José Carlos MariáteguiMarxismOpportunismSocialism

168 REPERTORIO AMERICANO José Carlos Mariátegui recordado por cionarios de nuestro tiempo, el reiArmando Bazán se a de das Bazán ha escrito este libro como instaurar como los grandes revoluviviendo de nuevo junto a Mariátegui; ha escrito sufriendo y exal.
nado de las espirituales gracias. Patándose al mismo tiempo. Para esra lo cual se necesitaba, se nece.
cribir este libro, el autor ha puessita el cauce técnico de la activito en juego sus más nobles cuali(Para el Rep. Amer. dad, del lenguaje; el camino efidades intelectuales y las más honcaz para llegar a la meta; el lado das corrientes de su espíritu; y práctico de empresa revolucionatan pronto se adhiere de un modo ria. Hablad de este aspecto los teórico al marxista, al maestro y que podáis hacerlo mejor que yo, al camarada como tan pronto pero dejadme a mí el lado de su embriaga en la misma luz tremencorazón, la residencia intima y sada de aquel espíritu extraordinario, grada de sus amigos fos poetas, obesa y lame sus aristas de podonde también se movía el tangibreza en su adolorida infancia. Reble cuerpo del obrero y del indio latando sus primeros pasos de brede la sierra peruana; del estudian.
ga, su adolescencia triste y explote ardoroso también. Residencia satada, hace que Mariátegui pase grada en la que solíamos comulgar la historia del Perú como el genuiantes de partir hacia la brega heroino representante del pueblo trabaca por un mundo mejor.
jador, y a la historia política América, sin claudicaciones, sin Desde ese corazón maravillado parmanchas, así como lo que era: imtimos hace ya muchos años y hoy pulso perdurable en el perfecciovolvemos a encontrarnos en este namiento de su pueblo.
libro Bazén y sus amigos. Volvemos Bazán aporta a a observar nuestra sed renovada, esta hora tan tremenda y deshumanizada que viacuciadora; a sufrir en sus págive Europa y América este pedazo nas, de nuevas angustias y mortade pan humanísimo del que debe les dudas. Maestro. dónde estás?
Cuando Mariátegui nos enseñó la comer el que tiene hambre. Mariategui está allí, pero no de un mopalabra revolución, nosotros descubrimos en ella el sentido de la vida do biográfico y materializado, pory le entregamos entonces nuestra que en verdad su nombre no cabe juventud, nuestra devoción y nuesen las cronologías heladas de las fechas; Mariátegui está allí en las tro contingente de sangre.
Jose arlos Mariátegui entrelíneas esfumadas de su disPara Mariátegui, la Revolución Por Enriquez era la vida en proyección de altura, cipulo, como a él le gustaba estar en la vida: humildemente como lo era el espacio infinito de una verdad superior en pugna con mezquiestuvo Cristo entre los hombres; está noblemente ubicado, sin exanos in ereses; era desaguar estangeración ni desentono; él está ubiques putrefactos, cortar el cuello a la rutina.
cado sencillamente con amor, Era agitar y conmover de ciento por ciento, a manera de Ma el velo de la idea pura para descuhombre, tal manera que superando los con riátegui. Ahora me tocaría decir a brir el socialismo. Pero, cuidado! las mejores esencias del sacar al espíritu hacia lo extraortornos de las páginas y los planos mi vez que desearía verles siguien que el fué el primero en salirse dinario llevándolo a descubrir tranquilos de las palabras vence y do el ejemplo de Maríategui. Ejem del límite confuso y frío para posale afuera una gran flama des plo de su vida y de su obra en blo ner en juego su corazón y su sannaturaleza inalcanzada y creándole medidamente humana y asombro que inseparable; en la figura gra gre en los holocaustos de la supe. problemas viriles.
sa.
Mariátegui, creador de hombres, nítica del líder inmortal.
ración del hombre; del hombre de Tal fué su vida: acorralado fi. Eso quisiera si: flama interior, este mundo. Para poder soñar, cuenta ya, después de su muerte, con una ronda alerta del espíritu sicamente, limitado en un drama purificada y purificadora. no hie decía, hay que tener bien puestos tico sillón de paralítico, desgajado, lo de sepulcro blanqueado.
los pies sobre la tierra; de lo conque crece hoy más que nunca. Malleno de dolor y muerte en el cuertrario no seremos más que globos riátegui dos preparó para una repo, vivía en peremne irradiación, Mariategui teórico marxista, nos flotantes en el aire. No quiso volución que tenía la proa dirigida influjo y gobierno del espíritu nue enseña a desentrañar el sentido gesticular en el vacío. y sobre só hacia un puerto que supimos nos vo de su pueblo. De su pueblo que oculto de las cosas y a descorrer lidos bloques materialistas quiso trever y no es el mismo que muestran los revolucionarios de úl.
está en el mineral y en el campo; tima hora. Por eso nos quedamos en la universidad y en la fábrica en el muelle de la desolación, casi y que se extiende a las más altas vencidos, saqueados en nuestros cimas intelectuales de esta época.
sueños mejores, mientras triunfa Porque el otro pueblo; el de la el vulgar tragin politiquero, y el estupidez, la conformidad y el vil nuevo templo se hace una vez más negocio estaba gobernado por la refugio del oportunismo mediocre, policia y el dinero. Así le contemy el tráfago de las transacciones plé de cerca mucho tiempo, en su venales.
sitial de máximas responsabilidades manejando su pluma como relámpago castigador de indolertes, Maestro de maestros. dónde de crapulas y de vampiros. En sus estás? Aquí te encuentro como ojos de acero y de amanecer vivía otra hora en las páginas de Amaula verdad subyugante: el mundo tuta, tu tribuna irradiante, en esta multuoso de la revolución. su voz noble biografía de su discípulo, de pequeñita y caldeada al rojo tenía tu amigo dilecto Armando Bazán.
la vir ud del vuelo que lleva en la Aquí estás como en tu vida, humilcertidumbre de la dialéctica, la de e inconmensurable, como nadie consigna precisa.
lo fuera, como nadie lo es. Aquí estamos rodeando tu flama como las verdes alamedas de un parque He odo, a veces, en boca de porodeando una estatua.
líticos fogueados de América del Sur el reproche dirigido a mi perFrutera mexicana BLANCA LUZ BRUM sona y a otros intelectuales; el reproche de no ser marxistas al Santiago de Chile, febrero de 1940.
su enun Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica