REPERTORIO AMERICANO 347 través de la rendija (Para Rep. Amer. Heredia, Costa Rica, agosto de 1940. CON LA MADRE EN CIERNES En el tio cercano la flor de maravilla bebió gotas de sangre morena al mediodía, cuando rodó un boyero, con bueyes y bocinas, por el despeñadero final. Juan que se iba.
Esta es la madre sola, con dos estrellas tibias.
QUE SE VA HACER!
Todo en la noche canta, porque esta noche es vida.
En el cielo los ojos de las estrellas vibran y hay un clave en las ramas de los árboles. Triscan dos corazones jóvenes en la noche tranquila.
En el tic tac furioso de su sangre se agita la fuerza poderosa de un beso. es la ida hacia donde los astros se pierden. es la dicha. Luz le están hablando de amor, junto a la milpa.
Todo en la noche canta, porque esta noche es limpia.
La niña va desbandando canciones por el camino y cogiéndolas el aire mariposero de trinos.
YA LOS AGARRARON Lleva enredados los senos en la red de su corpiño.
Le tiemblan los muslos jóvenes como arbustos sacudidos y el calor le sube al cuerpo de itabo recio y erguido.
CON LA MADRE SOLTERA Ahi van los contrabandistas.
Por hacer guaro de caña y echarse encima los códigos les apresaron la fábrica.
Por ahí van, y para reos qué más da grupa o albarda.
Por eso vienen montados a horcajadas en las ancas, mientras nutren a la fuerza sus pantalones de manta con el sudor espumoso de las mulas de los guardas y desmenuzan al trote con el dolor de sus nalgas los caminos, empedrados con sus pupilas amargas. It, ligero, al agua blanca, y entregárselos al río! que te robaron la vaca del cerco cuando le comias migajas al sueño.
Juan. qué vas a hacer del pobre ternero?
Lo han dejado moto, y estaba tan seco.
Qué te la robaron ayer del potrero.
que la cuidabas pa verla luciendo, pa que sus mugidos salietan repletos, pa que le brillaran los ojos, de adentro. que la cuidabas, verdá, para eso. te la robaron mientras le dormías lo mejor al sueño!
Sobre su verde desmayo los sauces rezan benditos con un pie dentro del agua y el otro haciendo equilibrio.
Está el niño dormido.
En la casa, la brisa lame las tejas húmedas.
Una rama rechina por la tapia lunada su corteza de lija En el portón, un beso bajo la luna brilla.
Un sombrero de paja cae a los pies de Lina. Las mujeres del barrio dicen la mujercilla. Está el niño dormido.
Chist. el viento se estira como un lazo invisible sobre la noche lírica. Ciérrenle el paso los sauces, que el miedo se le ha perdido. Adiós al barranco amigo y adiós a sus esperanzas!
Los sauces están atados.
No tienen ni pies ni gritos.
1938.
La niña se está bañando en los cristales del río.
GUAYABO MUERTO 1938, Allí se murió Juanin y ya nadie lo recuerda.
CONJUNCION CON LA MADRS CASADA Lejos, un músico anónimo sumergido en la hondonada le prodiga al aire frío sonoridades de tabla.
Pretende matar la noche a fuerza de martillarla contra las teclas lustrosas de una marimba sin alma.
Los trotes de los caballos a las notas se acompasan, pero a los reos nocturnos la música no los cambia.
Mudos y pálidos van, mudos y oráticos pasan.
Las lejanías de la música les van lamiendo las ansias: si desandaran caminos, qué fácil volver a casa.
Mas su casa la han hundido detrás de cinco montañas la geometría de los códigos y el revólver de los guardas.
En el mar del horizonte se hunde el sol, barco velero de celajes. Por el monte verde azul nace un lucero que quiere ser el primero en saborear el naufragio.
Pequeñísimo presagio de una noche de febrero.
Sobre el fogón, las últimas brasas adormecidas hunden entre las sombras una mirada tímida.
Se oye el viento en la calle pasar, en una huida como un ladrido angosto de un perro. Está María, como siempre, en la puerta, Cuatro bocas tranquilas adentro sueñan leche azúcar y tortillas. es un sueño. lo lejos, pan de todos los dias. lanza herrumbrada al airese oye un grito sin fibras.
Es Ismel tambaleándose por el camino. uitipa!
en donde van abriendo su luz las candelillas.
1939.
ROMANCIN DEL AMARGADO Te llevó el rio la casa cuando se le crecieron sus músculos de agua.
Sobre el paredón mojado hay una cruz de madera, a la que de estar sin nadie le han crecido muchas piedras.
Allí se acabó Juanin hará dos años apenas.
Estaba de fiesta el pueblo y él iba para la fiesta, pero traía en la grupa prendida su mala estrella.
Junto al puente, sin saber, se le encabrito la yegua.
Aunque era buen montador no le valió lo que fuera.
Le nació un lucero rojo en su frente mañanera y por él se fué rodando el hilillo de sus fuerzas, y por él se fué muriendo de una muerte tan ligera.
Sobre el paredón mojado hay una cruz y unas piedras.
Se las pusieron a Juan por no dejar de ponerlas.
Tenía miel en el carácter, mucha sal en la conversa, era el mejor compañero.
iy ya nadie lo recuerda!
Era que traía en la grupa prendida su mala estrella. Adiós al barranco amigo y adiós a sus esperanza. Los parió la noche negra y la noche los aguarda.
Qué más da. Por eso vienen a horcajadas en las ancas.
No te aflijás, Rafel, que era apenas de paja, y ái tenés en el cerco ese montón de cañas pa que hagás otra nueva, con puerta y dos ventanas.
CON LA MADRE QUE YA NO ES 1938 LA NIÑA EL RIO Sobre el pedrón del río, callao, como una estatua, mirándose en el vidrio del agua la mirada.
Esta es la madre sola.
Dos estrellas le brillan en los ojos salados.
Por la calle, la brisa corre llorando leves gemidos. Las vecinas también lloran quedito. es por Juan, el de Trina.
Ayer tarde salió y hoy tarde no volvía.
La niña se va a bañar al agua blanca del río, azul en los ojos grandes, y azul en sus desatinos. Tánto sudor perdido!
Tánto hacer, para nada!
1939.
1938. Ciérrenle el paso travieso, que el miedo se le ha perdido!
FABIÁN DOBLES Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica