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REPERTORIO AMERICANO 281 ¡Viva España. Recorte. Envío de Santiago de Chile, julio 12 de 1940. 20 to 킨 ESPANA Heical na¿Es hoy día de pensar en Francia? Naturalmente. Desventurada Francia! Toda la simpatía tradicional, todo el amor a su cultura, infiltrada en nosotros; todas las razones de vecindad, todas las afinidades de raza en lo poco que a la raza le queda de verdad. vibran hoy en nuestros espíritus con una emoción acongojada. No hay republicano español que no diera años de su vida por salvar a Francia de la destrucción. Quede esto bien claro.
Pero. se me permite decirlo? Juntamente con el dolor por el abatimiento de Francia brota en nuestras almas, una vez más, una llamarada de orgullo por el ejemplo español. Ahora sí que quedan de relieve nuestra grandeza y la bárbara y ciega injusticia con que se nos trató!
Los franceses claman que ellos se batían por la libertad del mundo. Cierto. Pero por esa misma libertad nos batíamos los españoles nadie nos hacía caso.
Los franceses alegan la inferioridad de su ejército y de su ar mento frente al alemán. Triste verdad, aunque nadie en el mundo pudo sospecharla! Pero mucho mayor era nuestra inferioridad. Al cabo, los franceses tenían un ejército verdadero y grande, siquiera no fuese tan grande ni tan verdadero como se nos había hecho creer. nosotros no teníamos nada. Bandas de ciudadanos armados con escopetas y palos. El ejército regular fué una creación retrasada mínima. pesar de lo cual, nos apuntamos en nuestro haber Guadalajara, Belchite, Teruel, el cruce del Ebro.
Aviones. Municiones! pide Francia en grito desesperado. Lo mismo pedíamos nosotros y todo el mundo. Francia la prinnerase tapó los oídos para no escucharnos. Hay que abandonar París para que no lo destruyan! Gesto muy artístico, ciertamente. Pero nosotros teníamos en Madrid el Museo del Prado inada menos que el Museo del Prado! y el Arqueológico, y la Armería Real, y el Palacio Real, y la Biblioteca Nacional, y el Archivo Histórico, y mil y mil riquezas, y no nos entregamos. Primero salvamos con nuestros puños todo el tesoro y después sufrimos dos años medio el bombardeo aéreo y el terrestre desde el monte de las Garabitas, y el frío, y el hambre. no nos rendimos!
Ni nos rendimos en ninguna parte. Dos años y medio luchamos frente a rebeldes españoles, italianos, alemanes, portugueses y moros. se consumó la destrucción total o parcial de Madrid, Barcelona, Tarragona, Almería, Castellón, Guernica, Granollers, Alicante ide media España! y murieron por cientos de millares combatientes, y mujeres, y niños, y ancianos. cuando ya no había para nosotros ni aire respirable, tampoco capitulamos sino que huimos a Francia. Quinientos mil hermanos nuestros afrontaron el éxodo y el martirio de los campos de concentración y la muerte por inanición en las carreteras antes que convivir con el invasor!
Eso hicimos mientras las burguesías del mundo entero nos abandonaban, nos insultaban y se precipitaban a reconocer a Franco, es decir, a reconocer a Hitler y a Mussolini, recreándose en nuestro dolor.
Eso hicimos mientras el señor Blum jel señor Blum! humillándose servilmente a Inglaterra, inventaba el Comité de No Intervención y nos quitaba las municiones que por el Tratado de 1935 estábamos obligados a comprar a Francia.
Con las excepciones de Rusia y de México, nadie tuvo para nosotros una mirada justiciera ni compasiva. Los buitres tenían prisa de vernos muertos, creyendo devorar nuestra carroña. ahora, en el momento de liquidar las cuentas, resulta que los únicos grandes, nobles y valientes éramos nosotros. Qué risa! Todas aquellas burguesías que nos difamaban valen menos que un papel de fumar. Austria tiránica, despótica, matadora de socialistas, es absorbida en cuatro días. Checoslovaquia cae sin disparar un tiro. Polonia, aristocrática, militarista, feudal, se defiende unas pocas semanas.
Dinamarca no discute siquiera. Noruega se agota en poco más de un mes. Holanda se hunde de un soplo. Bélgica es traicionada por el rey y por el ejército, que no hizo ni un leve ademán de cuadrarse contra el rey. Francia, la gran Francia, se desbanda alocada y abandona París para evitar que le destruyan. Es decir, que cambia una civilización por una ciudad.
No creo que nadie me atribuya apasionadas exageraciones si digo que, de haber estado en el suelo francés las mujeres madrileñas, los milicianos de la primera hora, los estudiantes y obreros del cuartel de la Montaña, los anarquistas de la Plaza de Cataluña, los batallones comunistas, la la los gobernantes españoles tan inexpertos, tan incompetentes, tan torpes como se quiera. Alemania habría tenido que batirse dos años más para llegar al punto en que hoy se encuentra con tan poco esfuerzo.
Nosotros hemos regado el suelo con nuestra sangre y nuestras lágrimas de un modo ilimitado; hemos derrochado el coraje, hemos vivido en un mundo de pelea absurda, de optimismo candido, de resistencia inverosímil, de sacrificio incondicional. Numancia. Sagunto? Sí, todo eso; y no liquidado en días sino sufrido en años.
Cuántas veces advertimos a Francia y a Inglaterra que nuestro abandono sería su muerte. cómo se reían de nosotros todos esos sabios que se llaman Baldwin, Chamberlain, Eden, Blum y Daladier. Qué les dirán hoy sus pueblos. qué Comité de No Intervención podrán acudir ahora?
Nuestro dilema era irrefutable. se lograba que España fuese la tumba del fascismo, o el fascismo enterraría a todas las democracias.
Ahora se ve que nosotros además del valor, y la abnegación, y la vergüenza, teníamos la previsión, la clarividencia y el buen sentido.
Francia no ha sido asesinada hoy. Se suicidó en julio de 1936.
Otros pueblos no tendrán sino el llanto para abatirse ante su desastre. Nosotros todavía nos podemos revolver airados y jactanciosos y gritar a pleno pulmón. Viva España!
ANGEL OSSORIO GALLARDO EDITORIAL LOSADA, TACUARI 483. BUENOS AIRES, Rep. Argentina)
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