Democracy

REPERTORIO AMERICANO 45 Antonio Pedreira, el inolvidable Envío del autor. San Juan de Puerto Rico su «Esta es la primera vez que se rinde Está bien que se bautice una escuela un justo y genuino homenaje de recoen la ciudad de Caguas con su nombre.
nocimiento intelectual a un escritor en Ese nombre será inspiración para los nuestra isla. nos decía el septuagena.
jóvenes compueblanos suyos. Su vida rio poeta criollo don Virgilio Dávila fué estambre de hebras azules de escuando los dos íbamos detrás del fére.
fuerzos propios, de lucha en buena lid.
tro del Giner de los Rios nuestro, Dr.
Supo asir el leño luminoso en la carrera Antonio Pedreira. Hemos visto funede los intelectuales que venían de ho.
rales de políticos, de poetas políticos en gares pobres, no deteniéndose ante los donde los corazones entusiastas y agraobstáculos, las dificultades que presendecidos de correligionarios y adversarios tan las situaciones apremiantes econó. en momentos de dolor común patrio se micas para llegar a la cúspide. En ese olvidan rencillas partidaristas. Psicología maratón corrió un joven que se llamó de los pueblos. Democracia de la muerAbraham Lincoln. Que el nombre de te) se disputaban el honor de ayudar a Antonio Pedreira sea para los niños cargar el ataúd o de poner una corona portorriqueños lo que es el de Abraham en la tumba, pero nunca, nunca haLincoln para los niños estadunidenses, bíamos visto antes que a un escritor Vida luminosa, vida limpia, vida diaapolitico se le rindieran honores tan pasón clara de una moralidad cristiana.
generales en sus exequias en donde Que los biógrafos escriban esa vida y participaran desde el Jefe Ejecutivo del se apreste el Departamento de Educapaís, pasando por todo el pueblo y lleción a poner en las manos de cada gando hasta el chico vendedor de pe niño portorriqueño esa vida, que más riódicos que con voz entre cortada que paradas patrióticas, esa vida inyecpregonaba la dolorosa noticia de su tará las vidas jóvenes con savia rica.
muerte al mundo.
Antonio Pedreira Está bien que en el Ateneo PuertoPero tenía que ser asi Todo un país tenía que tener el corazón arrugado de rriqueño se haga un homenaje en honor y que participen en ese homenaje dolor. Todo el país tenia que vestir su los preclaros de la generación actual y espíritu con crespones negros. La radio tificante luz toda una generación de tenía que anunciar con marchas fúne intelectuales Sol joven, sol potente. Se que no haya un solo asiento vacante y que vistan de luto los colegas univerbres la irreparable pérdida Antonio nos fué a los cuarenta años, cuando Pedreira fué el precursor de una época empieza la vida para la mayoría de los sitarios, y que vengan de toda la isla los intelectuales a rendir tributo. Antonio de oro. Fué el maestro, sí, el maestro hombres. Edad cuando se empieza a Pedreira era ateneísta. Estimuló las con todo el peso pulposo de la signifi hacer algo de valor y ya él había hecho actividades de la docta casa. Los salones cación divina y profesional; fué la fuer mucho. del Ateneo se llenaban con los estimuza centrípeta de una era literaria, orien Está bien que se dé el nombre de tadora: época de búsque la de la con Antonio Pedreira a un edificio de la lados por él en la vida literaria. no ciencia nacional. Su libro «Insularismo Universidad de Puerto Rico, porque esa sólo los jóvenes que se acercaban a la fué latigazo crítica saludable que des. Universidad que hoy augusta se levanta fúlgida luz, sino los ya consagrados literatos con mucha más edad que el perto de la modorra al país. y da prestigio a nuestra isla en las Antonio Pedreira fué sol, alrededor Américas tiene palpitaciones del que se maestro. es que los sexagenarios y del cual se calentaban, recibían su for dió alma y vida a ella. Murió casi en septuagenarios escritores reconocieron y su seno, en el yunque dorado de la prorespetaron al joven precoz, al «scholar fesión y fué sacado en brazos de sus aunque con laureles en las testas niveas, miraban al joven como los sabios discípulos apenados, de sus colegas doctores a Cristo. Sabiduría del sabio: AHORRAR que jamás le olvidarán, de sus reconoes condición sine qua non de cidos y estimulados compañeros de letras reconocer el talento al instante cuando brilla sin prejuicios de edades, razas o una vida disciplinada para quienes tuvo la crítica sana y de corazón, impulsado por guiar «tantos posiciones sociales. las testas laureadas enviaban sus escritos como deber DISCIPLINA vigores dispersos. confiando, lleno de fe en los suyos, en sus compatriotas impuestos por ellos mismos al maestro es la más firme base del que podían salir de más allá de donde joven.
buen éxito podía cogerlos «el holandés. Todos fueron a rendirle homenaje al Le recordarán sus amigos todos por Ateneo. allí los ancianos y los jóvenes LA SECCION DE AHORROS que él nunca habló mal de nadie y y todos sin regateos dejaron escapar cuando criticaba era de manera sana tributos violetas porque por unanimidad y estimulante. Nunca fué se le reconoció grande entre los grandes.
plaza pública de discusión destrozadora No tuvo que pasar años después de su sino aula, templo, para decirse cosas muerte para alabarle y reconocérsele.
buenas. Cuántos literatos a medias poEstá tibio aún su cadáver. Nos parece drían cogerlo de modelo e imitarlel El que le vamos a ver en las aulas. Al era la ética y estética puras. Jamás llegar a la Universidad vamos a saluguardó rencor a nadie. Su corazón fué darle olvidándonos de la infausta pérdida.
granada de rojo noble) Inclito él entre Casi tocamos a las puertas de su ofici.
los inclitos.
Queremos consultarle y llevarle (el más antiguo del país)
nuestra última producción. Queremos oírle, estrechar su mano sincera y amiestá a la orden para que Ud. Ud. consigue este semanario en la ga. Su persona está envuelta en ful.
realice ese sano propósito: gores de eternidad. No podemos creer Habana con la señorita lo sucedido y cuando nos damos de bruces con la cruel realidad nos reve.
AHORRAR Matilde Martínez Márquez lamos ante los dictados divinos creyendo Señas: Apartado 2007. Teléfono Foo 2539 (Pada a la página 47)
y DEL su casa Banco Anglo Costarricense na. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica