Democracy

REPERTORIO AMERICANO 199 Alas sobre Europa (Para el Rep. Amer. Mrs. Franklin Roosevelt, digna compañera del Paladin de la Democracia La voz de esos niños, su llanto alarido se mezcla al rumor de las alas que cubren a Europa y se alza más alta pidiendo clemencia.
Clamando Justicia, la eterna palabra, la sola palabra que habrá de salvarlos.
América, escucha: no es vuelo de garzas ni de ángeles Son alas que cubren el vasto horizonte rompiendo las nubes, retando los vientos; son alas del hombre que el Odio fabrica, son alas de aviones guerreros.
Las alas del ángel trajeron al mundo su luz de esperanza: un iris de ensueño, de paz y armonía.
Las alas del ave llevaron al campo y al bosque y al río su inquieta prestancia, sus giros de luces, el himno del vuelo triunfal y gozoso y arrullos maternos de nidos.
Las alas del hombre que fueron un día banderas de Ciencia, que alzaron el vuelo rompiendo mil vallas por dar al Progreso conquistas eternas, hoy son mensajeras de ruina y de muerte, hoy son emisarias de instintos proteruos.
que el soplo infernal de la guerra dejara sin nidos.
Los niños. La miel de la tierra. La luz de los pueblos. La esencia del Los niños tronchados mundo. cual blandas espigas por hoces salvajes.
Los niños buscando entre esconmbros el rastro sangrante que dejan sus padres.
Los niños asidos a troncos de mútiles miembros, buscando la luz de unos ojos cerrados por siempre; la miel de unos besos que un hielo de muerte congela en los labios.
Los niños pidiendo a los hombres, clamando a los cielos piedad para el mundo. piedad para ellos.
Que suba el clamor de los niños, que escale las siertas, que llegue hasta el cielo y encuentre el lucero de nuevos fulgores que habrá de alumbrar otras sendas.
Que irradie en las almas de todos los hombres el dulce reflejo: florezcan de amor los hogares y llenen los aires bandadas de aviones llevando el comercio, las ciencias, las artes.
Retornen la fiel golondrina, la amante cigüeña, la dulce paloma y todas las aves unidas entonen el himno que cantan las madres. MARÍA OLIMPIA DE OBALDÍA Mayo 17 de 1940. Panameña)
Soberbia y vanidad se oponen anexa ¿Qué monstruo iracundo se adueña del Orbe y a Dios desafía hollando las leyes divinas, cambiando las normas humanas, trocando en pavesas las nobles conquistas del alma?
Son hombres que tienen ancestros de infierno.
Son hombres que nutren instintos salvajes lo mismo que a lobos y luego los lanzan en formas siniestras de tanques, de bombas, de monstruos marinos, de pájaros fieros. todos sabemos de quién son las manos que azuzan las hienas; cuál es la pupila soberbia, avizora, que sigue la cárdena estela de tales jaurías.
Una alma desierta que nunca ha sentido el ala de un ángel rozar su existencia; que nunca ha mirado la imagen de un niño copiarse en sus ojos malditos; que ignora la gracia, la música santa que encierra en sus trinos la risa de infancia.
Ortega (José Ortega y Gasset) es un soberbio, si ustedes quieren, un ensoberbecido, peno no un envanecido. El soberbio se basta a si propio, se nutre de su interna germinación y no necesita de los demás, se halla completo en sus entrañas. No hay oquedades que le inquieten, se siente internamente solidario, unido, de una sola pieza. El envanecido, en cambio, se siente incompleto, castrado, carece de reciedumbre anímica y anda inquiriendo opiniones ajenas acerca de su persona. Sólo así cree adquirir consistencia. Vive, porque los demás viven; desconoce la plenitud que da la soledad.
Nada más opuesto a la soberbia que la vanidad. La soberbia es una virtud, una virtud que pueden aspirar a poseer sólo los bien dotados o mejor dicho, la soberia es una virtud a la superabundancia interior. El soberbio es un magnánimo, en el estricto sentido del término. Por el contrario, la vanidad es un feo defecto, quizá de origen biológico de allí que sea el único patrimonio del filisteo. Ella acusa una intensa pobreza de alma; por eso el vanidoso es un pusilánime también en la acepción más rigurosa del vocablo. José Iturriaga, Letras de México, Nº del 15 de mayo de 1940, México Del artículo: La soberbia de un intelectual. Europa está en llamas.
Europa está envuelta en sangre y en lágrimas. Ya no baja la tierna cigüeña con fardos benditos; sólo vuelan las aves que riegan la hiel de la angustia y atruenan con furia el espacio.
Ya no llega la azul golondrina buscando el alero de viejos amigos, ni tampoco la grácil paloma llevando en sus plumas billetes de amores.
La moral alemana No cabe asombrarse. Puesto el Sr. Ri y definitiva medida con que se decide su desbbentrop en la profesión de locutor, hará con tino, y desconoce, por ende, que un pueblo exactitud análoga lo que hacen los empleados que admite impávidamente a intérpretes o godel hitlerismo, quienes ven en la mentira, en bernantes como el locutor de Berlín, acabará la difamación, en el invento desopilante, un ineludiblemente por el hundimiento, en el pamétodo de nublamiento universal. Lo practi voroso hundimiento con que se venga la civican los alemanes desde que aparecieron en la lización de los que conspiran contra sus dehistoria. La mentira es consubstancial con el signios espíritu político alemán la mentira la (De Alberto Gernuchoff, en el semacrueldad impune según los testimonios más nario Argentina Libre, Bs. Aires, de remotos. Los que han leído los cronistas romayo de 1940. Artículo: El locutor de manos, a los historiadores medioevales, a los Berlín. modernos narradores de la vida de relación de Alemania, considerada en conjunto, en masa tribal o en masa nacional, no se sorprenderán Tome y lea ante esas tentativas de fraude. Ello se debe probablemente tanto a la falta hereditaria de puTurgeniev: Asia (Novela. 00 dor como a la convicción absoluta de su suPablo Palacio: Vida del ahorcado.
perioridad de raza, de nación providencial que (Novela) 00 se dirige a multitudes inferiores diseminadas por la tierra y que por esa condición de inBenjamín Jarnés: Escenas junto a la ferioridad están obligadas a creer lo que se dimuerte (Novela) 00 ce en Berlín.
Lidia Sefulina: Virineya (Novela) 50 La mentira, la crueldad, la calumnia, la Barbagelata: Para la historia de difamación, usadas como instrumento de do América 00 minio, o como factores de un ideal, forman Arturo Borja: La flauta de onix (Poela moral alemana, y por formarla, o sea por sías) 00 la propensión a la inmoralidad, ha podido Porfirio Barba Jacob: Rosas negras llegar ese pueblo a la tolerancia de su caudi3. 00 (Poesías)
llo y de su sistema. Desconoce que a pesar de la iniquidad anárquica en que ha vivido y vive Los consigue con el Adtor. del Rep.
la humanidad, la medida moral es la postrera Am. Calcule el dólar a 00.
Sólo vuelan las hoscas bandadas lanzando su aliento que incendia los aires, que incendia la tierra.
La Vida perece doquiera trepidan las alas maléficas: la Muerte se yergue cantando sus triunfos y sube a los cielos la voz de los niños Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica