EDITOR: GARCIA MONGE CORREOS: LETRA TELEFONO 3754 Repertorio Americano EXTERIOR: EL SEMESTRE: 50 EL ANO: 00 o. am.
En Costa Rica: Suscrición mensual. 00 SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA El suelo es la única propiedad plena del hombre y tesoro común que a todos igualo, por lo que para la dicho de la persona y la calma pública, no se ha de ceder, ni fiar a otro, ni hipotecar jamás. José Martí.
Giro bancario sobre Nueva York Lo que hizo con sus puños (Recorte de La Nación. Santiago, Chile, 17. II, 40. Envío del autor. India palera Escultura de Luis Albare y Pliego, mexicano.
Iquique, el viejo puerto del salitre, del guano, del cobre y de la plata, vegeta en franca decadencia. Sus grúas y sus muelles enmohecen en el ocio forzado. El agua de las lluvias, cuando canta su canción efímera en los tejados, no dejaría mayores huellas que el tránsito de la fortuna dejó en Iquique.
No obstante su pobreza, el puerto norteño dió al deporte tres ases: Quintín Romero, Loayza y Godoy. Estos luchadores populares me recuerdan a los toreros en la Espeña de la monarquía. El dinero en España carecía de velocidad: se momificaba en las arcas de capitalistas sedentarios, en papel del Estado, en bonos para viudas, en tesoro nacional propiedades hereditarias de los Grandes de la Corte. Un millonario, se contentaba can llevar la existencia parasitaria del que cuenta con mayordomos, delegados y lacayos para cobrar un por ciento, lo bastante para vegetar en ccio suntuoso.
Entonces los toreros se abrían camino por riñones. Exponían su vida gallardamente en las arenas. Vive Dios! Eran los héroes del pueblo. Le preguntaron a un torerillo andaluz si temía las cogidas. Sonrió. Después dijo. Peores cornás da el hambre!
Cientos de torerillos murieron en las capeas, otros triunfaron con el corazón por delante. y entonces, y sólo entonces pudieron alternar con los duques y marqueses, quienes les sen.
taban a su mesa. El torero, antes de las corridas, se encomendaba a la Virgen Santísima y a su madre. Los montons de duros que acumulaba, servían para levantar el nivel de su familia, de otra manera condenada al hambre y la decadencia. Cuando el turista paseaba por Sevilla, no era raro que un cochero le apuntase la casa de un torero enriquecido, en ese modelo de las alamedas chilenas, que es el Paseo de Hércules. Ahí vivía doña Rafaela, madre de Joselito y de Rafael, estoqueadores en las arenas donde se lucen los machos.
El inquiqueño Godoy, es el trasunto del torero y del caballero al pie de los Andes. Sus puños se abren camino, por corazón y por riñones, con la ventaja de que no martiriza ni mata a ninguna especie de animales. El primer acto, después de recoger el fruto de su coraje, consistió en recordar la cantidad de oscuro heTo smo de incógnitas fatigas que pasó su madre para darle su existencia de hombre, de caballero y de atleta. Cuando terminó el pugilato de Madison Square, la mirada vaga del hijo del pueblo se condensó en las lejanías de la infancia. de la madre. Pareció que las largas vigilias de la mamita, para sacar adelante una prole preparada y fuerte, tuvieran su premio en la apoteosis universal del match espléndido en el caos de New York. ella le debe su esqueleto fuerte, su cuello toruno, su.
decisión, su inteligencia. La mamita se debilito por él; sus ojos están turbios, las manos cansadas. El hijo la alienta. Tremendo símbolo de una raza, donde las tradiciones de la andante caballería española del siglo XVI, parecen estar muertas en las clases superiorse. Los hombres de la masa popular le vuelven a dar vida y consistencia actual.
Rojas, Plaza, Loayza, Romero, Godoy, Ana Lizana, nombres de la Conquista. Yo los saludo y con el sombrero bajo. Chilenos desvencijados, abollados, politique.
ros, gestores, derrotistas de grandes ciudades.
Godoy les manda ponerse de pie, así como en el teatro, cuando las voces de fuego o de temblor producen pánico y se levanta la orquesta para desgranar la Canción Nacional. Pongamonos de pie! Un hombre del pueblo, un hijo de pescadores, con cientos de antepasados en las listas de honor de todas las batallas, nos manda ponernos de pie, cuadrados, las cabezas descubiertas, para dominar el pánico.
Godoy, a fuerza de puños, ha levantado una familia chilena que venía a menos a causa de nuestro nefasto sistema económico centrífugo.
Es el sistema económico ausentista y parasitario de señoritos, de duques, de lords, de bajaes y pachás, que los estadistas de Europa están destruyendo para dar salud al trabajo, encima del capital. Godoy ha renovado una familia clá.
sica que se prolonga en la historia desde el siglo XVI. El luchador proporcionó a su madre y a su gente la única forma de resurgir, cual es la de un hogar decente para escudar la vida de la misma, y no un lecho de hospital para que mueran. la caridad, letal y negativa, de asilos y hospitales, él opuso la ayuda efectiva del crédito y del estímulo.
El sistema de caridad social de enfermos y desahuciados, ha servido para que una clase se sienta fuerte y hermosa en medio de la derrota del pueblo.
Hay centenares de miles de madres chilenas en condiciones deplorables, ausentes de créditos y de estímulos; tísicas, encorvadas encima de sus máquinas de coser hasta la muerte, obligadas a dar el almuerzo a la nidada; lavande Tas, cocineras, pequeñas comerciantes. ellas es preciso proteger cuando todavia están sanas. Eso es lo que Godoy procuró con sus puños. De estos hechos desprendemos una lección.
Se estaba adentrando en ciertos círculos la idea de un fracaso tan absoluto de nuestra raza, que solamente su extinción podría procurarnos el progreso; su extinción o disolución mediante el aporte de grandes masas emigratorias de países nórdicos. He oído explayar esta enormidad en conversaciones de sobremesa; la he visto escrita en diarios serios y en programas electorales. No sé cómo tenemos la paciencia de repetirla. Se trata de un crimen de lesa patria y también de un absurdo científico. Por qué razones? Porque el clima chileno modifica al tipo europeo rubio. Chile da chilenos. la terecera generacian, los ejemplares de raza nórdica, después de desplazar injustamente a los nativos, comienzan a adquirir los caracteres del chileno antiguo, del criollo. Entretanto, durante el tiempo que tardaron en ser asimilados, sufrimos los fenómenos sociales de envidias y recelos de castas, de despojos y de desorientación que caracterizan a las naciones coloniales.
Los japoneses no andarian pidiendo mozos rubios, nórdicos. de ojos claros, para que fecundaran a sus mujeres. Solamente esclavos libertos y gamonales podrían tolerar parecido lenguaje. Seamos racistas de casa. Sostengamos que la raza nativa pura, saneada, nos daría en pocos años la independencia económica, la orientación en la sociedad, el respeto de las demás naciones.
El emigrante europeo es superior a nosotros en grado de evolución, pero no en calidad bio.
lógica. Sus métodos y mañas comerciales nos destrozan; luego nos suplantan, llevándonos a menos por etapas y produciendo en nuestro ánimo el escepticismo.
Este sentimiento de derrota, de inferioridad y escepticismo, nos ha hecho ingobernables y anárquicos.
En el momento social de 1940, no se podría decir cuál es el tipo genuino de mujer chilena. Por qué? Porque hemos integrado emigración blonda, que todavía la masa popular no ha absorbido, ni el clima ha modificado. Entonces notamos el fenómeno desolador de esas lindas chiquillas morenas que ansían ser rubias, que se afeitan la frente y se tiñen el pelo de color ocre y amarillo canario, hasta parecer grotescos payasos de la lucha y desorientación de pigmentos.
El chileno cuajado y equilibrado en el clima y el paisaje, se ha de volver trigueño. Entonces debiéramos fomentar el tipo de la raza, de bellos ojos y tupido pelo, por cuanto esa es o será la auténtica, la patriótica, la definitiva. No tengamos miedo a la evolución y sacaremos, desde adentro, hermosos ejemplares de raza chilena, invencible, hermosa, fuerte.
La mejor masa de emigrantes duerme en el vientre de las mujeres nacionales.
JOAQUÍN EDWARDS BELLO. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica