302 REPERTORIO AMERICANO Ceniza, en fin, además de su significación directa tiene la de sacrificio en el corazón dorado por la pólvora como pan de ceniza y resistencia de los defensores de Jarama.
147 na, raíz, cuchilo. De los cuatro elementos se conservan el agua y el fuego, el primero en sentidos que ya conocemos, el segundo con la objetividad surgente del tema cantado. Sus tres categorías de angustia: soledad, noche, mar, se reducen a una: la soledad, la desgarradora soledad de los días que entra en la selva enlutada de su corazón con el recuerdo de la sangre y la muerte que dejó atrás. Los símbolos: Espiga y trigo, repetidos a través del libro representan la abundancia de alimentos, la reanudacića normal de las fae.
nas agrarias después de la guerra. Van asociados a la esperanza de victoria: espiga inaugurada después de la sed; los milicianos muertos sonrien levantando los puños sobre el trigo. Relacionado con estos símbolos esta harina usada en el sentido que dió a metal antes, es decir calidad, indole de las cosas, substancia definitoria: La áspera harina de tu pueblo dice en Batalla del río Jarama. Los muertos son harina muerta.
Espada sigue siendo agresión. Defensa también: Madrid lleva una espada ardiendo, su loor se canta en espadas. Parecido significado tiene cuchillos en diversas partes del libro.
Palomas, tan abundante en Residencia en la tierra lleva en el frío de palomas de acero y esperanza del Canto a la Brigada Internacional, sentido de fuerza persistente; palomas con cintura de harina. fecundidad agraria, a.
bundancia: sonido de palomas que caen hacen las lágrimas al caer sobre la tierra.
Raíz es símbolo nuevo representando la idea de estabilidad: no hay raíces para el homibre. de tenacidad y decisión al definir los antitanquistas como raza de corazones y raices. de nuevo, estabilidad, equilibrio en la raíz que sube del silencio para esperar la victoria del Ejército del Pueblo. las consideraciones sobre el adjetivo nerudiano apuntadas ya (9) puede sumarse en estos poemas la frecuencia del nombre como substituto de adjetivo, particularidad tan del gusto de los futuristas. Anotamos ahora país manzanar, abundancia trigal, encinares héroes, estandartes cereales.
Después del negro y el rojo predominantes, lel azul reaparece con las interesantes asociaciches que Neruda sabe darle. En Bodegas secretas de azul y estaño, se alude acaso al aluminio de matiz azul. En España recorrida por sangres y metales, azul y victoriosa, lo azul vuelve a ser calidad psíquica; el corazón de los antitanquistas es látigo azul; el Ejército del pueblo es azul fortificado.
YAI El verbo conserva el carácter que ha tenido desde los primeros libros de este poeta y que ya describi. Lo mismo sucede con el adverbio. los raros adverbios heridamente, abandonadamente, podemos añadir, fibradamente, hundidamente.
España en el corazón, en conjunto, continúa los procedimientos, la misma linea de difícil dureza característica de Neruda. Mas hay un intento de diafanidad, de hacerse inteligible a mayor número de lectores, evidente en las anotaciones marginales y en la puntuacióćn casi normal. La nota nueva es la salida de sí y el noble desinterés que esto implica en una poesía de tan marcado acento individual como había sido hasta ahora le da Neruda. 9) Pablo Neruda: vida y obra. Ed. cit. págs. 28 35.
Todavía colonos Loor a ti, loor en nube, en rayo, en salud, en espadas, frente sangrante cuyo hilo de sangre reverbera en las piedras malheridas, deslizamiento de dulzuras duras, clara urna en relámpagos armados, material ciudadela, aire de sangre del que nacen abejas.
La oda solar al Ejército del Pueblo (8) es u verdadero epinicio que canta la victoria esparada, la solidaridad de las madnes del mundo, de los viejos carpinteros, de las espigas, la leche, el limón y el laurel con el Ejército en marcha. El ritmo de ondas anchas, whitmanianas, se acomoda al designio marcial, optimista: Difícil problema es determinar el momento preciso en que un pueblo sometido al estado de colonia empieza su vida cultural independiente. Lo más probable es que, después de haber logrado su libertad politica, continúe por muchos años en una especie de vasallaje intelectual, ensayando fórmulas de vida extrañas a las leyes biológicas de su ambiente. Esto es lo que ha sucedido en la América hispana; después de tres siglos de teocracia, oscurantismo y barbarie, un soplo de libertad recorre el continente y las jóvenes naciones afirman su voluntad de ser y de regir sus propios destinos.
tros poetas del paisaje puramente literario y el proceso de observación directa de la realidad es penoso y lento. No termina pues lo colonial con la adquisición de nuestra independencia.
No se puede romper violentamente con un pasado de trescientos años y el establecimiento de una docena de países libres no presupone la revelación automática de una literatura distinta de la peninsular española. Por otra parte, el régimen político de estas nuevas naciones no es tan diferente del colonial y a veces es únicamente la manifestación de un deseo democrático y en la realidad una suplantación de absolutismos más o menos disfrazados.
Hermanos, adelante, adelante por las tierras aradas adelante en la noche seca y sin sueño. delirante y raída adelante entre vides, picando el color frio de (las rocas, salud, salud, seguid. Más cortantes que la voz (del invierno, más sensibles que el trueno puntuales como el rápido diamante. nuevamente marciales, guerreros según el agua acerada de las tierras (del centro, sogún la flor y el vino, según el corazón (espiral de la tierra, según las raices de todas las hojas, de todas (las mercaderías fragantes de la tierra.
El poeta ve subir del silencio raíz y guirnalda para esperar la victoria de este ejército de definida estrella.
La flora americana casi nunca aparece sino revestida de apariencias falsas y la fauna se adorna de ruiseñores, gamos, corzos, tigres y leones. Aun en el siglo XIX no se olvidan nues(Arturo Torres Rioseco, La novela en la América Hispana. Berkeley, California.
1939. EDITORIAL LOSADA, (TACUARI 483. BUENOS AIRES Rep. Argentina)
Simbología y otros relieves del estilo De los símbolos de su obra anterior Neruda ha conservado en este libro espiga, metales, espada, campanas, palomas y ceniza.
Algunos de ellos como espiga y ceniza, tienen aquí más insistencia y más rica significación. Aparecen símbolos nuevos: trigo, hariEdiciones recientes: Quevedo: El Buscón y escritos breves.
Edgar Lee Masters: El pensamiento vivo de Emerson.
Paul de Kruif: Los vencedores del hombre.
Eduardo Dieste: Teseo. Los problemas del arte.
Angel Ossorio: El alma de la toga.
Paul Valery: Politica del Espíritu. 8) Ibid, págs. 41 43. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica