World War

REPERTORIO AMERICANO SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Tomo XXXVII San José, Costa Rica 1940 Sábado 16 de Marzo Núm. Año XX No. 886 La Guerra Dos estampas mexicanas Cuadritos.
El caso de mi patria.
García Monge. Repertorio Americano La adhesión del amigo Repertorio Americano Dos comentarios En este número: Stefan George Una conmemoración gloriosa Agueda Fernández Versos Guiomar Cordillera Roy Samuel Adkins Comentario Humberto Tejera Julio Fuenzalida Un Congreso ejemplar Augusto Arias La faz del misterio José Pijoan Un hombre singular: Emilio Becher Emma Gamboa Hugo Lindo Juan Maragall Oscar Ibarra Pérez Carlos Melo Alberto Insúa.
La Guerra (Poema alemán de 1917, traducido en prosa española por José Ulrich Leo. De Viernes. Caracas, diciembre, 1939.
INTRODUCCIÓN (el apellido se pronuncia en tres silabas y no es un seudónimo. nació en una aldea del Rhin medio, cerca de Bingen, en 1868. Su padre era viñador, así es que el pertenece, por sus raíces, al país de su nacimiento, y a pesar de toda la espiritualidad y sublimidad de su poesía, esa capa natural de regionálismo en su sér no deja de manifestarse jamás. Sin embargo, como poeta proviene de intereses e inspiración absolutamente estéticos, lingüisticos y hasta bibliófilos: discípulo y amigo de Mallarmé, él puede contarse entre la serie de poetas aristocráticos, como los produjo especialmente Francia desde los tiempos de Ronsard hasta los de Baudelaire, Leconte de Lisle, Mallarmé y Valéry; Italia con Leopardi; Inglaterra con Browning; Bélgica con Verhaeren, admirado por George.
George comenzó con la posición Cuando, joven voluntario, estuve en el frente francés de la guerra mundial, me enviaron de Alemania un poema de nuestro Máximo poeta lírico de entonces, que trataba de la guerra. la trataba de manera fundamental, como profeta, vate y juez; y yo, ansioso por la situación sin salida del soldado que quisiera saber cuándo tendria fin la prueba horrible que el mundo de los hombres se impuso, y en la cual él se halla comprometido otra vez, devoré ese poema, lo aprendí, y nunca he olvidado la impresión, mejor dicho, el sacudimiento de todo mi sér experimentado con esa lectura, aunque tampoco George pudo de.
cirme cuándo tendría fin la guerra.
Ahora, 22 años más tarde, traduzco para mis amigos de la Peña y los lectores de esta Revista, modestamente, en prosa, sin siquiera tratar de conseguir algo como el estilo y ritmo, en verdad dantescos, del gran poeta esotérico convertido esta vez en profeta público, aunque no vulgar, ese poema sobre la Guerra que entonces se llamó la «Guerra Mundial. y que desde hoy día tendremos que llamar la Primera Guerra Mundial. Lo traduzco, porque el poeta presintió ya entonces que habría otra guerra, como lo verán los que leyeren lo que sigue.
He traducido el contenido de los versos blancos del original, lo más fielmente posible, aunque basado en mi memoria, porque no tengo aquí el texto; suprimiendo únicamente dos lugares en las estrofas y 11, demasiado relativas a los problemas particularmente alemanes y expresados demasiado introvertidamente para interesar a los lectores actuales de este país, según mi parecer.
Ya lo que doy aqui contiene unos lugares apenas comprensibles para los no iniciados profundísimamente en la doctrina georgiana. He tratado de explicar en breves notas otros lugares de más actualidad o más fáciles. Unos conceptos centrales que dominan el poema los escribi con iniciales mayúsculas, siguiendo en eso el ejemp del Maestro mismo en sus ediciones originales. En algunos casos la traducción se expresa más claramente que el original, para evitar al lector equivocaciones.
Hablar aqui de la referida doc.
trina y de todo el ambiente y horizonte espiritual de este poeta poco conocido a pesar de su fama, no sería oportuno. Contentémonos con recordar los datos exteriores de su existencia. Stefan (Esteban) George contra el fácil y cada vez más superficial formalismo de los epigonos de Goethe; él, esteta, amoralista.
fundador entonces de una doctrina secreta, en torno de la cual se reunió el «Círculo de sus adeptos, los cuales casi todos se tornaron en sus adversarios, prueba de la riqueza y amplitud de su doctrina; creador de un nuevo lenguaje poé.
tico, severo, sobrio, riquísimo en imágenes y símbolos escogidos, se levantó por encima de todos sus amigos franceses, traspasando los límites del esteticismo y esoterismo más elaborados, y haciéndose vate y preceptor de todo un pueblo en el poema que presentamos aqui aunque es verdad que el pueblo no lo comprendió.
De sus obras anteriores nombraremos. El Año del Alma. El Tapete de la Vida. El Anillo Séptimo, y definitivamente, en una altura por sobre todos los forma.
lismos. La Estrella de la Liga. digamos en una palabra, que él nunca se ha dignado pertenecer a ningúri partido o ideologias políticas, y están equivocados (por no expresarme en otros términos. los que después de su muerte le reclaman para sus fines, después de haber tratado vanamente de apoderarse durante su vida, de su inquebrantable autonomía espiritual. moral.
Murió el de diciembre de 1933 a los 65 años de edad.
Con este preámbulo dirigimos nuestros pensamientos hacia el juicio aniquilador y al mismo tiempo alentador, que el grande hombre formuló sobre la «Primera Guerra Mundial y sobre todas las que puedan seguirla.
Nota. En el intermedio salió el poema sobre la Nueva Guerra Mundial «Voz y Mensaje con Estática de la Muerte» de José Ramón Heredia, en Arte y Letras de «El Universal» del de octubre del corriente año. Poema grandioso, congenial al de George, del cual es tan diferente como lo es la juventud de la vejez. Muy interesante a comparar el anhelo angustiado y estático del joven poeta tropical con la madura y filosófica tristeza del viejo poeta europeo Muy conmovedoras las dos conclusiones de inquebrantable fe en un «Mejor porvenir. en las cuales se encuentran finalmente los dos caminos tan diferentes de des espiritus nobles, empenados en el problema enigmático y horrible de una humanidad destructora de sí misma.
STEFAN GEORGE Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica