Communism

110 REPERTORIO AMERICANO Marcos Antillo. Viene de la pág. 102)
descreídos de este meridiano antillano, el Pas sa fuerte y humana de Luis Felipe Rodríguez, tor jamaiquino realizaba su bienaventurada que, en medio de la vorágine de un incendio misión con provechoso resultado, puesto que su en el cañaveral, a la claridad del fuego, ha he.
sagrado ministerio también le permitía vivir cho bailar al hombre derrotado por el sufricon la venta de los ejemplares del libro de miento una danza simbólica entre las cañas, Dios.
más allá del instinto y del dolor.
El encuentro de Mister Lewis con los ma Con La Chimenea, que es un relato nuevo, cheteros de la Cubanacán Sugar Company comienza el autor, ya lo hemos visto, esta se.
registra un incidente de sabrosa comicidad gunda edición popular de Marcos Antilla, para (aunque para el Pastor fuese un grave proble cerrar el libro con El Nacimiento de Margarito, ma de moral) tejido alrededor de la vida sor que también es nuevo. Es aquí donde Luis dida de estos hombres del cañaveral. Así, el Felipe Rodríguez eleva al más grave registro primer contratiempo del Reverendo sobrevino la nota que hace vibrar, en trance de organial conocer que solamente había una mujer zación, la protesta del hondo padecimiento cupara todos los hombres que habitaban los in bano.
mundos barracones. El contratiempo se torno Frente a frente se hallan dos espíritus roal rojo vivo de la indignación cuando supo que lares separados por el puente de una generaesta mujer era nada menos que la compañera ción intermedia. El abuelo y el nieto unidos de su leal compatriota Freed. Como único y su por el golpe de una misma sangre, contemplan premo recurso sólo experimentó el súbito de paisajes de sentimientos antípodas, aunque en seo de leer los socorridos versículos bíblicos el pozo obscuro de la sub conciencia el cristal sobre este nefando pecado. cuando fué in de parejas aguas reflejan un solo deseo. Tal terrumpido en su peroración por el verbo satu vez si obedeciendo a esta última y oculta ra.
rado de taladrante ironia del dominicano Cha zón, Candelario Medel y Margarito del Sacrano Galbán, que dijo: mento, que vivían clavados sobre un costado Reverendo, con esto, nosotros, estamos ha de la Sierra Maestra, a un tiempo mismo re.
ciendo el ensayo de la sociedad futura. Por solvieron bajar juntos al poblado de Hormig?
ahora, es el único comunismo a nuestro al Loca para tomarle el pulso, desde ángulos cance y el que nos permiten las democracias distintos, en un día de animación desusada.
de América. Hormiga Loca. de fiesta, se exhibía endo(No vaya a pensarse que la creación de este mingada a causa del meeting que habría de episodio de comicidad dramática se debe a la imaginación del autor. Nada más lejos de la verdad histórica, ya que este tipo de polian¿Por qué se odian tanto?
dria rural existe en el absurdo sistema de va Rivera. Frontera trazada por el odio.
sallaje del hombre en los campos de caña de Morales. Es innegable. Mas ¿por qué se odian Cuba. En la provincia de Santa Clara, por hasta ese punto. Qué se han hecho los espaejemplo, estas mujeres son conocidas por el ñoles unos a otros para odiarse tanto?
nombre de buey de pie. Rivera. Acuchillarse sin piedad.
Pero donde Luis Felipe Rodríguez ha cala Morales. Durante la guerra. Mas ¿por qué se do hondo, perforando la costra de esta falsa acuchillan. Por qué se odiaban hasta recurrir religiosidad, es en la broma criolla que los a la matanza. macheteros le jugaron al Reverendo momen Marón. El odio es engendro del miedo. Una tos antes de marcharse. Broma criolla que hizo parte de España temía, hasta el pavor, a la otra montar en violenta cólera a Mister Lewis tan parte. La perenne amenaza y los desquites atropronto echó de menos su lucrativo bulto de bi.
ces han mudado el pavor en aborrecimiento y blias que había sido cuidadosamente ocultaazuzado el espíritu de venganza. El odio es indo por unos de estos descarriados siervos del justificado. El miedo es pésimo consejero. Ha Señor. olvidando de pronto el carácter de su exagerado los peligros. Un viajero habla de la saora investidura, con el bituminoso rostro deenergia de tigre del español cuando se irrita.
mudado por la ira y en desplande de intimidaNinguna irritación mayor que la de creerse desción, sus labios enérgicos conjugan la alabantinado a las fieras. El peligro era remoto. Para za de la equitativa y a la vez severa legislación del Imperio Británico. Para concluir coaccioproducirse una ofensiva violenta de pobres ri nando a sus oyentes con la amenaza de llamar cos, ha sido menester que las clases pudientes, o a la Guardia Rural si no le es reintegrado su sus valedores, cometan la atrocidad de sublevarse.
Atrocidad temeraria, desde su propio punto de amado tesoro.
Una vez en posesión de su preciosa carga, vista. El suceso podría anunciarse en los periódicos bajo la rúbrica usual: Crimen suicidio.
Mister Lewis abandona el barracón despedido estos sublevados les ocurre como al interés por la voz indignada de Chano Galbán que cla.
nacional, traído y llevado por ustedes: por librarma contra estos mercaderes de Cristo оue se de un peligro remoto han sufrido ya más daprostituyen su palabra de amor y de justiños irreparables que cuantos podía acarrearles el cia.
peligro puesto en obra. La sensatez habría aconAl trasluz de los relatos intitulados Los Alsejado descargarse del miedo en la función del marales, El Ego de Nicolás, Los Subalternos, Estado, apoyándolo en vez de socavarlo. Pero El Haz de Caña y La Danza Lucumi, la anlos que Se gustia y el dolor insulares de esta Antilla van creían amenazados hicieron al Estado republicano objeto particular del odio, personicobrando fuerza sucesivamente en la vigilia ficando en la República la causa de su miedo.
de estos temas: la tragedia del cubano desOtros prestaban a la República una adhesión plazado de su tierra; la esclavitud del bra.
condicional, mala cobertura de su desprecio. En cero haitiano en fugaz hálito de rebelión por el eco de su yo en monólogo interior; la ese campo de Agramante, quien o quienes han adulonería de tinterillo de los burócratas del querido hacer el papel de Rey Sobrino salen con las manos en la cabeza.
Ingenio; la vileza homicida a que conduce el sistema de producción vigente, y, finalmente. De Manuel Azaña, La velada en Beel castigo que el hombre vencido por la humi nicarló. Diálogo sobre la guerra de España.
llación le impone momentáneamente a su des Editorial Losada, Buenos Aires, piadado opresor. Todo ello narrado con la pro 1939. celebrarse en ella, y que Candelario Medel, por el secreto hilo de los años, intuye que ha de terminar como el clásico rosario de la aurora.
Porque allí seguramente se hablaría sin pelos en la lengua. según reza la expresión gráfica del pueblo.
Esta convicción adquirió mayor firmeza en el ánimo de Candelario Medel por las noticias que poco antes le suministrara, sigilosamente, el sensato dueño de la tienda mixta mejor surtida de Hormiga Loca. Don Maximino Fernández le acaba de comunicar, entre otras cosas, la falta de agradecimiento de esta gente que clama constantemente contra el Central Punta Gorda. sin querer recordar que gracias al Ingenio pueden ellos librar el diario sustento. Quizá si prevenido por las palabras interesadas del tendero, o bien fuera por el aldabonazo del presentimiento, lo cierto fué que Candelario Medel, desde el instante en que sus ojos vivaces tuvieron contacto con la multitud congregada, supo guardar la debida distancia.
Por eso salió ileso de la riña que disolvió ei metinge quando la voz exaltada del orador se hizo fuego en la Verdad, mientras que el testarudo de Margarito, por haberse zambullido en la muchedumbre, mostraba la frente condecorada con un robusto chichón.
De regreso al pedazo de la tierra donde vegetaban a la espera del próximo lanzamiento, Olegario Medel comenzó a experimentar un legítimo orgullo por su hijo que ya tenía prendida sobre su pecho de adolescente la luz interior de una nueva estrella. Margarito del Saoramento no le volvería la espalda a la tierra donde naciera, sino que iría al encuentro de sus entrañas por la plena posesión del surco herido para el fruto en plenitud. Si Ulpiana Paneque (meditaba Olegario) se había entregado a la Muerte para darle un hijo a la Vida, bien podía Margarito, en quien acababa de expresarse una conciencia de la tierra. donar su sangre y su vida para que sólo de amor y de justicia se nutra el Hombre.
Luis Felipe Rodríguez, cuya obra ha saltado más allá del límite de las fronteras nacionales, logra en Marcos Antilla una expresión artística acabada dentro del género literario que desarrolla el libro.
El contenido humano impregnado de afilado sufrimiento por el cual el campesino cubano, sin raíces en el grano de la tierra, padece y agoniza al calor del trópico feraz; la voz vigilante y tierna de Marcos Antilla, a ratos ahuecada por el tubo del choteo criollo para preservarse del peligro de abatirse, como diría Waldo Frank; la prosa vigorosa y limpia en clima de bellas imágenes, hacen de este libro una vibración amorosa constante lanzada por la pluma en temblor de angustia de este escritor responsable de su arte, que es Luis Felipe Rodríguez ¡Porque Cuba reclama impaciente la gran novela que desnude su dolor agrario, es necesario, urgente, que el espíritu que anima a Marcos Antilla retorne al camino por tercera crecido y fortalecido, para izar en el aire muerto y sin brisa de hoy su encendida pasión por la posesión plena de la Tierra Nativa. Confiemos en que Luis Felipe Rodriguez, más alto en su grito por haberlo cernido dos veces a través de la conciencia moral de Marcos Antilla, se sobrepase en la novela capital que esperamos de él, a fin de que el hombre isleño, ayudado por el arte, construya con alegría la grandeza de su destino histórico.
ALBERTO DELGADO Montejo La Habana. abril Señas de Luis Felipe Rodríguez: de 1939.
Monserrat. 91. La Habana. Coba.
vez. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica