o un tratado de metafíun viejo espadín debajo de la al sica hegeliana.
mohada, descabecé en sueños mu los familiarizados con el lichos endriagos y encanté y des bro, este intento de hermenéutica encanté no pocas Dulcineas. Lo profana divierte o enoja, según los lei de mancebo, y la poesía sutil casos, pero no perjudica. Mas no de las cosas antiguas se levantó, es entre ellos donde se han de como polvo de oro, de las pági buscar los nuevos lectores. esnas del libro, para envolver en tos debe decirse y repetirse que una atmósfera de encanto mi vi el Quijote es uno de los libros sión del mundo y de la vida. Lo más llanos que se han compuesto; he leído en la edad provecta, y claro como río sereno y caudalome parecía que una voz familiar so de ideas, sin confusión; de es.
y amiga, algo cascada por los años, tilo añejo, como el buen vino, pero me enseñaba sin acrimonia la re. no anticuado; que habla del tiemsignación benévola con que debe po viejo, pero no de un tiempo nuestra mirada melancólica seguir tan separado de nosotros que el la revuelta corriente de las vici alma de sus personajes nos pasitudes humanas.
rezca extraña y distante de la Pero es natural que, habiendo nuestra. Tantos ejércitos maraviencontrado en esta lectura fuente llosos describen esos exégetas, que siempre fresca y abundosa de im el lector puede amilanarse, o enpresiones acomodadas a la dispo contrarse chasqueado, cuando se sición de mi ánimo, desee a otros desvanezca toda esa fantasmagoría.
muchos el mismo refrigerio. De Otros han tomado por distinto aquí que haya acabado por creer atajo. De tal suerte extreman el que la mejor manera de honrar al elogio, que más parecen corifeos autor del Quijote sea no aumen entonando un ditirambo que estar la secta de los cervantistas, critores que recomiendan una exsino acrecer el número de los lec quisita obra del ingenio humano.
tores de Cervantes.
No les niego yo su perfecto deEsto implica, lo confieso, cierto recho a sustituir las razones y aún temor de que se malogre ese jus la razón por perpetuos levohél.
levohé! Cada cual expresa su de.
lectación íntima a su manera; pe.
ro, desde el punto de vista en que me coloco aquí, temo que el efecto de sus desmesuradas hiperboles sea contraproducente. Lo de desear son lectores sinceros, que vayan, sin prejuicio de snobismo, a apurar el contenido de esa rica copa en que escanciaron las gracias, y no individuos que se estén palpando y mirando por dentro con susto, si por acaso no se encuentran, desde las primeras páginas, en un mundo de prodigios, y no se ven suspendidos en cada capí.
tulo a la región de los encantamentos pregonados.
Hacen, sia quererlo, estos crí.
ticos tan poco criticistas, el papel del ingenioso Chanfalla en El retablo de las maravillas. fuerza de anunciar portentos, que ellos ven y manosean, parecen decla.
rar memos y bolos a los que no miren por sus ojos y con su mismo ángulo visual. El pobre lector se azora, y aunque dice para sus mientes. si seré yo de ésos. proclama a voces que se cierne a dos dedos del empíreo. Ninguno de los confusos espectadores del retablo quería ser judaizante, y ninguno de los atortolados lectores quiere pasar por Imbécil.
Aunque me acusen de algo sanchezco, prefiero, para los que lean el Quijote, la disposición de espíritu del estudiante del cuento, que se solazaba tendido en el mullido césped y reía a pedir de boca en los pasajes de risa. Ese de seguro no tenía entre manos ningún Quijote comentado y puntualizado. Los que han leído la deliciosa fábula por esparcimiento y la han celebrado con risa franca y sana. son los que luego la recuerdan con suave emoción y pueden descubrir la vena de plácida tristeza que va, casi a flor de tierra, serpeando por todo su contexto. Mirad, escribano Pedro Capacho decía el alcalde Benito haced vos que me hablen a derechas, que yo entenderá a pie llano. Cervantes escribió a derechas: no subamos en zancos a sus lec tores.
ENRIQUE JOSÉ VARONA de mayo, 1905.
Siempre arriba (Para el Rep Amer. En un fortín le vimos trabajar joven operario de fuerte talento, entre y, semejante a Hernán Cortés, amacifrente al Estero. Asentaba ladrillos, de gábase a los ocios de la sana alegría, zado de dignidad quemó sus naves de pie en el andamio. Con movimientos al igual del pajarillo que elabora su regreso. También sembró a tiempo el seguros lanzaba cucharadas de arga nido en planta amiga y fatigado de moreral para los gusanos de seda de masa que en seguida recogía afanosa revolotear reposa en verde rama meci. sus próximas realizaciones. Hijo del mente. Pedia a sus compañeros de da por manos invisibles, entre los va trabajo. Magallanes de sí mismo va faena piedrezuelas, reglas, cuerdas, es gabundeos de su canto. Cada cuál tiene dando vueltas al mundo: al mundo de cuadras, herramientas. Era un impetu. su gusto intimo: así el marino que na sus ansias poblado de llamas azulinas.
Sus brazos se arbolaban de venas al vega bajo los halagos del sol; así el El es minúsculo y remeda al arador al alzar baldes de agua. cada rato labriego enamorado del oro del maiz o que sirve de techo la cutícula de una observaba. No sentía el vértigo de la de la nieve del arroz; así los que, en hoja; pero él y su hoja están impreg.
altura. El artesanito ya conservaba la fin, traen a la vida granos de entu nados de la energia del árbol que se calma exigida ante los abismos. Orgu siasmo para el ave inquieta de la ap yergue en la montaña que es su firme lloso de salud, a unos cincuenta pal titud.
pedestal.
mos sobre el suelo despreciaba el pe. Tened seguridad que ese tierno al Arriba, arriba, siempre arriba. Más y ligro.
bañil triunfará. Por qué? Porque labora más. Osado muchacho!
con amor. El ha emprendido el camino, El pequeño arquitecto que silbaba en Su placer estribaba en admirar el lo alto del fortín estaba aprendiendo a progreso de la obra. Su ideal, el fortín.
construir santuarios de fe en la ampliEs probable que anhelase escalar los Este semanario, en los Estados tud de su alma; y ya los gnomos de cielos como los constructores de la Unidos, lo puede obtener por medio de: su esperanza habían empezado la tarea bíblica torre.
del esfuerzo interior, capaz de vaciar Después de larga y recia labor, el FAXON CO.
los mares y de llenar los espacios.
SUBSCRIPTION AGENCY albañilito, sentado en un muro, mirando lo azul del espacio rompió a silbar un CARLOS JINESTA pausado valse. Tranquilo, dichoso, el San José, Costa Rica, abril de 1940.
FAXON BULDING 83 FRANCIS STREET BACK BAY STON BO MASS. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica