Joaquín García Monge

186 REPERTORIO AMERICANO Muchas veces creí que la engañaban Joaquín García Monge del Repertorio sylvania, hoy Statler, de Nueva York.
con plañideras historias. Ella me ense Americano. ella le debo lo poco que Cuando Rómulo la llamó doña Gabriela ñó a ver la vergüenza en aquel que pe valgo. Varias veces le leía aquellos poe noté cierto rictus en su sonrisa de Modía dinero. Yo tenía que abrir su car mas que yo consideraba muy buenos y na Lisa. Al otro día me llamó y me entera y dar, dar, dar.
con amistad sincera y leal me decía: cargó que le dijera a Gallegos que cori Cuánta tinta mal gastada! No valen tara el doña. Sonaba feo.
Mis sábados y domingos y tardes li nada pero guardalos para que confronbres y noches fueron de ella en el año tes. Gabriela jamás aduló. Jamás. Ella Llamó al autor de Doña Bárbara. que estuvo en la Universidad de Colum decía Soy iodo para curar y no plumilla Centauro tímido y el único novelista bia. Así con ella por el barrio latino, para acariciar. Así enseñó ella.
de talla en nuestras letras.
por Greenwich Village por los salones de los aristócratas de la Avenida Amaba los corridos mexicanos, a LuiSegundo encuentro: Park. ella debo haber conocido a cha Reyes, y me traía loco buscándole Rabindranath Tagore. Ambos escribi el último corrido nuevo.
Muchas veces La segui a Madrid y allí en su consumos artículos sobre el gran poeta hin vi sus ojos húmedos escuchando la múlado conocí a Palmita Guillén, a Pablo dú. Entrevistó a Charles Lindberg ansica de El Venadito.
Neruda, a Luis Delano, a Concha Contes de que éste hiciera su viaje por la de, a Margot Arce y a Victoria Kent.
Viajaba con placas fonográficas, foAmérica española y le dió sabios conAllí leí el prólogo que acababa de escrisejos. Recuerdo su linda opinión sobre nógrafo y muchos, pero muchos libros bir para un libro de versos de la poetiAnne Morrow.
y poca ropa. Cuando era invitada a caLa conceptuó fina de sa de Puerto Rico, Carmen Alicia Casa de los ricos iba tan y tan sencilla espíritu, poeta.
dilla.
mente vestida, sin joyas, que parecia más bien una estatua erecta de la dioTenia un finísimo humor. Un día del De su vida en Madrid nada diré. Qué sa Ceres o una aldeana que irrumpía de mes de abril decidimos visitar la Estaescriba sobre esos meses suyos allí Pala tierra en aque! instante: pura.
tua de la Libertad. Me dijo: Labarthe, Llo Neruda o Palmita Guillén. La Kent entrémosle por el alma arriba hasta el fue su leal amiga todo el tiempo. Me Reia con suavidad y sus manos eran oído y pidámosle la libertad para su isfui a tomarle el pulso a varios amigos ritmo a su sonrisa. Su tono de voz era la de Puerto Rico. Sobre esa visita a en Madrid sobre Gabriela. Estuve con monótono. Su peor enemigo de sus verMiss Liberty escribió un artículo que voConcha Espina, los Quintero, don Jasos era ella cuando los leía, pero habia lo por todo el mundo. Me honró nomcinto y con Ortega y Gasset. Este la un no sé qué en su voz que invitaba a brándome en el artículo.
consideró extraordinaria.
seguir escuchándola.
Gustaba visitar las factorías y ver co Carlos Dávila me contaba que en 1952 Por años dejamos de vernos, pero mo el hombre se mecanizaba. Un día cuando la honraron a ella con la Reina ros escribíamos. Hoy releo sus ochenyendo a una fábrica de turbinas se de Madre de Inglaterra, en la Universidad ta y dos cartas, telegramas y cables. tuvo frente a una aguja. Le pregunté de Columbia, tuvo que leer unas pala También hablamos por el teléfono. La qué miraba tan detenidamente. La ca bras, pero su voz era pesada, pastosa distancia nada significó para nosotros, ra de Cristo en esa gota de aceite. me pero de Biblia.
Tercer encuentro: respondió.
Fuese como profesora a Vassar allí En la fábrica de cristales se horrorizó le seguía todos los fines de semana paOrganicé como presidente del Club de Escritores de Pittsburgh un festival al ver como se desfiguraba la cara de ra contestar su correspondencia y eslos que soplaban por largas cornetas cl cribir a maquinilla sus artículos y poeinternacional de literatos. Entre los cristal para dar forma a las ánforas, vamas y escucharla hablar, hablar de tonombres en la lista estaban Maurois.
sos o floreros.
Lin Yutang, Toynbee, Buddhadeva BoMe enseñó a darle vado. Yo callaba. Una vez empezó a delor humano al producto terminado y cir dislates y como yo no la corregia o se, Dos Passos, Archibald Mac Leish, listo para el uso. No aceptes nunca le argumentata me llamó tonto o mie Madariaga, Claude Bowers y Gabriela doso.
sin dolor lo que usas, así como el alfi Aprenda a defender sus punMistral. Fué mi huésped en mi humilde ler, los botones de tu camisa, la suela tos de vista y me trató de usted. Des casa con su queridísima amiga hija, Dode tus zapatos. Talvez la sangre del de entonces tuvimos grandes polémicas ris Dana, quien in ha visto morir.
hombre las bautizó antes de que tú los verbales y por escrito y empezó a queusaras.
rerme más. Llora Pedro Juan, recorTeniéndola frente a mi acabada, dedándola, llora. macrada, ya enferma, no la veía con los Tenía gran paciencia con el ignoranojos de 1954, pero con los ojos de 1932.
te y atrevido. Desde muchacho de do Estando en Vassar fue nombrada con Si veía su cabellera gris, y oía su voz ce años escribía versos. Sólo los ense sul de Chile en Madrid, aunque ya ha pesada, pastosa pero de Biblia. Su ñaba a mi madre que por madre los en hía aceptado ir a Middlebury College andar era el de siempre, de labradora contraba buenos y se los enviaba a la ese verano, pero como dije antes, siem echando la semilla en los surcos de toabuelita. Con los años y ya habiendo pre queriendo ayudar al joven princi dos los caminos del mundo.
leído a los maestros, los encontré yo piante, recomendó a la joven maestra Un día me atreví a leér puertorriqueña Margot Arce para que Leyó su poema Geografía de Chile selos a la generosa Gabriela. Son ori ia substituyera. Qué honor!
en español Doris traducía, pero tal ginales, Pedro Juan. Leélos otra otra su magnetismo, que el público de vez. Tomó varios, los puso en un soAntes de salir para Europa la presen habla inglesa prestaba más interés cuanbre con una nota suya y los envió a don té a Rómulo Gallegos en el hotel Penn do ella leía aún cuando no la compren Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica muy malos.
era