Bourgeoisie

REPERTORIO AMERICANO EDITOR: GARIA MONGE CORREOS: LETRA TELEFONO 3754 En Costa Rica, Suscrición mensual: 00 EXTERIOR: EL SEMESTRE: 350 EL AÑO: 00 o, am.
SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA El suelo es la única propiedad plena del hombre y tesoro comun que a todos iguala, por lo que para la dicha de la persona y la calma pública, no se ha de ceder, ni fiar a otro, ni hipotecar jamás. José MARTÍ.
Giro Bancario sobre Nueva York CA ORONG Un hombre singular: Emilio Becher. Conoció usted a Emilio Becher?
mientos «destructivos que no son sino. Fue usted amigo de Emilio Becher?
armas y recursos biológicos, inherentes. Cómo juzga usted la obra de Emilio a la naturaleza, que no ha sido ni será Becher?
nunca apacible.
Desde que, en cierto ágape literario, Becher era eso: un hombre que se proel diálogo más importante de la sobre.
puso rehuir el combate, que sintió el es.
mesa se refirió a esta gran figura arpanto de la vida por lo que esta exige de astucia, y de doblez, y de crueldad. No es gentina, nosotros, que apenas la conoque redujera el mundo cósmico a su mundo cíamos de nombre, interrogamos acuinterior. ésta hubiera sido una actitud faciosamente a todas las personas de su tua, narcisista. sino que, inhibiéndose en generación y de su medio.
lo posible de aquél, hubo de retraerse o replegarse al suyo, a su «yo. y ningún yo es Ricardo Rojas, que ha escrito al lo bastante recio y amplio como para refrente de una selección de los artículos sistir, sia estallar, a un hombre. Aunque este hombre sea tan suave y tan fino como de Becher un fervoroso y minucioso Becher, estudio de cincuenta páginas, no se resentirá porque su biografía, evocación Rojas insinúa su paralelo con Amiel.
y exégesis del autor del «Diálogo de ¡Ojalá hubiese tenido, como éste, el las sombras» haya suscitado en nosdesahogo de la confesión! Por no conotros una de esas curiosidades que se fesarse, ni aun lo hacía de palabra y obstinan en la compulsa de opiniones a la sombra de la amistad. Sentía más MALA diversas, aunque la suya, condiscípulo, que otros. escribe su biógrafo. el amigo y camarada fraterno del escripudor de sí mismo y nunca tuvo la tor desaparecido, nos sirva de punto debilidad de ciertas inútiles confidenEmilio Becher de partida y de retorno, pues su «Evocias. Diujo de Málaga Grenet)
cación de Emilio Becher no sólo está Sería absurdo achacar al medio amhecha con la substancia de la amistad biente, al país en que nació y vivió, a más pura, del fervor más noble, sino Sólo pensaron en su dolor. Fueron, las gentes y costumbres que le rodeaque también posee la contextura sólida en suma, egoístas o egotistas. lo ron, la forma de su neurosis, que era de una crítica sagaz.
que se desprende de las páginas de la del «suicidio gradual. Con Rojas. y una vez leído el volu Becher. y de lo que, por tradición oral, men que contiene el «Diálogo de las se conoce de su vida intima es que en En todos los pueblos y épocas han existido y existen hombres que la padecen y.
sombras y otras páginas de Emilio su espíritu, enamorado de la Verdad, la cultivan. prefiriéndola a la otra, la del Becher, pensamos que a éste le codel Bien y la Belleza, no quedaba es género rápido, a lo «Fígaro. De haber podido resistir, hoy serían cincuenta y siete rresponde, sin reservas, el calificativo pacio para la envidia ni el odio, ni el de escritor egregio. Basta con leer un rencor, para ninguno de esos senti años los de la edad de Emilio Becher y, como algunos de sus coetáneos, de sus párrafo de su diálogo famoso para sencompañeros de promoción literaria, tir la presencia del artista literario ríamoslo ocupar posiciones brillantes, tener nato, en quien la sensibilidad, la culsu puesto en la Academia, sus libros en las tura y el oficio. pues no hay arte loAníbal Ponce en la cátedra vitrinas, su efigie en los periódicos.
grada sin oficio acompañan al don, Nosotros conocemos a más de diez, No sabiendo, ni gustando, de otro permitiendo la conquista de la obra camino que el del trabajo, Aníbal Pon y a más de quince escritores argentimaestra. Becher fué un maestro.
ce púsose a trabajar desde que llegó a nos de la generación de Emilio Becher.
México. Su taller preferido era la cátedra, Ahora bien. por qué este hombre, Varios de ellos ilustres. todos uná.
porque en ésta encontraba, según me mimado por las musas, fué un desesnimes en repetir con Rojas «que fué el dijo alguna vez, el sitio donde podía perado, un desilusionado que esquivaba poner en la mente de los hombres, de corazón más puro y el cerebro mejor lo que buscan y persiguen apasionada.
manera directa, sus conocimientos y sus dotado de su generación. y una vicpropias ideas y observar, en forma in.
mente casi todos los artistas: esto es, tima de sí mismo. de su propia ilumediata, la reacción que en ellos prola fama, los honores y el lucro. Por minación mental. vocaban. Ponce preparaba minuciosaqué fué tan humilde. Por qué fué «tan mente, con verdadera fruición, sus clases, Los griegos llamaban «heutantorubueno. y las exponia con certeza. Pero no era el expositor frio que se encierra en su menos a los hombres que como BeEsta humildad y bondad de Becher se idea y la lanza dogmáticamente; el cap cher y Poe, y Nerval y otros son nos aparecen como únicas en la gran legión taba las impresiones que producía en el los verdugos o destructores de sí misde los escritores desencantados.
ánimo de los discípulos, y con su gran Un «Figaro, con el que tiene concomicapacidad de psicólogo iba sacando a mos. Son los inconformes, los desentancias formales. por la firmeza y la pene.
flote las dudas, los temores, las reticen cantados de todos los tiempos y de totración del estilo se suicida a los veintiocho cias que sus palabras causaban en le das las tierras. Algunos se van sin años. Un Ganivet, a quien también se paauditorio y los barajaba lúcidamente descubrirnos su erigma, ese «yo insonrece, pone fin a sus angustias mentales y hasta dejar esclarecidos los conceptos.
dable e inviolable» que en el caso de sentimentales ahogándose. Un Rimbaud, que De esta manera liberaba de torturas renuncia poco más que adolescente a la mentales a los discípulos y hacía de la Becher obliga a la aceptación resigpoesía y a una gloria pareja a la de Vercátedra un acto de identificación entre nada del misterio.
laine; un Nerval, que se ahorca; un Amiel, éstos y el protesor. Por eso, y porque que se sumerge Sin privarnos del suave y melancólico. y nos sumerge. en las manejaba las ideas con donaire, arrastraseis mil páginas de su «Diario íntimo. ba el interés y el amor de los discípulos placer que nos produce su obra legada, otros escritores y poetas actuales y próxihacia el estudio y él se conquistaba su lo poco que quiso y pudo decir. que era a nosotros que a la «Imitación de simpatía. Aníbal Ponce sabia establecer obra breve, basta para su gloria aunque Nuestro Señor Jesucristo» prefirieron la imi en la cátedra eso que los griegos llamael la desdeñara tación del joven Werther, no poseſan, coban el Eros filosófico.
porque posee el fulgor y la dureza del diamante.
mo Becher, la facultad o virtud del renun(De Luis Fernández del Campo en ciamiento silencioso, ni su filosofía bené.
el prólogo al libro de Aníbal Ponce: ALBERTO INSÚA vola, ni su piedad profunda ante el dolor Humanismo burgués y Humaajeno nismo proletario. México, 1938. De «El Mundo, Buenos Aires. vemos Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica