Yolanda Oreamuno

62 REPERTORIO AMERICANO poemas (Envio del autor. Que nos dice en su carta de Managua, 27 de enero del año 40: Ultimamente he estado leyendo con fruición los sesudos artículos firmados por la costarricense Yolanda Oreamuno. Permitome felicitarlo por una colaboradora que escribe con un punzon griego en vez de estilográfica. Es certera. Terrible y deliciosamente certera. INVITAMOS Pablo Neruda Mares de esmeralda fueron engastados en nuestros anillos.
Vientos prófugos se alisaron para dar aire en los ventiladores.
Tierras vivas se pusieron en movimiento con miles de esclavos. el fuego de las barbas de Dios encendió un cigarrillo de amor.
Todo por tu amor.
ORACION DE NEGRA Invitamos a nacer nuevamente, a ser nosotros mismos. mudarse de piel y a andar en las paredes. cambiar de cuerpo, de traje, de sombrero. sorprender los ángeles de las fotografías.
Invitamos al beso, al vino. usar otros anteojos, a viajar por el fuego. ver bajar hormigas de la luna. oir nuestra sangre golpeando nuestras sienes.
Invitamos al brindis, al llanto, a la alegría.
Invitamos al canto, al té del Archipreste.
Invitamos a descubrir el sueño y el silencio. descubrir nuevas tierras, nuevos cielos. amar con los seres que viven en la pintura. caer hasta el fondo de nosotros.
Invitamos a oir órganos tocados por niños.
Invitamos a un nuevo sexo.
Invitamos a pasear por las calles con el alma desnuda. correr a caballo, a morar en las iglesias. vivir en ciudades ahora abandonadas. peinar nuevamente los cabellos del arpa. sorprender la rosa dormida en la mejilla. la llama apagada en la miel, a comer canela.
Invitamos a reir con Charlot, a llevar alas.
Invitamos a besar la aviadora que ha subido hasta el cielo.
Invitamos a grabar en nuestros pies: dónde vamos?
Oh dios, tú que me sabes fecunda al son de los tambore lúgubres no dejes que mi hijo nazca como la noche tenebrosa.
Un cielo de luciérnagas baja hasta las negras entrañas del Congo y se hace el dia en mi vientre con un claro tayo de luna.
Yo traigo a cuestas el árbol de esta oración inmensa que yo deposito a tus pies como un manojo de flores del Cabo.
Soy la negra redonda de un mundo de sufrimientos, En Jamaica y en Cuba mis pies van caminando.
Con achiote de mapas sellé mis labios gruesos.
Con un collar de luces me ceñi la cintura.
Los más sabios monóculos cayeron sobre el Kambeso.
Sobre mi cuerpo el blanco vomitó su cultura.
Más allá los algodonales reían en Virginia y allá están mis axilas de tabaco en Florida.
Allá el esfuerzo cruento, la incolmada conquista.
Mi anhelo volvió en segunda lenta en los expresos, mientras mi voz se oía cantando en los gramofonos.
Ay, no sentir nunca mía la luna de Carolina. en mi carriel llevaba dólares y estrellas. Para qué, para qué, para qué era la vida?
En cielos de cobalto retorné de allá lejos.
Por mares de petróleo verde fué la huida. aquí estoy, Africa, madre mia, negra abuela.
Aquí estoy sumisa, esclava, diciéndote este cuento.
Aqui estoy. oh dios. llamándote, fecundada en la impotencia para pedirte sólo esto: ique me hagas parir un niño blanco como la nieve!
1939.
1939.
ABIERTA CARNE Gloria ALBERTO ORDÓÑEZ ARGÜELLO Managua, Nicaragua, enero de 1940.
Abrete, carne, ábrete, muéstrate.
Abrete, rosa, muéstrate, flor, carne.
Muéstrate en la sombra, en la luz muéstrate.
Muéstrate, ábrete en la vida.
Abrete, muéstrate en la muerte.
Deja que yo te vea envuelta en tu piel.
Deja que te vea, carne.
Deja que te vean rubí, azabache, amaranto, perla.
Abrete, carne, muéstrate despacio.
Abranse garganta, pájaro, cabellos, mar.
Muéstrense cintura, serpiente, nalgas, pechos.
Abranse labios, pétalos, ojos, sol sexo.
Muéstrense ombligo, anís, muslos, tallos.
Abrete, carne, absolutamente muéstrate.
Abrete, carne, muéstrense altura y perfil.
Abranse brazos, pies; muéstrate, sangre.
Abrete, carne, al agua, al fuego, al aire.
Muéstrate abierta!
Setiembre de 1939.
CHRISTMAS CAROL Doyte esta flor escarlata nacida entre cristales.
Los pequeños cuarzos deben transparentar tu tez.
Tierra dibujada en la tuya, mapa de carne.
En quietos cielos azules vasta fugada para volver en lluvia.
En nieve.
El temblor de los árboles ahuyenta estrellas a tu paso.
Porque yergues en seda tu presencia en el mundo.
Porque en viento trazas tu saludo a los Cuatro Puntos Cardinales.
En tueros, en cacharros, en lámparas arde tu esencia de hembra.
En pitos, en gaitas, se oye tu voz escondida, En pistas de luna tu asombro se adelanta.
Para ti los hombres montaron caballos de acero.
Para ti se inventó la luz a ejemplo de la luz y los luceros.
Para ti se descubrió el radium, la América petróleo las islas Sandwich fueron servidas después de los brindis.
los pozos de Ova san (Bronce verde de Serra Güell. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica